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Un vaso de agua del grifo, por favor

Las Administraciones avanzan en proyectos para promocionar su consumo en la hostelería

Una mujer echa agua en un vaso en un bar de Sevilla / En vídeo, ¿en qué consiste la iniciativa #PideJarradeAgua? MARIO JARAMILLO, CARLOS MARTÍNEZVídeo: PACO PUENTES
Laura Delle Femmine

“Un vaso de agua del grifo, por favor”. Quien lo pida puede confiar en la amabilidad del camarero o enfrentarse a un seco: “Solo tenemos de botella”. Y el debate está servido: ¿bares y restaurantes tienen que ofrecer agua del grifo gratis a sus clientes? En algunos lugares de España, sí. Por ley. En Navarra este gesto de cortesía ya es una obligación, mientras Baleares y Andalucía están a punto de aprobar una norma que haga lo suyo. A la vez, decenas de Ayuntamientos y asociaciones han lanzado campañas de sensibilización para dignificar el agua corriente. Algo que, aseguran, promocionan tanto por razones medioambientales como de salud, en línea con la tendencia en la Unión Europea.

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De París a Córdoba, de Quebec a Zaragoza, el agua de grifo vive un despertar. En España, la última campaña de gran alcance es #PideJarraDeAgua. La lanzó en agosto la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) para solicitar una ley que obligue a bares y restaurantes a ofrecer agua del grifo gratis a sus clientes y reducir así el consumo de alcohol y bebidas azucaradas. “Además, ¿por qué el consumidor tiene que pagar por algo que es gratis?”, dice Enrique García, de OCU. Según la asociación, solo el 14% de los locales se niega a servir agua no embotellada y el 60% de los consumidores es favorable a la medida.

En Martina Cocina siempre hay olor a hojaldre. La luz entra por un amplio ventanal y se refleja en las mesas de madera. Aquí, el agua se sirve en cajas de cartón. Este local del centro de Madrid, conocido por sus tartas y empanadas argentinas, pensó que de esta manera podría poner su granito de arena en el cuidado del medioambiente, en un país que es el cuarto productor y quinto principal consumidor de agua embotellada de Europa, según la asociación de aguas envasadas (Aneabe). “Pero el cliente siempre tiene la posibilidad de pedir agua de grifo”, asegura Martina Correa, dueña del establecimiento.

Según estimaciones de Greenpeace, cada día se ponen en venta en España 10 millones de envases que contienen agua. Una amenaza para el medioambiente que Navarra y Baleares han atajado incluyendo en sus leyes de residuos la obligación para hostelería y restauración de ofrecer agua del grifo gratis a los clientes. Navarra, donde la nueva norma ya está en vigor, se enfrentó en 2017 a casi dos millones de kilos de envases de agua mineral, equivalentes a la emisión de 1.477 toneladas de CO2. “Es una importante medida de prevención y de concienciación”, asegura la Administración autonómica, “pero debe ir acompañada de un acceso a agua de calidad, y en ese sentido hay diversas situaciones en las distintas autonomías que entendemos que el Gobierno central tendrá que valorar”.

“El sabor cambia por zonas. La gente piensa que no es potable aunque cumpla con todos los requisitos”

El Ministerio de Sanidad asegura que el 99,5% del agua de España es apta para el consumo. No concreta sin embargo si convertirá la cortesía del vaso de agua de grifo en obligación, aunque señale que hay que impulsar su consumo “al menos” en escuelas y hospitales públicos, y reconozca que es eficaz en reducir la ingesta de productos menos sanos.

Por otro lado, la UE está revisando la directiva sobre agua potable impulsada por Derecho al Agua, la primera iniciativa ciudadana que logró recoger un número suficiente de firmas para llamar a las puertas de Bruselas y pedirle que reconozca el agua como un derecho humano, tal y como establece la ONU. En este sentido, la norma “promueve” el consumo de agua de grifo e “incentiva” su suministro gratuito en edificios públicos y restaurantes y bares, pero no fija ninguna obligación.

“Esta redacción podría provocar malentendidos”, comentan desde EurEau, la federación europea de los servicios nacionales de agua. Explican que la mayoría de Estados miembros no cuenta con una legislación al respecto, como es el caso de Alemania, Italia o Finlandia, aunque en muchos países es costumbre ofrecer agua gratis a los clientes. En Francia, por otro lado, está incluida por ley en el precio de la comida, al igual que la sal o la pimienta. En breve, también los establecimientos andaluces tendrán que servir agua de grifo gratis a sus clientes

Resistencias

Andalucía será la primera comunidad en aprobar una norma de hábitos saludables. “No ha habido choques relevantes con el sector de la hostelería”, asegura la Consejería de Salud de la Junta. Pero añade que “ha habido mayor dificultad con las empresas de agua embotellada”. La patronal del sector, que factura unos 1.000 millones de euros al año, mantiene que se podría producir una “banalización” de las cualidades de las aguas minerales naturales que “va en detrimento” de una correcta información al consumidor: “El fomento del consumo del agua de grifo por parte de la Administración no debe hacerse atacando el agua envasada”. Algo que también repiten los responsables de los servicios públicos.

“No queremos abrir una guerra con las embotelladoras, vamos a centrar el discurso en la sostenibilidad”, comenta María Álvarez, directora de marketing de Aguas de Barcelona. En noviembre la empresa lanzará una campaña para fomentar el consumo de agua de grifo, algo parecido a lo que lleva haciendo en distintos ayuntamientos desde hace dos años la Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento (Aeopas) con su iniciativa #ProGrifo.

La hostelería dice que una eventual ley nacional que obligue a dar agua de grifo gratis sería un atropello

Luis Babiano, gerente de Aeopas, explica que la iniciativa quiere “dignificar” el agua corriente y se propone en última instancia concienciar sobre el cambio climático: “A partir de ahí, que cada uno elija consumir lo que quiera. El debate es mucho más amplio”. La campaña pasa por crear una imagen de marca del agua de grifo, facilitar su acceso e informar sobre sus cualidades. “También hay que buscar incentivos para que la hostelería se sienta a gusto, porque es parte esencial del proyecto”.

La Federación Española de Hostelería (FEHR) explica, sin embargo, que la eventual aprobación de una ley nacional similar a la de Navarra o Andalucía sería un atropello y explica que es costumbre en el sector servir agua de grifo a cualquiera que lo pida: “Nos asombra que una normativa pueda obligar a ofrecer los recursos de estos empresarios de manera gratuita menoscabando su libertad”. 

La OCU rebate recordando que el coste del agua de grifo es de 0,002 céntimos el litro. “¿Puede afectar la rentabilidad de un establecimiento?”, se pregunta García. “Además, la restauración siempre lo puede repercutir en el precio de los platos”. Un problema aparte, apunta, es su sabor. Aunque la calidad esté asegurada, sus propiedades organolépticas no siempre son satisfactorias para el paladar.

Por ello, Aeopas ha lanzado en Zaragoza una campaña para que los hogares tengan acceso al análisis químico del líquido que sale de sus tuberías y le tengan así más confianza. Aguas de Barcelona, por otro lado, se ha propuesto hacer pedagogía del producto. “El sabor cambia por zonas. La gente piensa que no es potable aunque cumpla con todos los requisitos”, asegura Álvarez.

Martina Correa comenta que el dueño de un negocio nunca debe olvidar que también es cliente en otros lugares: “Me gusta que me den una jarra de agua de cortesía, pero no por eso dejo de pedir otra bebida que me apetezca”. Sin embargo, cree que no debería convertirse en una obligación ofrecerla. “Pero sí servirla cuando alguien la solicite”. 

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Sobre la firma

Laura Delle Femmine
Es redactora en la sección de Economía de EL PAÍS y está especializada en Hacienda. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Trieste (Italia), Máster de Periodismo de EL PAÍS y Especialista en Información Económica por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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