Nathy Peluso, una nueva vanguardista de la música latinoamericana
La cantante argentina rompe corsés estilísticos con un disco que mezcla soul, rap, salsa y jazz
Natalia Peluso nació hace 22 años siendo ya un espíritu libre. Tanto es así, que a nadie le sorprendió que en 2014 dejara su hogar en Argentina por amor para mudarse a Madrid. Aunque la historia romántica no fructificó, esta ciudad se ha convertido en su cuna artística y ha visto nacer a Nathy como la cantante que es hoy: una joven que no sigue las normas establecidas y que fluye de un estilo musical a otro de manera natural y perfectamente sinfónica. La cantante pasa del blues, al rap, de la salsa al jazz. Aunque, sin lugar a duda, su referente es el swing. “Nací con Sinatra, Ella Fitzgerald y Louis Armstrong en mi cabeza y eso lo mezclo con mi lado latino, mi lado Gloria Estefan, Thalia”. De esta fusión nace Nathy Peluso, porque la propia artista habla de sí misma en tercera persona, como si fuera un personaje que ha creado.
Este terremoto tiene ahora entre manos La sandunguera, su primer EP, con el que pretende traspasar sus límites geográficos y artísticos al presentarse, en gran parte, en inglés y de una manera más madura, más elegante, menos guerrera, pero, sobre todo, mucho más soul. Aunque comenzó colgando sus covers en YouTube siendo adolescente, en algo menos de dos años, ha tenido un ascenso meteórico y ha pasado a tener renombre a nivel mundial, sobre todo en Europa y América Latina.
Con una estética sesentera, que podría llegar a recordar, aunque de manera más comedida, a la fallecida Amy Winehouse, pasea por la capital con un aire extravagante, pero seguro, como a sabiendas de que ha encontrado su sitio en el arte y en la vida. “Este disco es la evolución de Nathy Peluso. En el recopilatorio anterior se ve que lo que quiere es llamar la atención, ser escuchada y, una vez que lo ha conseguido, es el momento de poner sobre la mesa lo que de verdad quiere hacer: música de calidad”. La artista se ha acomodado en un personaje histriónico que pasa de un estado emocional a otro en una misma canción y en el que las letras llegan a un extremo insospechado, forzando al oyente a reaccionar, de nuevo entre dos extremos, amándola o detestándola. Por ejemplo, en Corashe, uno de sus últimos éxitos, increpa a un chico por no tener el coraje suficiente para enfrentarse a una mujer como ella: "Yo soy la mulata, tengo la boca de plata. Yo que estaba enamorata, te cantaba serenatas. Acordate que soy Natalia, reina de la vigilia. Deja que te combata ya. ¡Ah no! Te hace falta corashe",
Pone alma y corazón a todo lo que hace. Se deja llevar por lo que siente en cada momento, por sus historias amorosas, dolorosas y desesperadas, porque “es común a todos los seres humanos”. Por ello, no se avergüenza al decir que suele cantar entre lágrimas, rota de dolor, al recordar lo que le hizo componer el tema que está interpretando en ese momento. “Cuando eres un personaje público, parece que se te exige tener siempre una sonrisa en la cara, pero que estemos tristes es también algo maravilloso porque es lo que nos hace ser amados, ser cuidados… ser humanos”.
Con unas letras llenas de mensajes directos (y otros subliminales), la artista ha conseguido representar a una mujer fuerte, valiente, con una personalidad arrolladora que asusta. Tanto es así, que sin buscarlo, se ha convertido en una de las abanderadas del feminismo entre los más jóvenes. “El avance social reside en no importar si canta un hombre o una mujer. En no tener que preguntar cómo te sientes al triunfar en festivales siendo una de las pocas cantantes femeninas. A mí nunca me ha importado qué tenemos entre las piernas”. Además, Peluso considera que la clave del éxito del movimiento feminista es “conseguir que no les estén recordando que son mujeres y que han conseguido cosas”, sino simplemente ser humanos respetados, “como lo han sido los hombres toda la vida sin tener que demostrar nada”.
La argentina se ha propuesto crear una “nueva vanguardia musical” que rompa con lo establecido porque dice tener muchas cosas nuevas que aportar. “La música cada vez es más decadente porque se la concibe como un producto y no como un arte”. Está dispuesta a no seguir las reglas, a ir por libre y lo único que busca es ser sincera consigo misma. Ha querido crear un icono entre los jóvenes mediante su imagen de femme fatal con la que reivindicar la naturalidad desde su música. “¿En qué siglo estamos? Todas tenemos celulitis, todas tenemos arrugas y somos igualmente bellísimas. Y como decía Lola Flores: el brillo de los ojos no se opera”.
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