La creciente adulteración de alimentos, denunciada por los laboratorios municipales

El fraude de adulteración de aceite no sólo no ha disminuido, o desaparecido, a raíz del síndrome tóxico, sino que ha experimentado un ligero aumento en el año 1982, donde destaca el mayor empleo de mezclas a base de grasas animales. Esta fue una de las conclusiones a las que se ha llegado en el segundo simposio sobre laboratorios municipales que se ha celebrado en Barcelona, durante tres días, con la asistencia de 280 congresistas pertenecientes a las ramas de la veterinaria, la química, la farmacia y la medicina.

En la comunicación presentada por el Laboratorio Municipal de Madrid se puso de manifiesto que, de un total de 4.267 muestras entregadas por los propios consumidores entre el 1 de junio de 1981 y el 30 de junio de 1982, el fraude en los aceites comestibles continúa con un mayor empleo de las grasas animales frente a las mezclas realizadas con aceites de semillas y de orujo que se venían practicando durante el año pasado.También, en la comunicación presentada por el Laboratorio de Barcelona sobre los análisis de vinos, efectuados durante un año, se ha podido dictaminar que, si bien los parámetros característicos están de acuerdo con la presente legislación, en una inmensa mayoría de las muestras analizadas aparece el uso de un aditivo prohibido como es la cloropicrina.

Estas dos comunicaciones forman parte de las dieciocho que fueron presentadas a la segunda ponencia del simposio basada en el control higiénico y sanitario de la calidad de los alimentos.

Otras seis más fueron presentadas a la ponencia que, sobre la protección de la salud materno-infantil, expusieron los representantes del Instituto Municipal de la Salud de Barcelona y que versó sobre la protección del niño desde antes de la concepción. Según el doctor Cots, la íntima relación madre-niño y la imposibilidad de disociarla en los primeros años de vida, obliga a ampliar el concepto preventivo ya desde la pregénesis (información y exámen de la pareja), para continuar luego en el embarazo, el parto y la protección al lactante.

Esta prevención deberá continuar durante el período preescolar y escolar a través de las guarderías, los controles sanitarios periódicos y las vacunaciones. El doctor Cots manifestó que gracias a estos controles se ha reducido la mortalidad infantil de manera evidente, a la vez que aumentaba la educación y los cuidados sanitarios de la pareja y de la embarazada. Sin embargo, existen otro tipo de riesgos que preocupan a la Organizacíón Mundial de la Salud (OMS), como son la aparición de enfermedades que se daban por desaparecidas.

Según el doctor Boris Belimirovitch, representante de la OMS en este simposio, ha vuelto a reaparecer la escarlatina, enfermedad cíclica que alcanzó su más alta cota en el siglo XVIII llegando incluso a causar muertes, en países europeos con un alto índice de desarrollo.

Lo mismo ocurre con la proliferación de los piojos en los colegios y con la hepatitis, de los que también se están dando casos alarmantes en toda Europa.

Servicio gratuito

En este segundo simposio sobre laboratorios e institutos municipales de higiene (el primero se realizó en 1979) se ha demostrado el desarrollo y la calidad de los trabajos que se efectúan en estos centros municipales, muchos de ellos desconocidos para la gran masa de la población.Desde las vacunaciones periódicas a los niños, hasta el análisis de cualquier alimento que el ciudadano quiera llevar, todo ello realizado de forma gratuita, los laboratorios municipales han pasado a controlar diariamente la sanidad de los consumidores en otros aspectos como son el control del agua potable, de los establecimientos públicos, de la vacunación de animales, así como de aspectos epidemiológicos y de medio ambiente.

En la actualidad se puede decir que la mayoría de los ayuntamientos de las grandes ciudades cuentan ya con un laboratorio municipal. Esto significa un gran paso sí se tiene en cuenta que en el primer simposio que se celebró en el año 1979, sólo asistieron los cinco laboratorios municipales que existían en ese momento y que pertenecían a Madrid, Barcelona, Valencia, Vigo y Burgos.