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El gran plan contra el cambio climático del Gobierno se queda en el aire

El Ejecutivo asume que se ha quedado sin tiempo para llevar al Congreso su ley

La ministra Teresa Ribera la semana pasada.
La ministra Teresa Ribera la semana pasada. KIKE PARA
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A pesar de estar en la zona cero de Europa del cambio climático –la región mediterránea es la más expuesta a los impactos del calentamiento en la UE– España seguirá sin contar con una ley para combatirlo. El adelanto electoral y los retrasos a la hora de presentar los textos han vuelto a hacer naufragar la posibilidad de tener una ley que el Congreso ya reclamó al Gobierno en 2011. El Ejecutivo tiene previsto aprobar el viernes el anteproyecto de la ley de cambio climático y transición energética tras varios retrasos. Pero no dejará de ser una declaración de intenciones. En el Ministerio para la Transición Ecológica asumen que no hay tiempo para que pueda entrar en el Congreso porque las Cortes se disolverán antes. Eso sí, este departamento resalta que en solo ocho meses ha conseguido abrir el debate sobre las medidas necesarias para combatir el cambio climático.

La otra gran pata del programa climático del Gobierno socialista la conforma el programa nacional de energía y clima, que el Ejecutivo debería haber enviado antes del 31 de diciembre a la Comisión Europea. En estos momentos, solo dos países de la UE no han remitido su programa a Bruselas: Luxemburgo y España. El viernes está previsto que se solvente este asunto, ya que se aprobará en el Consejo de Ministros el borrador de plan y se enviará luego a la Comisión.

Las líneas maestras de ese programa –que traza la ruta energética de España en la próxima década– ya han sido desveladas por el ministerio a lo largo de las últimas semanas. Por ejemplo, la inversión que se requerirá movilizar –80% privada y 20% pública– será de unos 235.000 millones entre 2021 y 2030. Entre un 40% y un 45% será inversión en renovables, según informó la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, la semana pasada; y entre un 30% y un 35% será para eficiencia. El objetivo para 2030 que plantea el plan es que las renovables representen más del 70% de la generación eléctrica para entonces, frente al 40% actual; y que esas energías limpias supongan alrededor del 40% del consumo final bruto, frente al 17% actual.

Retrasos

En un principio, el ministerio se había comprometido a tener listo el primer borrador de ley de cambio climático en agosto, pero el texto no llegó hasta noviembre y tampoco empezó su tramitación en el Congreso en 2018, como también había anunciado el departamento de Ribera. Unos retrasos similares ha vivido el plan nacional de energía y clima. Las últimas dilaciones las achaca el ministerio a la falta de acuerdo entre las tres principales eléctricas –Endesa, Iberdrola y Naturgy– para afrontar el cierre del parque nuclear. Finalmente, las eléctricas y el ministerio acordaron un calendario de cierre que culminaría en 2035.

Ribera habría conseguido así poner de acuerdo a las eléctricas, pero a costa de renunciar a una promesa histórica del PSOE: que las nucleares no superen los 40 años de vida útil previstos en su diseño inicial. Con el calendario cerrado, frisarán los 50.

En todo caso, el plan de energía y clima tampoco es definitivo. Es un borrador que debe revisar la Comisión para ver si se ajusta a los objetivos de reducción de gases de efecto invernadero. Luego será el Gobierno que salga del 28 de abril el que lo apruebe definitivamente.

2040 y el final de los coches con motores de combustión

Cuando en noviembre el ministerio presentó el borrador de ley de cambio climático una de las medidas que más críticas despertó fue el veto a los coches nuevos que emitan CO2 a partir de 2040. Finalmente, según las fuentes consultadas, ese veto se mantendrá en el anteproyecto que se aprobará el viernes. El ministerio ha querido adoptar la misma redacción que fija la estrategia europea de descarbonización a 2050. Y establece que "no más tarde del año 2040" los turismos y los vehículos comerciales ligeros deberán ser de "emisiones de cero" de CO2. Aparentemente, el Gobierno suaviza la forma de expresar ese veto, pero el fondo es el mismo. El Ejecutivo también pondrá en marcha iniciativas que faciliten la transición como el apoyo en I+D+i. Esta medida es fundamental en la lucha contra el cambio climático; el 26% de todos los gases de efecto invernadero de España proceden del transporte, principalmente, del de carretera.

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