Iniciativas urbanas y experiencias compartidas

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El siglo XXI es y será el siglo de las ciudades. Más de la mitad de la población mundial (54,5%) ya vive en ciudades de más de 300.000 habitantes, llegando al 75% en Europa y al 82% en Estados Unidos, según datos de UNFPA.

Además, el crecimiento de las ciudades sigue incrementando desde finales del pasado milenio y se prevé que, en 2050, el porcentaje de población viviendo en urbes que superan los 300.000 habitantes alcance el 70% de la población mundial.

Indiscutiblemente, es nuestro deber saber resolver los retos que implica vivir en la ciudad; y precisamente, para poder descifrarlo es necesario ser conocedores del hábitat, una tarea nada fácil.

Alrededor del mundo, profesionales de múltiples sectores tratan de investigar, estudiar y actuar en el entorno urbano para descubrir nuevas maneras de unir ciudad y educación, utilizando la creatividad como un instrumento conector. Y precisamente, este fue el motivo de lanzar la primera edición temática del City to City FAD Award, que lleva celebrándose en la ciudad condal hace apenas ocho años, con la intención de no solo unir ciudad y educación sino conectar Barcelona con el resto del mundo; y a la vez, crear una plataforma de intercambio de conocimientos entre personas, proyectos y ciudades.

Durante los días 2 y 3 de noviembre tuvo lugar en el Disseny Hub el encuentro internacional de iniciativas de aprendizaje de la ciudad, agrupando profesionales y proyectos con el objetivo de conocer diversas intervenciones urbanas [reales] que hacen visible el entendimiento de ciudades igualitarias, sostenibles y humanitarias.

Mediante sesiones de mesas redondas y presentaciones se consiguió un debate enriquecedor acerca el papel que juega la creatividad en nuestro entorno más inmediato. Todos los proyectos presentados quedaron distribuidos en seis sesiones: narrativas para (re)pensar la ciudad, estrategias para una ciudad verde, tecnología y pedagogía urbana, herramientas para los más jóvenes, co-diseño, autoconstrucción y empoderamiento en los barrios, así como apropiaciones colectivas del espacio público.

En cada una de estas sesiones se presentaron iniciativas urbanas que fomentaban la producción local (Made in Sishane), el mapeo colectivo (Humanitarian OpenStreetMap), plataformas de conocimiento (ciudad-escuela), la implementación de programas de reciclaje (Wasted), rutas para ir a la escuela en bicicleta (Al colegio en bici), la recuperación de espacios baldíos con verde (Mi Parque), festivales de intervenciones temporales artísticas (Festival Asalto), etc.

Con relación a la ejecución de la intervención urbana, se presentaron casos donde esta no siempre se realiza desde abajo, sino que puede también estar bajo responsabilidad del gobierno local, regional o nacional, puede estar gestionada por una organización sin ánimo de lucro (como organizaciones no gubernamentales, fundaciones y asociaciones de la sociedad civil, como los sindicatos), así como empresas y concesionarios con derecho de explotación de suelo público o privado, colectivos, individuos y grupos sociales sin carácter oficial.

Se podría decir que las ‘intervenciones urbanas’ pueden clasificarse, entenderse y categorizarse de muchas maneras. Pero en estas jornadas, se entendieron como un modo de expresión para denominar las iniciativas que suceden en la ciudad, con la finalidad de estimular la participación de los usuarios a través de acciones en el territorio.

Es destacable remarcar la cantidad de iniciativas implementadas alrededor del mundo, estando todas ellas enmarcadas en el ámbito de la cultura, sociedad, política, religión, economía, educación… Es decir, todos los contextos que envuelven nuestras vidas.

Todos los proyectos presentados, muchos entendidos como propuestas ciudadanas, siempre estaban diseñados bajo procesos de organización y producción colectiva, mostrando prácticas que activan la ‘participación’ y la recuperación de lo público.

Lo sorprendente de este encuentro, es que cada vez más, grupos multidisciplinares se activan y participan en este tipo de procesos para mejorar su entorno inmediato: desde el diseño de pequeños estantes ambulantes con libros, diseñados por una pareja neoyorquina (como es el caso de The UNI Project), la recuperación y transformación del verde urbano en distintas ciudades africanas (Liaisons urbaines) con el respaldo del Institut Français, la Cité de l’ Architecture et du Patrimoine y la asociación Valorissation de l’ Innovation dans l’Ameublement, o la rehabilitación de todo un asentamiento urbano amurallado (Aprendiendo de Jnane Aztout) fruto del trabajo conjunto entre el Gobierno de Marruecos, la Agencia española de cooperación, la Junta de Andalucía, las universidades de Sevilla y Pablo de Olavide así como la asociación Arquitectura y compromiso social.

Como conclusión, creo que es necesario potenciar la necesidad de experimentar e innovar a través de la intervención urbana, entendida como herramienta necesaria para replantear la concepción del espacio público, fomentando –a través del arte- nuevas miradas sobre el entorno urbano que busca complicidad con los ciudadanos. Al fin y al cabo, este tipo de encuentros demuestran y corroboran que la creatividad es lo que lo enlaza todo.