
Un gran yacimiento de crudo entra en campaña
Dilma Rousseff utiliza el descubrimiento de petróleo contra su rival ecologista

Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

Dilma Rousseff utiliza el descubrimiento de petróleo contra su rival ecologista

La actividad del mayor mercado sudamericano, ejemplo de empuje durante una década, se frena debido al parón de las exportaciones y la fatiga del consumo interno

La presidenta brasileña rebate las acusaciones de corrupción y remonta en los sondeos

Dilma Rousseff y Marina Silva polarizan las encuestas y los debates. El tercer candidato, el más conservador Aécio Neves, se desdibuja

La presidenta brasileña acusa a la candidata de vaguedad en sus propuestas y ésta le reprocha la mala marcha de la economía

Marina Silva, reina fulgurante de las encuestas, es criticada pos sus oponentes por ceder a presiones religiosas y por presentar un programa esquizofrénico

Los datos económicos complican aún más la reelección de Dilma Rousseff

Robert Wilson hace que el lector se plantee dilemas a través de un asesino en 'Pena capital'

Las encuentras prevén una victoria en primera ronda y un empate en la segunda

Los BRICS aportarán al New Development Bank (NDB) 100.000 millones de dólares para proyectos de desarrollo

El presidente firma acuerdos en Brasilia sobre infraestructuras y energía

Terminó. Acabou. El taxista dice que estaba deseando que el Mundial acabara porque, en el fondo, lo de que se paralice el tráfico por causa de los partidos no le acarrea más que pérdidas

Las siete u ocho calles, en el centro de São Paulo, conforman un territorio exclusivo, un mundo aparte dentro de la ciudad


El país vive como una humillación la histórica goleada en el Mundial de fútbol.

Las protestas, las elecciones, todo se había aparcado en Brasil por la celebración del Mundial del que es anfitrión

Ya nadie trabaja. Hoy, en todo el país no se habla de otra cosa. Hoy hay partido

Los linchamientos populares no son algo extraordinario en Brasil. A principios de mayo se hizo famoso el caso de un ama de casa asesinada por sus vecinos


El expresidente brasileño alerta de que hay “cosas podridas en la política actual”

São Paulo diseña su futuro para dentro de 30 años con el objetivo de reducir los ingentes atascos que la ahogan y de mejorar la movilidad de las personas

Los seguidores brasileños (y la prensa deportiva) se preguntan si la angustia que parecen sufrir los jugadores de la selección no estará minando ya su estabilidad psíquica

Las victorias de Brasil son celebradas con apoteosis enfebrecidas que duran horas, hasta la madrugada del día siguiente

Un pintor de brocha gorda de un barrio pobre de São Paulo decidió dar seguridad vestido de superhéroe

Las manifestaciones casi desaparecen durante el Mundial, aunque las elecciones las reactivarán

El Mundial discurre mejor de lo esperado. Es cierto. En parte, porque lo esperado era muy malo, una suerte de apocalipsis brasileño en el que poco o nada iba a funcionar como debiera

No he encontrado un brasileño que no desarrolle una pequeña, íntima o compartida superstición los días de los partidos cruciales y, paralelamente, no he visto pueblo que exija más a su equipo

En julio de 2002, después de ganar la final del Campeonato del Mundo, el capitán de la selección de Brasil, Marcos Evangelista de Moraes, levantó la Copa del Mundo con los dos brazos y una sonrisa alucinada

Muchos de los estadios de fútbol construidos o reconstruidos para este Mundial de fútbol se asientan cerca de favelas. No es algo muy raro, ya que las afueras de las grandes ciudades brasileñas son, de hecho, cinturones de favelas

La protesta de una parte del público contra la presidenta de Brasil en el partido inaugural inflamó las redes sociales e incendió la precampaña de las elecciones de octubre


En 1914, un futbolista mulato del elitista club Fluminense, de Río de Janeiro, para disimular el color de su piel, se embadurnó la cara con polvo de arroz.

Cuentan que en el Mundial de 1950, Pelé, por entonces de nueve años, oyó el partido de la final por la radio junto a su padre, un conocido futbolista, y tras la derrota de Brasil a manos de Uruguay en el Maracaná le vio llorar en silencio al lado del aparato

En todos los sitios hay huelgas y manifestaciones, no sólo aquí, fíjense en Francia, o en España, donde no hay taxis, son cosas puntuales, normales, y la Copa del Mundo está a punto de empezar, falta un día, y miren…

La huelga del metro paraliza São Paulo a dos días del campeonato

La capital portuguesa recibe a más de 120.000 hinchas, la mitad sin entrada, que podrán ver el partido en pantallas gigantes

Miles de aficionados españoles empiezan a llegar a Lisboa y se mezclan en las calles que sufren grandes atascos

La policía lusa y la UEFA desaconsejan la instalación de los monitores en la calle para ver la final y estudian alternativas

Lista de los lugares de interés de una ciudad turística y hermosa

Más de 60.000 españoles tomarán la capital portuguesa, donde no hay plazas hoteleras