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La verdad sobre la lección de “primero de Sha” de Josie en MasterChef Celebrity (y el pH de los tomates)

Así definió esta fruta ayer el concursante de MasterChef Celebrity, así lo explican en una clínica frecuentada por famosos y esto es lo que hay que saber para distinguir los mitos de la realidad

El estilista y concursante de 'MasterChef Celebrity', Josie, en el restaurante Bel Mondo de Madrid
El estilista y concursante de 'MasterChef Celebrity', Josie, en el restaurante Bel Mondo de MadridSANTI BURGOS
Manuela Sanoja

“El azúcar es veneno y el tomate es agresivo. Eso te lo dicen en primero del Sha”, decía Josie anoche durante una prueba de MasterChef Celebrity. ¿Primero de Sha? ¿Qué diantres es eso?, se preguntaba más de uno de los telespectadores, bien versados en elaboraciones, emplatados, cocina tradicional y de vanguardia, pero no tanto en esta famosa clínica de bienestar situada en Alicante, a la que acuden famosos y ricos de la talla de Isabel Preysler y Naomi Campbell.

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“El tomate, al igual que los pimientos, es un alimento oleaginoso. Es decir, es ácido para el cuerpo y perjudica su alcalinidad”, nos aseguran desde Sha cuando les pedimos que expliquen la afirmación del concursante. La idea es uno de los principales postulados de una de las dietas más difundidas por celebridades como Gwyneth Paltrow (sí, la misma a la que la comunidad científica corrige cada vez que abre la boca para dar un consejo de salud), y su origen está en el libro El milagro del pH (2002), de Richard Young. La obra sostiene que el cuerpo humano es ligeramente alcalino (el valor del pH oscila entre 7,35 y 7,45), pero su grado de acidez varía peligrosamente en función de lo que comemos.

Según sus defensores, hay que eliminar de la dieta alimentos como el tomate, que incrementan la acidez del cuerpo y favorecen el desarrollo de enfermedades como el cáncer, la obesidad, los trastornos cardiovasculares, además de acelerar el proceso de envejecimiento (en cambio, bebidas como el agua con limón alcalinizan, limpian el organismo y sirven de antídoto contra los tumores). Pobre tomate, porque no es la primera vez que el estilista suelta esta perla. Hace pocos días lo contaba como anécdota en una entrevista para EL PAÍS, en la que atribuía la frase a Beatriz de Orleans y comentaba que este tipo de centros de wellness le han “enseñado mucho a la hora de comer”. Pues habrá que aprender, pero primero, ¿qué dice la ciencia sobre esta afirmación, y otras propias de la dieta del pH?

La respuesta es que, además de haber llevado a su gurú a tribunales, los científicos la critican por su falta de rigor. “No es ético desde el punto de vista de un profesional de la salud”, sentencia Rubén Bravo, director del Departamento de Nutrición del Instituto Médico de la Obesidad. Para empezar, no es necesaria una dieta para mantener el pH de nuestro cuerpo en las cifras óptimas: “El pH de la sangre se mantiene en unos límites muy estrechos y nuestro organismo tiene sistemas de regulación del equilibrio ácido-base para que no se produzca ni acidosis (pH menor de 7,35) ni alcalosis (pH superior a 7,45), porque que ocurriera supondría una importante amenaza para la salud humana”, asegura la endocrinóloga Nieves Palacios, del Centro de Medicina del Deporte de la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte. Para eso, asegura el nutricionista Aitor Sánchez, “tenemos órganos como los riñones o el hígado, que trabajan en filtrar y mantener nuestro cuerpo como debe”.

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Más allá de la alcalinización, lo más importante es tener claro que ni esta ni ninguna otra dieta pueden curar enfermedades como el cáncer. Así lo asegura el Instituto de Investigación del Cáncer de Estados Unidos en un comunicado, que desmiente la utilidad de la dieta del pH para prevenir o aliviar el desarrollo de tumores. Tampoco beber agua alcalina (con bicarbonato, por ejemplo) es un talismán contra esta enfermedad, según concluye una reciente revisión de la literatura científica publicada en BMJ Open. Y, como ya contamos en esta revista, ningún estudio ha podido probar hasta hoy los beneficios para la salud de la dieta alcalina.

Así que, quien no quiera comer tomate que sea por una cuestión de gustos, no porque se imagine a este fruto como uno de esos violentos vegetales que protagonizaron El ataque de los tomates asesinos, allá por 1978. Y, como norma general, desconfía de los consejos de salud que puedan dar los famosos, ya que —según los expertos— pueden ser potencialmente dañinos.




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