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Pierpaolo Piccioli, sobre su última colección para Valentino: “Es una forma de decir ‘que os jodan’ a los antidemócratas”

El director creativo de la mítica casa italiana despliega un arcoíris de alta costura en respuesta al avance de la ultraderecha de Giorgia Meloni y Hermanos de Italia. Es el diseñador que pinta la moda. Y la fotógrafa Camila Falquez retrata aquí sus creaciones para este otoño-invierno

"La moda no es solo ropa. Se trata de transmitir mensajes a través de ella", dice Pierpaolo Piccioli, director creativo de Valentino desde 2008.
"La moda no es solo ropa. Se trata de transmitir mensajes a través de ella", dice Pierpaolo Piccioli, director creativo de Valentino desde 2008.Michael Bailey-Gates (Valentino)
Eugenia de la Torriente Fotografía de Camila Falquez

Allí donde todo empezó y a donde todo vuelve. Una frase que sirve para casi cualquier relación y con la que Pierpaolo Piccioli explica el vínculo de Valentino, la casa de moda que hoy comanda, con Roma. Para enfatizarlo, el diseñador de moda organizó el 8 de julio el desfile de alta costura de otoño-invierno 2022 en el corazón de la ciudad donde la firma nació en 1959. Modelos que salían directamente del taller de la plaza de Mignanelli, donde esas piezas son creadas durante meses, para descender por la escalinata de la Trinità dei Monti y volver. Al ritmo de la música en directo del cantautor y productor Labrinth, un elenco de modelos diverso e inclusivo ocupaba un emblema de Italia. Una estampa con la que el diseñador respondía al avance de la ultraderecha en su país, que se confirmaría con el triunfo electoral de Giorgia Meloni dos meses después. La imagen y su intención encapsulan la concepción ética y estética que Piccioli (Nettuno, 55 años) ha definido para Valentino. El diseñador lleva 24 años en la casa de la que es director creativo en solitario desde 2016. Desde 2008 y hasta ese momento, Piccioli había ocupado el mismo cargo en tándem con Maria Grazia Chiuri. Diez años antes, habían sido elegidos por el propio Valentino Garavani para diseñar su línea de accesorios.

La ascensión de un hombre de la casa al trono que el Maestro dejó vacante con su retirada ha sido uno de los triunfos más incontestables de la historia de la moda reciente. Hoy nadie discute a Piccioli, ni en Valentino ni en la industria global. Sus ideas tienen la clase de impacto y onda expansiva que en otros momentos tuvieron Yves Saint Laurent o Miuccia Prada. Puede que haya reparado en la gran cantidad de ropa fucsia que hay en las tiendas para este otoño, suya es la culpa. Aunque si bien cuenta con la capacidad de influencia necesaria como para teñir toda una temporada de un color tan difícil, esta es una de esas situaciones en las que la reputación de una marca es mayor que el tamaño de su negocio. Las ventas de la empresa, propiedad del fondo de inversión catarí Mayhoola, alcanzaron en 2021 los 1.230 millones de euros, un 3% por encima de los datos prepandemia. Una cifra que queda lejos del umbral que distingue a los titanes de la industria, los 5.000 millones de euros en ventas que solo superan Gucci, Louis Vuitton, Dior, Hermès y Chanel.

Un sentido del color que coquetea con lo fluorescente define el trabajo de Piccioli para Valentino. Lo demuestra este conjunto de capa, pantalones, top y tocado naranja. Todas las prendas de este reportaje son de la colección de alta costura de otoño-invierno 2022 de Valentino.
Un sentido del color que coquetea con lo fluorescente define el trabajo de Piccioli para Valentino. Lo demuestra este conjunto de capa, pantalones, top y tocado naranja. Todas las prendas de este reportaje son de la colección de alta costura de otoño-invierno 2022 de Valentino.Camila Falquez

Al día siguiente de ese desfile en Roma, Piccioli se muestra relajado y satisfecho. Los grandes ventanales de su despacho están abiertos sobre la plaza de Mignanelli. Desde allí llega el ruido de los operarios recogiendo las estructuras que la noche anterior sostenían los focos y los asientos para los invitados. También de los turistas, que ya han recuperado una plaza de España que el día antes les fue robada por el acontecimiento.

¿Qué significó para usted este desfile?

Fue un momento importante para la moda porque fue algo muy personal. Para mí, para las personas en el escenario, para quienes trabajaban en los talleres… Y todo contribuyó a que fuera uno de los mejores desfiles que he hecho en Valentino.

Ha definido esa colección como un diálogo imaginario con Valentino Garavani, ya que ha vuelto a interpretar sus códigos más emblemáticos sin nostalgia. ¿Por qué era el momento de hacerlo?

Quería reflexionar sobre la identidad, las raíces y el sentido de la memoria porque tienes que ser muy consciente de cuál es tu pasado para construir tu futuro. Siempre he mantenido esta especie de conversación con Valentino en mi cabeza. Nunca he renegado de lo que él hizo. Pero sentía que era el momento de usar sus mismos códigos para contar una historia diferente. En un momento tan feo para el mundo, la reacción debe pasar por buscar la belleza y demostrar el poder que tiene entender la humanidad de una forma diversa. Es exactamente lo que estoy intentando hacer con la marca. La emblemática imagen en la escalinata de la plaza de España de Valentino hace 35 años trataba de la belleza del glamur y del poder del éxito y de la perfección. Interpretarla de nuevo y transformarla en algo más humano e imperfecto —y que refleja más la singularidad de cada ser humano— es un mensaje político. Yo creo una imagen y no sé qué palabras le corresponden, puede que sean libertad, igualdad, derechos civiles. Pero mi misión está cumplida con la imagen en sí.

La colección Valentino The Beginning (El Principio) se presentó en Roma el 8 de julio y es un diálogo con los códigos de Valentino Garavani. El chifón fue uno de sus materiales predilectos en sus 45 años de carrera, que Piccioli usa en este vestido de escote extremo.
La colección Valentino The Beginning (El Principio) se presentó en Roma el 8 de julio y es un diálogo con los códigos de Valentino Garavani. El chifón fue uno de sus materiales predilectos en sus 45 años de carrera, que Piccioli usa en este vestido de escote extremo.Camila Falquez

¿Esa imagen final era como desplegar un arcoíris humano en el centro de Italia?

Es una manera de decir, desde la belleza, “¡Que os jodan!” a las personas antidemocráticas, a todos los homófobos y xenófobos, que pueden volver con lo que está ocurriendo en el mundo. La creatividad y la esperanza son instrumentos para contrarrestar el fascismo y las ideas reaccionarias. La belleza puede ser muy asertiva, pero también sutil y subversiva. La belleza subversiva puede ser más poderosa que cualquier palabra, idea o pensamiento. Este es mi manifiesto, mi respuesta a lo que está pasando.

¿Por eso quería presentar la colección en Roma?

Es el poder de un escenario como este. Tiene un aire oficial, central y simbólico para Italia, para la cultura y la belleza. Se convierte en un entorno inmejorable para dar voz a la invisibilidad. No es algo que se quede en un nicho en la periferia del mundo, sino que ocupa un lugar central, y eso significa que se convierte en una declaración. Por eso creo que la belleza puede ser poderosa. La alegría de vivir no es una forma ingenua de escapismo, también puede ser el lenguaje para transmitir otra cosa.

Cuando hablamos de moda con componente político, tendemos a pensar en cierto tipo de diseños: oscuros y conceptuales. ¿La moda puede ser política también cuando es bonita y alegre?

Creo que se puede reflexionar y reaccionar ante el momento que se vive de muchas maneras. Tenemos la responsabilidad de ser testigos del momento que vivimos y de reaccionar ante ello. Puedes reflejar literalmente la fealdad de lo que ocurre, pero eso no entraña una promesa para el futuro. Cuando reaccionas ante la oscuridad del mundo con belleza, ofreces esperanza. Y la esperanza es probablemente la mejor manera de enfrentarse a cualquier tipo de dictadura. Si hay esperanza, encontrarás una salida. La esperanza reside en la luz, no en la oscuridad. La oscuridad es algo que todo Gobierno dictatorial busca transmitir a la gente. Por eso los creativos son perseguidos en tiempos de guerra. Porque saben que la belleza aporta resiliencia.

“Sentía que era el momento de usar los códigos de Valentino Garavani para contar una historia diferente”, dice Piccioli. Sin caer en lo literal, en este vestido en color lima se escuchan ecos del célebre vestido-capa que Garavani diseñó para Jackie Kennedy en 1967.
“Sentía que era el momento de usar los códigos de Valentino Garavani para contar una historia diferente”, dice Piccioli. Sin caer en lo literal, en este vestido en color lima se escuchan ecos del célebre vestido-capa que Garavani diseñó para Jackie Kennedy en 1967.Camila Falquez

Aunque Valentino tiene 90 años y no se prodiga mucho, ¿le echó de menos en el desfile?

Sí, pero estuvo presente de muchas maneras. Y en espíritu. Giancarlo [Giammetti, su socio] estaba allí y sé que el señor Valentino vio la colección en directo desde su casa. Me ha dicho que le ha gustado mucho y está feliz.

¿Cómo seleccionó qué recuerdos recuperar? Después de 24 años aquí, debe saberse el archivo de memoria. ¿Fue intuitivo o académico?

Realmente he aprendido a dejar que mis emociones fluyan de una manera muy espontánea. Me parece un logro conseguir no pensar tanto y no buscar una justificación racional a cada uno de nuestros actos. No creo que Valentino o Yves Saint Laurent pensaran tanto al crear sus colecciones. He aprendido a ser mucho más libre con los colores, las formas, los bordados, y a juntarlo todo a través de una suerte de inconsciente creativo. Para mí es un logro porque siempre he sido más racional, analítico y reflexivo. Por otro lado, me gusta mantener mi lado científico para que la imagen sea precisa y nítida. Hay dos capas: una es la belleza y la moda, y la otra es un ejercicio de hablar y pensar cuál es la profundidad de lo que estoy haciendo. Es como un subconsciente creativo bajo un punto de vista muy consciente y preciso.

The New York Times lo califica como “el mejor colorista de la moda desde Yves Saint Laurent” y su colección de prêt-à-porter para este otoño, íntegramente en un rosa que ha bautizado con su nombre, es una de las grandes tendencias de la temporada. ¿Cómo trabaja con los colores?

Es un proceso diferente cada vez. Un equilibrio entre el espacio, los colores y los volúmenes. La colección Valentino Pink PP surgió porque quería trabajar como solían hacerlo los monocromáticos: usar un solo color para iluminar las caras y los puntos de vista. Al llevarlo a la moda, se trataba de iluminar los volúmenes y a las personas. Al cubrirlos a todos de rosa, se aparta el foco de los géneros, las identidades y las culturas. Lo presentamos en una gran caja rosa, como una dimensión paralela. A veces, simplemente tienes que escapar. Hay momentos en que la realidad te atenaza y no te sirve hacer algo estúpido como una camiseta que dice “Salvar al mundo”. La caja rosa se convirtió en un lugar seguro para mí para hablar desde una perspectiva diferente. Era rosa porque es el color que tiene más significados asociados. En el siglo XVI era el color del poder y hacia finales del XIX se convirtió en el de la feminidad. Además, aunque se percibe como un color dulce, puede ser punk y agresivo. Me gusta tener algo delante y abordarlo sin ideas preconcebidas. Es como si viéramos el color con una mirada nueva, como si fuera un color diferente, ya no es el mismo. De hecho, para mí cada vez que pienso en el color rosa es diferente.

En la presentación de la colección de alta costura, los modelos eran parte del mensaje. Un elenco que refleja la diversidad de la belleza y que entronca con el trabajo de la fotógrafa Camila Falquez, que este verano presentó en Nueva York su muestra 'Gods That Walk. Among Us' (Deidades que caminan entre nosotros).
En la presentación de la colección de alta costura, los modelos eran parte del mensaje. Un elenco que refleja la diversidad de la belleza y que entronca con el trabajo de la fotógrafa Camila Falquez, que este verano presentó en Nueva York su muestra 'Gods That Walk. Among Us' (Deidades que caminan entre nosotros).Camila Falquez

¿Pinta usted?

Antes pintaba. Ahora no mucho. Volveré a hacerlo.

¿Y qué clase de pintor era?

Muy intuitivo. Más bien tirando hacia lo abstracto.

El año que viene cumplirá 15 años como director creativo de Valentino. ¿Se ve a sí mismo haciendo algo diferente o trabajando en otro lugar?

Siento la responsabilidad de un trabajo como este. Todavía siento la moda como una oportunidad y un lenguaje para contar tus propias historias y aquello en lo que crees. Y eso solo se puede hacer si estás cómodo en tu piel, en tu espacio. Si estás subiendo y bajando como en una montaña rusa, no puedes entregar una colección ni entregarte a ti, porque cambias de punto de vista cada vez. Por eso estar aquí es estar en mi casa, en mi lugar.

¿Eso significa que no se ve en otro sitio?

No estoy diciendo eso. Digo que esto es lo que hago ahora y me siento como en casa. Pero no soy alguien que planifique. Nunca se sabe. Quizá mañana pueda pasar.

Hace seis años se convirtió en director creativo en solitario, ya que hasta entonces trabajaba con Maria Grazia Chiuri. Desde entonces, su evolución ha sido espectacular. Tanto en altura creativa como en los aplausos que recibe, colección tras colección. ¿Siente la presión de ese crescendo?

Cada colección tiene su razón de ser. No sé si esto es un crescendo, pero, sin duda, es mi propio camino, honesto y auténtico. Por eso no siento la presión, y no me importa. Hago las cosas sin tratar de complacer a nadie aparte de a mí mismo y a mi equipo. Hago lo que siento, no me importa lo que piense la gente, sinceramente. Que las colecciones vayan creciendo, como dice, corresponde precisamente a perder interés en lo que piensa la gente.

Los lazos y los volantes eran señas de identidad de Valentino, asociados a un cierto romanticismo. En la colección de Piccioli para la casa pierden convencionalismo de la mano de colores ácidos y volúmenes exagerados.
Los lazos y los volantes eran señas de identidad de Valentino, asociados a un cierto romanticismo. En la colección de Piccioli para la casa pierden convencionalismo de la mano de colores ácidos y volúmenes exagerados.Camila Falquez

Los trabajadores del taller salieron a saludar junto a usted. Ha hecho hincapié en que se ponga el foco sobre las personas que elaboran las piezas hasta el punto de que aparezcan sus nombres en los trajes de alta costura. Cuando Valentino se retiró, algunas de esas modistas lloraban entre bambalinas. ¿Cómo lo recibieron cuando llegó y cómo se ganó su confianza?

La confianza es algo que tienes que construir. No es algo que recibas automáticamente porque te den un cargo. Te la tienes que ganar día a día, como en cualquier relación, especialmente en un sitio como el taller. No te dan confianza por ser la cabeza visible de la empresa, sino por la persona que eres. Mi manera de trabajar es diferente a la de Valentino. Él tenía su forma de ser un couturier y yo tengo la mía, porque soy un hombre de 2022. Me he criado aquí, conozco a muchos de los trabajadores desde hace mucho tiempo: de cuando no era el director creativo, sino el tipo que hacía accesorios. Era diferente. Ahora me gusta involucrarlos en mi propia visión, no hago los fittings obsesionándome con fijar el alfiler o con un centímetro de la proporción. Trato de explicarles lo que intento realizar para que se sientan dentro de la colección y no se limiten a ejecutar y para que pongan su propia historia y sus propios conocimientos. Va más allá de la confianza, se trata de compartir, de hacer las cosas juntos. Ayer, más que ningún otro día, se trataba de nosotros, de nuestra historia, de cómo somos y cómo éramos. No sentía que fuera apropiado salir solo porque se trataba de representar a los trabajadores.

Se les veía a todos muy emocionados.

Sí, todos lo estábamos. Siempre es diferente estar en tu casa. El público ve la belleza de la escalinata, pero para nosotros es nuestro espacio cotidiano, una extensión del taller. Había una línea que conectaba la Via Grigoriana, que fue la primera dirección del señor Valentino, con la escalinata de la plaza de España y con el palacio de Mignanelli, donde ahora estamos. Es el lugar donde todo empezó y todo acaba. Fue un momento muy especial.

Han desarrollado dos programas de formación en costura para estudiantes que, además, permiten captar talento para los talleres. ¿Cómo se consigue interesar a los jóvenes en la artesanía para recuperar los oficios?

Tenemos una escuela propia para crear conocimiento y asegurar el futuro de nuestra profesión. Creo que es importante darles la posibilidad de elegir su carrera, que se sientan parte de la empresa y no como unos meros ejecutores. Que formen parte de la idea y el proyecto general y no estén allí simplemente por saber coser.

La sastrería también se incorpora al vocabulario de la alta costura con siluetas agigantadas, flores y brillos. Este conjunto, que desfiló con el número 56, está compuesto por una chaqueta roja con rosa en la solapa combinada con pantalones de lentejuelas doradas y camisa turquesa.
La sastrería también se incorpora al vocabulario de la alta costura con siluetas agigantadas, flores y brillos. Este conjunto, que desfiló con el número 56, está compuesto por una chaqueta roja con rosa en la solapa combinada con pantalones de lentejuelas doradas y camisa turquesa.Camila Falquez

¿Qué sentido tiene la alta costura hoy?

La alta costura es una cultura. Y es parte del ADN de esta casa. A veces se abusa de la palabra: todo es alta costura hoy. Pero se trata de un proceso, un ritual y un taller. Cuando nació la alta costura, había 25 reglas que cumplir. Y creo que aún son válidas. Y esta empresa tiene todas esas cualidades y capacidades. La identidad de Valentino se resume con estas palabras: es una marca de alta costura romana. La singularidad de Valentino, lo que le hace peculiar, es que es la única colisión posible de estos conceptos. Dicho eso, es una filosofía que se tiene que sentir también en todo lo demás, desde los accesorios hasta las camisetas. Y en la manera en la que dirigimos la empresa. Significa cuidado, carácter único, inspiración, extravagancia.

¿Quiénes son los clientes de la alta costura y qué relación establece con ellos?

Soy un couturier de 2022, no de la década de 1960. No me gustan esos estereotipos y no tengo reglas. Un couturier clásico recibía a los clientes en el taller para enseñarles la colección. No voy a hacer nada de eso porque soy un hombre que hace alta costura, prêt-à-porter, accesorios, y que lidera la compañía. Es un mundo diferente. Cuando la alta costura nació, había clientes que solo se vestían así. Ahora visten piezas de alta costura con vaqueros, son hombres y mujeres de su tiempo y no me necesitan a mí para elegir su ropa. Esta disciplina es un privilegio para un diseñador, no solo para los clientes.

Durante la pandemia se habló de cómo íbamos a cambiar como sociedad y cómo iba a hacerlo la industria de la moda: menos colecciones y viajes, por ejemplo. ¿Ve alguno de esos cambios?

La verdad es que no. Puede que sea por el momento actual. Cuando te sientes inseguro por el futuro, vuelves al pasado. Buscas un lugar que conoces. Estos años de covid y guerra nos han creado gran inseguridad. La gente no sabe cómo reaccionar ni proyectar innovación. Y volvemos a lo que hacíamos antes: más y más colecciones, y recuperamos el glamur histérico para ocultar el miedo al futuro. Soy partidario de mirar adelante y encontrar nuevas soluciones que a veces funcionan y otras no.

El rojo era el color más característico de Valentino y Piccioli juega con sus límites acercándolo tanto al rosa como al naranja. Es el caso de este mono de pantalón con decoración en budellini, una técnica exclusiva del taller de Valentino, cruzando el pecho.
El rojo era el color más característico de Valentino y Piccioli juega con sus límites acercándolo tanto al rosa como al naranja. Es el caso de este mono de pantalón con decoración en budellini, una técnica exclusiva del taller de Valentino, cruzando el pecho.Camila Falquez

En un momento en que las relaciones de las actrices con las marcas están más mercantilizadas que nunca, su relación con Zendaya parece ir más allá de la que se suele mantener con una embajadora de marca. ¿Cómo se establecen vínculos en una industria que no se caracteriza por su lealtad?

Realmente lo encuentro más fácil que hacer solo relaciones públicas. Soy mal actor, me cuesta engañar. Si alguien no me cae bien, se me nota enseguida. Es difícil ocultarlo. Con la gente que me cae bien me muestro como soy. Zendaya es una mujer que tiene todo mi respeto. He cambiado la marca desde la idea del estilo de vida a la de la comunidad. Una comunidad es un grupo de personas que comparten valores. No es difícil gestionar eso. Es mucho más difícil mantener una relación adecuada con la gente si no son amigos; no cuesta nada llevarse bien con los amigos.

La moda se ha convertido en un gran espectáculo. ¿Cómo combina lo personal con la escala masiva que se exige hoy?

A mí me gusta la idea de la moda como algo muy ruidoso y de gran potencia porque creo que es una oportunidad. Si piensas en algo que quieres contar de forma muy personal, pequeña e íntima, pero se le puede subir el volumen y puede adquirir un valor universal, entonces sientes el poder de la moda. Me gusta el reto de moverme de lo muy personal a lo muy grande y universal. Una imagen puede transmitir mucho si le das diferentes capas. Me encanta la moda porque no es solo ropa, se trata de ser capaz de transmitir mensajes a través de ella. La moda es un sistema complicado de códigos, valores y lenguajes juntos. Y me gusta mucho formar parte de ella.

En enero de 2021, Piccioli incorporó por primera vez 23 diseños para hombre en su colección de alta costura. Desde entonces, las fronteras entre lo masculino y lo femenino se han ido diluyendo. Este conjunto de abrigo, camiseta y pantalón que lleva la modelo Elise Crombez fue presentado en Roma por un colega masculino.
En enero de 2021, Piccioli incorporó por primera vez 23 diseños para hombre en su colección de alta costura. Desde entonces, las fronteras entre lo masculino y lo femenino se han ido diluyendo. Este conjunto de abrigo, camiseta y pantalón que lleva la modelo Elise Crombez fue presentado en Roma por un colega masculino.Camila Falquez

Me sorprendió verlo en París solo tres días antes de su desfile en Roma como espectador de Balenciaga. ¿Le gusta asistir a otros desfiles?

De la gente que me gusta, sí [risas]. En serio, me sigue apasionando la moda. Y cuando puedo, asisto. Demna está creando un territorio y un sistema interesantes, que no tiene que ver solo con la ropa.

Su primera vocación fue ser director de cine. ¿Cuándo sintió la llamada de la moda?

Todavía quiero ser director de cine [risas]. Del cine pasé a la fotografía, y viendo fotos de moda pensé que podría ser una manera diferente de contar historias. Mi primera fascinación por la moda no tuvo que ver con la ropa y sus detalles, sino con el poder de la imagen de la moda. Sentía que era una forma de contar historias.

Créditos de equipo

Fotografía Camila Falquez
Estilismo Juan Cebrián
Producción  Maia Hoetink 
Director de casting David Chen
Maquillaje / Peluquería Ruben Masoliver (WSM) /  Andrea Idini (WSM) 
Diseño de set Mila Taylor-Young
Producción local / Asistente de producción local Léa Duboin y Michaël Lacomblez (Louis2 Paris) / Amady Cissé (Louis2 Paris) 
Asistente de fotografía Mathieu Boutang
Asistente de estilismo / Atrezo  Héctor Guzmán / Céline Ruault y Laura Azzarello
Modelos Elise Crombez, Fatou Diawara y Shuting Yang (Elite Model);  Timothe Domenico (M Management); Vincent (Rock Men)

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