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España acepta, con condiciones, el sistema de fases para la integración de su agricultura en la CEE que proponía Francia

Andrés Ortega

La negociación para el ingreso de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) dio esta madrugada un paso importante, al aceptar la delegación española, en unos preacuerdos con la presidencia francesa, el sistema de fases de integración de las frutas y hortalizas españolas, aunque con condiciones, que se refieren a la necesidad de una protección de los productos sensibles españoles (carne, lácteos, azúcar y cereales), frente a la competencia comunitaria.

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Para todos estos productos sensibles, incluídas las frutas y hortalizas, el período transitorio global, aceptado por España y la Comunidad al cabo de ocho horas de negociación, es de diez años. Para el sector hortofrutícola, España ha comenzado a aceptar el principio de una primera fase de "verificación de la convergencia" -lo que en lengua vulgar significa etapa- de cuatro años. Sin embargo, en esta etapa, la CEE acepta el principio de que las subvenciones comunitarias y la apertura del mercado de la Comunidad regirán desde la adhesión, aunque aún hay que concretar el contenido de estos principios. La propuesta formal de ayer de la CEE representa unas concesiones mínimas en sus efectos prácticos. Para el resto de los productos, que no presentan problemas para ninguna de las partes, habrá un período de transición de siete años (la CEE antes pedía diez).Así se ha entablado la negociación, sin acuerdos formales, pero sí oficiosos, sobre la estructura del período transitorio para la agricultura tal como quería Francia. En efecto, los comunitarios no habían hecho ninguna oferta razonable para los productos continentales, pues esperaban que España los solicitara.

Según el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán el documento agrícola de la CEE no aborda ni la situación en la que quedará el aceite de oliva ni el vino y, por tanto, "no cabe un juicio de conjunto". El ministro insistió en que por primera vez la Comunidad ha aceptado los principios orientadores de la posición española, de equilibrio, progresividad y reciprocidad en las concesiones, dentro de una visión global. Morán afirmo que la presidencia francesa "ha tomado acta de estos principios, y consideramos que cada uno de ellos deben reflejarse en los capítulos pendientes".

Duro desarme industrial

Así, España pide un período de desarme arancelario industrial de siete años, con un ritmo más lento al comienzo de la transición. En este campo, aseguró que hay un acuerdo para discutir una integración armoniosa y solucionar el problema de los productos que entren en España con una alta tarifa aduanera.

"Hemos entrado en las cuestiones concretas", señaló el ministro español al término de la reunión, considerando que nos hemos adentrado en el tramo final de la negociación. Morán señaló que esta larga sesión servirá de prólogo a otras reuniones con las mismas características. Según el ministro, las posiciones difieren, pero ha sido posible lograr ciertas aproximaciones". Los acuerdos de principio a los que se llegó, y que quedaron plasmados en un documento, no son, sin embargo, acuerdos formales, ya que sólo fueron adoptados por la Comisión Europea, la presidencia francesa saliente, y la irlandesa entrante. Éste ha sido el paso fundamental que esperaba Francia para impulsar una negociación que parecía estancada. De ahí las aperturas previas y mínimas que presentó la Comunidad en materia agrícola. Fernando Morán subrayó también que, a pesar de estos acuerdos de principio, se deberá negociar en lo sucesivo capítulo por capítulo, refiriéndose, entre otros, al capítulo pesquero.

El ministro español de Asuntos Exteriores afirmó también, al término de la reunión, que se "está trabajando para lograr un acuerdo lo antes posible", teniendo en cuenta la fecha-objetivo fijado por la CEE, el 30 septiembre

Antes de entrar en la sala de reunión, a las cuatro de la tarde, Morán indicó que se podía entablar un "diálogo constructivo y examinar los principios y criterios". Morán y Marín habían desayunado -"reunión muy grata"- ayer con sus homólogos franceses, Claude Cheysson y Roland Dumas, respectivamente. En el Consejo de Ministros del lunes en Madrid, según fuentes españolas, el titular de Agricultura, Carlos Romero, había logrado frenar el ímpetu que apuntaba hacia una negociación aunque faltaran el vino y el aceite de oliva.

Posturas rígidas

Sobre el desarme arancelario para la industria, la CEE mejoró su oferta, pasando de tres a seis años (que serán siete al final). El problema, sin embargo, es que, con los tramos propuestos, al cabo de los 12 primeros meses los aranceles españoles frente a la CEE se habrían reducido en un 40%, y en un 55% al cabo del segundo año, tras la adhesión. Además la CEE quiere un desarme más rápido para los aranceles superiores a un 20%, que podrían aplicarse fundamentalmente a automóviles y electrodomésticos. Morán quiere un período más largo, y consideró excesiva la concentración de las reducciones arancelarias al principio del período transitorio.

Por otra parte, España contestó ayer a la CEE en materia de pesca. Las posiciones están sumamente enfrentadas, y así, donde la CEE ofrece a España un período transitorio de 10 años con licencias y unas cuotas similares a las actuales, España insiste en un período de transición nulo, sin licencias, con un aumento sustancial de las cuotas y pleno acceso a las 12 millas exclusivas de la costa francesa.

El ministro francés de Relaciones Exteriores, Claude Cheysson afirmó que este era un capítulo extraordinariamente delicado para España, pues parte de su flota se encuentra en una región políticamente difícil".

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