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El PNV arranca una subida de las pensiones vinculada al IPC y salva los Presupuestos

Rajoy asume la petición de aumentar las pensiones e impulsar el diálogo en Cataluña

Cristóbal Montoro, en el debate de Presupuestos.Vídeo: Claudio Álvarez | EL PAÍS
Miquel Alberola

El PNV ha desvelado este miércoles que ayudará al Gobierno a superar el primer trámite de los Presupuestos de 2018 rechazando mañana las seis enmiendas a la totalidad presentadas al proyecto. El portavoz parlamentario del PNV, Aitor Esteban, ha confirmado tras la primera sesión del debate a la totalidad en el Congreso que su formación ha alcanzado un pacto con el PP y que se sumará a sus votos, los Ciudadanos, Coalición Canaria, Foro Asturias y UPN para rechazar las enmiendas del PSOE, Unidos Podemos, ERC, PDeCAT, Compromís y EH Bildu.

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Esteban ha explicado que este martes hubo una reunión entre Mariano Rajoy y el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, en la Moncloa y que el Gobierno ha asumido hoy mismo diversas peticiones del PNV, como una subida generalizada de pensiones y diálogo en Cataluña. Se ha pactado un incremento de todas las pensiones en función del IPC para 2018 y 2019. Además, se retrasa la entrada en vigor del factor de sostenibilidad (que implica un recorte en las nuevas pensiones) hasta 2023. También se ha acordado elevar el 56% la base reguladora de las pensiones de viudedad (y el año que viene del 60%).

El portavoz del PNV en el Congreso asegurado que la propuesta de su formación recoge las exigencias de los sindicatos y "las reivindicaciones que se están haciendo en la calle". Era "lo justo y lo que había que hacer. No contemplábamos otra solución", ha afirmado. "Lo que hemos hecho", ha justificado, "es hacer política con mayúsculas y ganar tiempo político para Cataluña".

Ahora el camino será más llano, aunque no estará expedito. La intervención de la Generalitat de Cataluña mediante el artículo 155 de la Constitución todavía puede hacerlos descarrilar si en el momento de aprobar en pleno el dictamen de la comisión del proyecto de ley de Presupuestos (ente el 21 y el 24 de mayo) persiste la aplicación del precepto. El PNV sigue teniendo la llave. A partir de este compromiso, el PNV se abre a negociar otras enmiendas parciales con el PP para asegurar la aprobación de los Presupuestos en mayo.  

Según Esteban, el PNV ha reiterado a Rajoy su preocupación por la situación de Cataluña y su oposición al 155, pero ha valorado que el presidente se haya referido este miércoles en los pasillos del Congreso a su "compromiso firme" de que la excepcionalidad desaparezca en cuanto se elija nuevo Gobierno en Cataluña y que se abrirá una etapa de diálogo. El propio portavoz ha insistido en que la aceptación de sus propuestas por parte del Gobierno "no asegura la aprobación de las cuentas" y que este viernes su partido presentará, además de las enmiendas parciales relacionadas con la mejora de las pensiones, "un abanico de enmiendas para que los Presupuestos sigan mejorando"

El pasado viernes el Grupo Vasco dio la primera señal de aliento a las Cuentas del Gobierno para 2018 al no registrar ninguna enmienda a la totalidad, como ya hiciera en 2017 evitando que los Presupuestos no superaran este primer trámite parlamentario. Pero el momento de la verdad será este jueves, cuando se voten las enmiendas a la totalidad. En ese momento los Presupuestos podrían decaer y no seguir su trámite si el PNV no vota con el PP, Ciudadanos y Coalición Canaria frente a las propuestas del resto de la oposición.

Con los votos del Grupo Vasco para rechazar las enmiendas de la oposición, el PP sumará 175 votos (junto a los de Ciudadanos, Coalición Canaria, UPN y Foro Asturias) contra los 175 de la oposición (PSOE, Unidos Podemos, ERC, PDeCAT, Compromís y Bildu). Nueva Canarias se ha desmarcado por ahora, como ocurrió en 2017, aunque un empate repetido en tres votaciones daría luz verde a las cuentas del Gobierno. Pero sin el apoyo del PNV los Presupuestos ya no tendrían recorrido. El Gobierno podría prorrogarlos y recurrir al decreto ley, pero sería más vulnerable y la incertidumbre debilitaría la ya desfallecida legislatura

Superado el trámite del jueves, se mantendrán vivos los Presupuestos más allá del 22 de mayo, fecha límite del plazo de dos meses para que el Parlament de Cataluña elija a un presidente. La investidura de un presidente permitiría al Gobierno retirar el 155 y al PNV mantener su coherencia hasta el final votando los Presupuestos en los días siguientes.

La posición del PNV es compleja. El apoyo a los Presupuestos de 2017 le resultó muy beneficioso. Logró una rebaja del Cupo Vasco por valor de 1.400 millones, la reducción de la tarifa eléctrica de sus grandes empresas y una inyección de 3.380 millones para la alta velocidad. Para 2018, el PP contempla un aumento de la inversión en el País Vasco del 32%. Además, el PNV necesita el apoyo del PP en Euskadi para salvar los Presupuestos del Gobierno vasco. El carácter pragmático del PNV le mueve a buscar un forzado equilibrio en el límite que le permita apoyar los Presupuestos, en los que puede aumentar las ventajas en una negociación que ya se da por cerrada, sin traicionar la posición solidaria con los partidos soberanistas catalanes y exponerse al desgaste en el País Vasco por apuntalar al Gobierno que ha intervenido la Generalitat desde Madrid.

Montoro defiende las cuentas

En un ambiente monopolizado por la dimisión de Cristina Cifuentes, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha defendido este miércoles el proyecto de presupuestos en el Congreso de los Diputados, durante la primera sesión del debate de enmiendas a la totalidad. Unos presupuestos, ha incidido, que garantizan las pensiones. Por la tarde ha sido la oposición la que ha sostenido sus enmiendas para tratar de evitar que el proyecto prospere. Montoro ha definido como “un proyecto creíble de un Gobierno que ha frenado la recesión” y “la caída y destrucción de puestos de trabajo para convertirá en la creación de más de dos millones de puestos de trabajo”. Y ha puesto el énfasis en el gasto social del proyecto, que, ha asegurado, supone “más dinero que nunca en comparación con los Presupuestos de la democracia”.

Incluso ha esgrimido la capacidad de diálogo del Gobierno, que, ha dicho, demostró en los Presupuestos de 2017 y en el acuerdo sobre techo de gasto, alcanzando el consenso necesario. Para situar a la oposición ante sus propias contradicciones, ha hecho guiños no exentos de populismo. Se ha referido “a las personas cuyas rentas dependen del proyecto”, como los funcionarios, que se beneficiarán “gracias al acuerdo con los sindicatos”. Ha expuesto el aumento de los salarios de la función pública y de las fuerzas de seguridad del Estado, así como el de las pensiones, “el gran canal de solidaridad entre los españoles”. “Las pensiones las garantiza el Estado con los Presupuestos, no los ingresos ni la Seguridad Social”, ha advertido.

Tampoco se ha olvidado de la financiación territorial. “La más alta de su historia con 4.248 millones”, ha señalado. Unos presupuestos que, además, “permitirán al Gobierno afrontar la reestructuración de la deuda de las comunidades”. Ni de las ayudas para los estudiantes: “Nunca ha habido tanto dinero en un presupuesto para las becas”. “Máximos históricos”, ha solemnizado. Con la sonrisa desafiante, el ministro se ha mostrado convencido de que “ningún diputado está en contra de subir las pensiones, el sueldo de los funcionarios o la financiación autonómica”. Sin embargo, no ha cerrado la puerta a seguir negociando para que la votación de este jueves “abra las puertas de la estabilidad política de nuestro país”.

Pero los seis partidos políticos que han pedido la devolución de los Presupuestos (PSOE, Unidos Podemos, ERC, PDeCAT, Compromís y EH Bildu) han criticado que las cuentas presentadas por Montoro no incluyan suficiente inversión en servicios esenciales como la educación o la sanidad.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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