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BUENAVIDA PARA CARREFOUR

Las cuatro frutas que hay que comer este otoño

Solas o acompañadas de otras viandas, nos van a endulzar los días fríos

La oronda chirimoya se hace fuerte en los mercados con el otoño. Esta baya, de color verde, procede de un árbol llamado chirimoyo. Donde se cultiva con especial dedicación es en Granada: “España es uno de los principales productores de la chirimoya, una fruta muy sensible y delicada”, apuntan desde Carrefour. Sin entrar en detalles sobre las variedades, el agua es su principal componente, y también es muy rica en fibra y saciante hasta decir basta. Con la granada hay que tener cuidado (o no): dice la leyenda que es un potente afrodisiaco… Quizás sea por las infinitas semillas de color rojo pasión que alberga en su interior, protegidas por una piel de un terso tono pardo-anaranjado (deseche las que muestren un aspecto rugoso y blando). Fruto del granado, su linaje hay que rastrearlo en la antigua Persia, y la culpa de su extensión por el Mediterráneo se debe a los fenicios. “Al igual que ocurre con la chirimoya, la granada posee un gran contenido en agua, y su valor energético es mínimo, por lo que es idónea para dietas de adelgazamiento”, comentan desde Carrefour. Eso sí, para comerla se requiere paciencia: hay que despegar esos numerosos granos encarnados de las celdas membranosas. Es preferible conservarla a temperatura ambiente, aunque aguanta bien durante un par de semanas en la nevera.

Receta: tarta de queso y chirimoya

Se mezcla la carne blanca con azúcar, queso fresco y queso cremoso, huevos y extracto de vainilla; se tritura todo y se mantiene en el frigorífico. Luego se echa sobre un molde y al horno. Se deja enfriar y a la boca. Granada: con lechugas y vinagreta de miel. El caqui, con canónigos, queso rulo de cabra, atún en aceite y vinagre de Módena. Y un salmorejo a base de tomate y mango, acompañado de unos dados de rape y unas gambas.

En cuanto al caqui, sus ancestros provienen de China y Japón. Su ADN es sencillo: una suave piel de tonos anaranjados y amarillos y una carne sabrosa muy dulce. Rico en agua y potasio, aguanta muy bien los embates del refrigerador, pero eso sí, conviene consumirlo cuanto antes ya que es muy frágil. El mango (Mangifera índica) pertenece a la familia de las Anacardiaceae o Marañón, que abarca más de 50 especies, de las que muy pocas son utilizadas como fruto comestible. El fruto es carnoso, su peso oscila de 150 gramos a 2 kilos, con forma ovalada y obtusa por sus extremos. Su piel es lisa, con un color que varía desde el verde al amarillo con tonalidades rosadas, rojas y violetas donde recibe la luz del sol. En España se producen aproximadamente 19.300 toneladas de mangos al año. Esta fruta se cultiva fundamentalmente en Málaga, Granada y Canarias. En Málaga se da la variedad Osteen, cuya maduración se produce en el árbol y en su punto óptimo tiene un llamativo color rojo-anaranjado, con ligeros toques carmesí en la parte superior y verdes en la base. Una combinación perfecta de calidad y belleza como fruta. Su sabor es inconfundible, muy dulce e intenso.

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