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Así se hizo el vídeo homenaje a la música

Virginia López Enano

Crónica de dos días frenéticos para poner en marcha un vídeo y una sesión de fotos con más de 20 de los mejores artistas hispanos. Una versión coral de Volando voy que forma parte del monográfico que publicamos este domingo

DOMINGO 28 de octubre. Ocho de la mañana. En el Teatro Real de Madrid comienzan dos días frenéticos en los que se reunirán más de 20 de los mejores artistas del panorama musical hispano. Todos entonando el mismo himno: Volando voy. La canción que compuso Kiko Veneno e interpretó Camarón en el disco La leyenda del tiempo se convertirá en la banda sonora de las siguientes 48 horas. Los objetivos: que la productora Canada grabe un vídeo con todos los intérpretes y que el fotógrafo Javier Salas les inmortalice para las imágenes de este reportaje. El ritual es el siguiente: primero se maquilla y viste al músico; después se graba su actuación en vídeo; al terminar, el intérprete se dirige a un improvisado estudio de sonido donde canta su parte, y por último, foto y entrevista. Empieza el show.

El vídeo completo

Alejo Stivel, vocalista de Tequila y encargado de los arreglos para cada uno de los intérpretes, llega el primero. Hace un frío que pela. Debe quitarse el plumas y quedarse en mangas de camiseta para conducir un Fiat antiguo color verde botella. Pero se le plantan enfrente dos policías en moto. Sin contemplaciones: “¡Saque ese coche de ahí!”. Quizá por el frío, quizá por la dureza de su interlocutor, el músico se queda congelado. Al tercer grito, el agente arranca y amenaza con abollar el coche con el morro de la moto. Un segundo después de quitar el vehículo, pasa toda una maratón. El día empieza accidentado y el equipo entra al interior del teatro para rodar el resto.

Arriba, Alba Molina baja del AVE en la estación de Atocha. Sílvia Pérez Cruz canta su parte en un improvisado estudio de sonido. Abajo, tres miembros del Cuarteto Quiroga posan con lo más histriónico que encuentran en el burro de las estilistas.
Arriba, Alba Molina baja del AVE en la estación de Atocha. Sílvia Pérez Cruz canta su parte en un improvisado estudio de sonido. Abajo, tres miembros del Cuarteto Quiroga posan con lo más histriónico que encuentran en el burro de las estilistas.Saúl Ruiz

Le toca a Nathy Peluso, que acaba de aterrizar de Chile y al terminar cogerá un tren rumbo a Barcelona. Resulta un reto encajar los viajes de cada artista y el AVE se convierte en un aliado que facilita las idas y venidas. Las estilistas peinan a Nathy, y Brisa Fenoy elije colgante: una gargantilla con una gamba dorada en el centro. Ríe: “¿Será este un homenaje a Camarón?”. La producción se pone en marcha. Estalla el lío. El fotógrafo ha encontrado localización. Cuatro plantas más abajo, Nathy Peluso termina de grabar el vídeo. Ah, no, que le quedan 20 minutos. Hay que coger el ascensor para ver si Brisa está ya lista. Volver a subir para avisar al fotógrafo. De nuevo bajar, que acaba de llegar el Cuarteto Quiroga. Y entran al set de maquillaje tres tiarrones de traje. Músicos clásicos. Profesionales. Serios… En cuanto ven el burro de las estilistas, se lían a vestirse con lo más histriónico que encuentran. La chelista del grupo les hace fotos. Trae este abrigo de pelo. A ver esas gafas. Uy, qué bonita esa chaqueta de leopardo. ¿Se ha oído un crac? Naaah. No ha sido nada. Termina de grabar el cuarteto, empieza Javiera Mena y no se para a comer que llega de Barcelona Alba Molina. Clausura el día Rocío Márquez en la calle, a cinco grados, con un vestidito fino y apoyada en aquel Fiat verde botella de la mañana. Muy propio lo que le ha tocado cantar: “Si tengo frío, busco candela”.

Lunes 29 de octubre. Nueve de la mañana. La primera en grabar es Rozalén. Jorge Drexler escribe en el espejo mensajitos a pintalabios para Sílvia Pérez Cruz. Y se para el mundo que acaba de entrar Raphael. Viene despacito, pero se pone delante de la cámara y… qué forma de caminar. Qué manera de arrancarse la chaqueta… Obnubila a los grupos que visitan el Real. Señoras, nada de fotos que estamos trabajando. Cuando termina, hay que ir a la estación de Atocha a buscar a los Estopa. Preguntan: “¿Quién está?”. José Mercé. “¡Ja! Verás la que le vamos a dar con el partido. ¡Cinco a uno! Es merengue y nosotros culés”. Le toca a Sílvia Pérez Cruz, y mientras, a Vetusta Morla les para el guardia de seguridad del Real. “¿Podéis haceros una foto con mi compañero? Es superfan”. Asienten. El admirador se lía a saludarlos. Tan fan es que saluda en su fanatismo al jefe de producción de Canada. Graban al Niño de Elche. Qué bien posa a lo gánster Pablo Heras-Casado. ­Anochece, se ve a través de las cristaleras de las salas de ensayo. Canta Celso Albelo. Se hace la foto Manuel Blanco. Le ha gustado la chaqueta que le han puesto: “La voy a pedir por Navidad. A ver cuánto cuesta”. Lo mira. Cambia de idea. Última foto a ­Blanco y ya. Hemos terminado. ¡Uf! A recoger volando que hay ópera. ¿Volando? Volando vengo. La producción ha terminado, pero la canción se queda sonando en la cabeza. 

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Sobre la firma

Virginia López Enano
Trabaja en el equipo de Redes de EL PAÍS. Ha pasado por varias secciones del periódico, como la delegación de Sevilla, Nacional o El País Semanal, donde ha escrito temas de música y cultura. Es Licenciada en Historia y Graduada en Periodismo por la Universidad de Navarra y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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