MSF denuncia la "lentitud" de las agencias humanitarias en la lucha contra el cólera en Haití
El CDC afirma que la cepa que ha extendido la enfermedad por el país es parte de una pandemia que comenzó hace medio siglo
La organización internacional Médicos sin Fronteras (MSF), una de las que mayor presencia tienen en Haití -estima que atiende a un 80% de los casos de cólera-, ha denunciado la "lentitud" con la que están trabajando los actores humanitarios en el terreno ante la epidemia que azota el país desde hace ahora un mes y que ha causado la muerte a 1.186 personas, según la última cifra hecha pública por las autoridades sanitarias. El coordinador de MSF en Haití, Stefano Zannini, ha manifestado, en declaraciones recogidas en un comunicado, que la "falta de una respuesta decidida" debilita los "esfuerzos para frenar la epidemia".
"Hacen falta más actores para tratar a los enfermos" ha afirmado el responsable de la ONG, quien además ha instado a la comunidad desplazada hasta el país caribeño que "no es tiempo para debates". Según las cifras aportadas por esta organización, presente en el país antes del terremoto del 12 de enero, más de 16.500 personas han sido asistidas por sus trabajadores. El balance de hospitalizados actualizado en la web del Ministerio de Salud Pública haitiano se eleva a 19.646.
Parte de una pandemia mundial
La epidemia del cólera en Haití forma parte de una pandemia mundial que comenzó hace 49 años y probablemente llegó al país caribeño a través de una sola persona, han informado el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Los expertos de estos dos organismos son pesimistas respecto a su evolución: piensan que la epidemia, que ha alcanzado a la República Dominicana y ha cruzado el estrecho de Florida puede empeorar fácilmente pese a los esfuerzos para controlarla.
En Haití no había casos de cólera -que se extiende cuando la bacteria entra en contacto con agua, casi siempre a través de residuos humanos- desde hacía más cien años, pero los especialistas dicen que las condiciones para su propagación en este país, arrasado por el terremoto y azotado de nuevo en noviembre por el huracán Tomás, son casi las idóneas: no hay un sistema de alcantarillado adecuado, la gente tiene que defecar al aire libre, la población vive hacinada, hay lluvias torrenciales y no hay acceso a agua limpia.
Por las pruebas genéticas realizadas se sabe que en muchas muestras la bacteria vibrio cholerae es idéntica, lo cual respalda la teoría de que habría una única fuente, según el CDC y la OPS. "Si estas muestras son representativas de las que están circulando en Haití, los resultados indican que probablemente la vibrio cholerae se introdujo en Haití a través de un único caso", dice un informe semanal del CDC. "Las cepas de vibrio cholerae que no se pueden distinguir de la cepa del brote mediante ningún método usado se han hallado anteriormente en países del sur de Asia y de otras zonas", añade.
Bebiendo agua no tratada
En este sentido, explica que "Haití es el último país que ha resultado afectado por la actual pandemia de cólera, que comenzó hace 49 años en Sulawesi (Indonesia), ha perdurado y se ha extendido más que cualquier otra pandemia de cólera conocida". Muchos haitianos culpan a los miembros de la misión de paz de la ONU presente en el país, la Minustah, de haber llevado allí la enfermedad. Los disturbios que se han producido por este motivo y que hace dos días llegaron a la capital están dificultando las labores de lucha contra el cólera. En esete sentido, la OPS ha pedido hoy a la población de Haití que apoye a los trabajadores sanitarios, a la ONU y a las ONG para que puedan seguir atendiendo a los pacientes.
La mayoría de las personas que han contraído la enfermedad trabajaban en arrozales inundados en el departamento de Artibonite. Según el CDC, la mayor parte habían bebido agua no tratada del río Artibonite o de canales y el 78% solían defecar al aire libre. Antes del devastador seísmo, sólo el 12% de la población haitiana disponía de agua corriente y tratada, y sólo el 17% tenía unas condiciones higiénicas adecuadas, según el CDC y la OPS. Ahora la situación ha empeorado. Sobre el futuro, los investigadores afirman que "el curso del brote de cólera en Haití es difícil de predecir". "La población haitiana no está inmunizada frente al cólera y las condiciones ambientales de Haití son favorables para que siga propagándose", agregan. Los campamentos donde viven más de un millón de personas que se quedaron sin hogar a causa del terremoto no disponen de instalaciones donde lavarse las manos y en muchos de ellos no hay agua limpia.
El cólera puede combatirse con antibióticos, pero el mejor tratamiento es suministrar por vía intravenosa fluidos, sales y azúcares para que el cuerpo recupere las sustancias que ha perdido por la diarrea y los vómitos. "En 2009, 45 países informaron a la Organización Mundial de la Salud sobre un total de 221.226 casos de cólera y 4.946 muertes por cólera, pero se cree que la cifra real de casos anual es bastante más alta", según los investigadores.
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