_
_
_
_
_

Por 10 euros al mes no volverá a tener una discusión con su pareja

El beneficio colateral de Netflix, Yomvi o Wauki: consigue que las parejas atadas a la rutina vuelvan a hacer cosas juntos

Hace un tiempo no tan lejano, la lista de actividades que una pareja podía hacer de forma conjunta parecía reducirse a ir al cine o salir a cenar. En la actualidad, las posibilidades se han multiplicado, pero el tiempo que nos deja la vida moderna para cultivar el amor es, en la mayoría de los casos, muy escaso. En este escenario, la tecnología acude en nuestra ayuda: tenemos Netflix, Yomvi, Wuaki y otras plataformas audiovisuales que nos brindan entretenimiento económico y sin salir de casa. Entre el trabajo, los hijos y el resto de actividades, ese hueco en el que compartir los 40 minutos de un capítulo se ha convertido en un sustituto a las citas románticas. ¿Son las series el nuevo aliado de las parejas o culpables de que se pierda la chispa?

Los adictos a este entretenimiento audiovisual pueden estar tranquilos: existe cierta evidencia a favor de considerar el visionado de series como una actividad compartida favorable para la pareja. Así lo dictaminan los resultados de un estudio llevado a cabo en la Universidad de Aberdeen (Reino Unido): “Compartir una identidad social es clave en las relaciones románticas”. Con esto, se refiere fundamentalmente a amigos y familia, pero los autores aseguran que, ante la falta de espacios o amistades compartidas, ver series, películas, o leer los mismos libros “puede compensar esta carencia y fortalecer el vínculo”.

Un capítulo como terapia

“Al ver una serie, ponemos en marcha unos mecanismos de identificación con los personajes”, explica la psicóloga y terapeuta de parejas Zoraida Granados Palma, del Gabinete de Psicología CoNpasión. “Compartir ese tiempo y espacio crea un clima de confianza y respeto que ayuda a conocerse mejor, porque proporciona una información muy valiosa sobre el otro”. Sin ir más lejos, con cada comentario “podremos conocer la opinión acerca de cómo actúan, sienten o resuelven los problemas de su vida cotidiana los protagonistas”. Cada episodio ofrece una infinidad de posibilidades, aporta ideas y podría precipitar esa conversación necesaria sobre nuestros deseos, fantasías y necesidades sexuales o sensuales. “Se ve, por ejemplo, cuando decimos: 'esa ropa te sentaría genial', 'me gustaría poder experimentar eso contigo', o 'me apetecería hacer esto otro”, considera la psicoterapeuta.

“Compartir ese tiempo y espacio crea un clima de confianza y respeto que ayuda a conocerse mejor" (Zoraida Granados, psicóloga)

Al margen de la proyección sobre los personajes, “se crea el momento de ver la serie, un instante y un espacio íntimos de la pareja”, añade Ane Ortiz, del Centro Sexológico Emaize, en Vitoria. Para llegar a eso, “implícitamente se trabajan las negociaciones y los acuerdos y se aprende a ceder, ya que hay que elegir un lugar, una hora y un número de capítulos”. En su opinión, lo verdaderamente importante no es el argumento, “sino cómo se vive el momento de disfrutarla”. Concuerda con Granados en que seguir la trama aporta nuevos temas de conversación y puede facilitar la sensación de equipo. “Al intercambiar hipótesis sobre la historia, se impulsa la imaginación de ambos y se puede favorecer el deseo de realizar nuevas actividades conjuntas, contribuyendo a crear lazos más fuertes”.

Además, y por aquello de estar juntitos debajo de la manta del sofá, las propias escenas podrían despertar a la libido: “Se dice que lo lúdico estimula lo lúbrico. Las imágenes de alto contenido erótico pueden incitar a un encuentro amatorio”, cuenta Ortiz. Y por si fuera poco, estas nuevas formas de consumir televisión “dan la posibilidad de pausar —facilitando la materialización de los deseos de la pareja en todo momento— y continuar viéndola después”. “Todo lo que facilite y aporte buen rollo y complicidad favorecerá una vida erótica más satisfactoria”, expresa la sexóloga vasca.

Pero hacer cosas juntos no significa siempre acabar en la cama. “En numerosas ocasiones compartiremos momentos agradables con nuestro compañero sin deseos sexuales de por medio, como hacer la compra, cocinar juntos o sentarse a leer”, señala Ane Ortiz. Y esto último es, además, una buena estrategia para unir, según Zoraida Granados, partidaria de recomendar la lectura conjunta de algún libro. Al igual que pasa con las series, “se crea un espacio íntimo en el que compartir lo leído y comentar lo que nos ha gustado y lo que no”. Y si queremos mejorar aún más el ambiente, podemos cocinar, leer o hacer el amor, a la vez que descubrimos y disfrutamos de buena música. Para ello, tampoco hace falta piratear ni dejarse el sueldo en los últimos discos (que probablemente no tenemos tiempo de escuchar enteros): plataformas como Spotify le permiten compartir esta afición, también por un valor menor al del billete rojo. Sí: los 10 euros de media que cuestan estas suscripciones podrían contribuir a que determinadas parejas vuelvan a hacer cosas juntos, desterrando el aburrimiento y la hostilidad.

“Todo lo que facilite y aporte buen rollo y complicidad favorecerá una vida erótica más satisfactoria” (Ane Ortiz, sexóloga)

Se trata, en suma, de destinar un tiempo periódico a hacer actividades compartidas, hecho probadamente necesario para que las relaciones duren y sean una fuente de felicidad. Esta es la conclusión de una investigación de la Universidad de Virginia: los investigadores afirman que las parejas que pasan tiempo a solas, como mínimo una vez a la semana, tiene muchas más posibilidades de seguir juntas y dichosas por mucho tiempo.

Juntos pero no revueltos, ni aislados

Las aficiones comunes son muy importantes, pero igual de importante es que cada uno mantenga su espacio: "Para crear una identidad de la pareja, es crucial pasar tiempo de calidad juntos y favorecer los episodios de intimidad, pero cada miembro debe tener una parcela de ocio personal con la que poder desarrollarse individualmente y evitar así la dependencia”, explica la psicóloga y mediadora de conflictos María Martín González de la Policlínica Cemei, en Valdemorillo.

Aunque la experta se muestra de acuerdo en que estos momentos hogareños son beneficiosos para la salud de la relación, advierte de los peligros de un posible aislamiento de la sociedad si no se combinan con actividades fuera de casa y compartidas con otras personas. "Es muy probable que si se limitan a ver series en el sofá, la razón sea que están buscando una vía de escape a la realidad”. Todos los beneficios de ver Netflix, disfrutar de Spotify o compartir lecturas podrían irse al traste en ausencia de vida social. “Es importante que se tenga contacto con otro círculo diferente a la pareja, y por supuesto, alternativo a la ficción televisiva”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_