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Consejos para la EVAU de los que mejores notas sacaron hace un año

Hacer deporte para desconectar, tener una buena rutina de sueño o apuntarse con lápiz las ideas nada más recibir el examen son algunas de las tácticas que utilizaron los estudiantes que rozaron la excelencia en las pruebas de 2023

Quim Martínez, que sacó una de las mejores notas en la EVAU de Cataluña el año pasado, fotografiado en el centro de Sabadell a principios de mayo.
Quim Martínez, que sacó una de las mejores notas en la EVAU de Cataluña el año pasado, fotografiado en el centro de Sabadell a principios de mayo.Gianluca Battista
Pau Alemany

Quedan pocas casillas que tachar en el calendario hasta llegar al día más señalado del año para los alrededor de 250.000 estudiantes que este año se presentan a las pruebas de acceso a la universidad. Todas las comunidades autónomas empezarán los exámenes la semana que viene, excepto Baleares. Algunos alumnos, los más irregulares a lo largo del curso, intentan recuperar el tiempo perdido. Otros, los más organizados y aplicados, llegan a la recta final con los deberes hechos y dedican las últimas horas a repasar los detalles finales.

Carla Vendrell, Iyán López o Hai Park pertenecieron a este último grupo. También Quim Martínez, Elsa Ferré y Sergi López. Todos ellos rozaron la excelencia en la Evaluación de Acceso a la Universidad (EVAU) el año pasado, con notas que bordearon el 14 o incluso lo alcanzaron. Una buena rutina de sueño, hacer deporte para desconectar o dedicar los primeros minutos del examen a organizar el tiempo y el orden de las preguntas son algunas de las claves que les empujaron a sacar su máximo nivel. Aunque el trabajo ya venía de mucho antes. Estos son sus consejos y sus recomendaciones para sobrellevar la semana lo mejor posible y sacar el máximo rendimiento.

Elsa Ferré: Apuntar en lápiz las ideas nada más empezar

En los momentos de mayor nerviosismo, el yoga era la salvación para Elsa Ferré, de 18 años y nacida en Reus. Lo había descubierto un tiempo atrás, antes de que llegara la EVAU, así que ya conocía los efectos positivos que en ella generaba y decidió aplicarlos para relajarse durante los tres días de la Selectividad. Uno de los trucos de Ferré fue, nada más recibir los exámenes y hacer una primera lectura de las preguntas, apuntarse en lápiz las cosas que no quería que se le pasaran, aunque fuera a responderlas más tarde. Así evitaba quedarse bloqueada. “En Historia, por ejemplo, escribía los apuntes que me venían a la cabeza en ese primer momento y así me aseguraba de que no se me olvidaran”, comenta, y añade la importancia de organizarse bien el tiempo que se dedica a cada ejercicio antes de empezar.

Hubo una prueba, la de Matemáticas Sociales, en la que se le aceleró el pulso al leer los enunciados. “No es que fuera muy complicado, pero estaba planteado de una manera muy distinta a los años anteriores y no tenía nada que ver. Ahí sí que tuve unos momentos de pasarlo regular, pero empecé a hacer los ejercicios y ya me calmé”, recuerda. Este año está a punto de terminar el primer curso de Traducción e Interpretación y Lenguas Aplicadas en la Universidad Pompeu Fabra, a la que accedió con un 13,86.

Hai Park: No hablar del examen en los minutos previos

Hai Park y su grupo de amigas hicieron un pacto para no hablar del examen los minutos previos antes de empezar cada prueba. Fue su fórmula para rehuir cualquier atisbo de estrés y nerviosismo. “En esos momentos no aconsejo hablar de cosas muy profundas ni mostrar excesiva preocupación”, explica. Tampoco aislarse con música, y menos si es pegadiza, “porque puede ocurrir que no se te vaya de la cabeza cuando entras en el aula”.

Natural de Seúl, en Corea del Sur, llegó a España con 10 años sin saber ni una palabra de español y cosechó una de las mejores notas de la Comunidad de Madrid. Un 13,65, que le valió para elegir el doble grado en Derecho y Relaciones Internacionales en la Carlos III de Madrid. Una de las claves de su éxito fue no cambiar ni un ápice de la rutina que había seguido las semanas previas. Mismas horas de sueño, misma jerarquía a la hora de responder las preguntas. “Yo siempre hago los exámenes en orden, para que mi cabeza no tenga que estar pensando que tiene un ejercicio pendiente al que volver”, argumenta.

Tras sacar un 13,65 en la EVAU, Hai Park decidió estudiar el doble grado en Derecho y Relaciones Internacionales. Imagen tomada en Collado Villalba en junio de 2023.
Tras sacar un 13,65 en la EVAU, Hai Park decidió estudiar el doble grado en Derecho y Relaciones Internacionales. Imagen tomada en Collado Villalba en junio de 2023.Jaime Villanueva

Sergi López: Artes marciales para desconectar

El gimnasio donde entrena artes marciales era lugar de visita obligatoria para Sergi López tras cada día de exámenes de la EVAU. Descargar tensiones, relajarse y despejarse. “Las practico desde hace años ya y para mí es una liberación. Aquellos días iba una hora y media o dos y me servía para desconectar”, recuerda López, de 18 años, nacido en Sant Joan Despí (Barcelona). Fue una de las claves para cosechar un 13,7 de nota final y poder entrar en el doble grado de Matemáticas y Física en la Universidad Politécnica de Cataluña.

López recomienda en las materias de ciencias que suelen ser más prácticas hacer los ejercicios en los que se pueda comprobar la respuesta durante el examen y cita el ejemplo de las matrices en Matemáticas, donde, cuando obtienes el resultado y haces el cálculo a la inversa, puedes asegurarte de que sea correcto. “Yo priorizaba estos ejercicios, así ya me quedaba tranquilo”, comenta.

Quim Martínez: Terminar un examen y pasar página

Una de las situaciones que Quim Martínez evitaba a toda costa era ponerse a comentar las respuestas de un examen justo al terminarlo. No le veía sentido, cuenta, a ponerse a discutir por una cosa que ya no estaba en sus manos. “En la Selectividad vienen uno detrás de otro, a veces con solo una hora entre medias para descansar, así que no puedes quedarte pensando en la prueba anterior”, explica el joven de 18 años natural de Sabadell. Martínez, al igual que el resto de los entrevistados, recomienda fervorosamente hacer una lectura completa antes de empezar a responder. En su caso, él solía empezar por las preguntas que mejor se sabía.

Conocedor de la elevada nota de corte del grado al que quería acceder, Matemáticas e Ingeniería Informática, las tardes de aquella semana las dedicaba a seguir repasando y remirando las asignaturas, aunque “con un ritmo más tranquilo”. Al final sacó un 13,48 y consiguió entrar en la Universidad de Barcelona.

Iyán López: A la una de la madrugada ya no se memoriza

Tratar de remontar en ocho horas todo el trabajo del curso es misión imposible, según opina Iyán López, gijonés de 19 años. Así que los días de la EVAU no intentó aprenderse ninguna cosa nueva que no tuviera ya estudiada. “A la una de la madrugada ya no vas a memorizar nada nuevo”, explica López, que intentó dormir lo máximo posible durante esos días. “La tarde previa al examen de Matemáticas probé a hacer dos ejercicios y no me salieron; dije ‘hasta aquí’ y me fui a descansar”, recuerda. Pasado un año de la realización de las pruebas, López relativiza la importancia de la nota. “No es el fin del mundo, no te estás jugando el resto de tu vida. Hay mil opciones alternativas si no te llega la nota de corte, así que tranquilidad”, alega. Él, tras sacar la máxima nota posible, un 14, se decidió por Derecho en la Universidad de Oviedo.

Iyán López, que consiguió la excelencia con un 14 en la EVAU, en la playa de San Lorenzo, en Gijón, este viernes.
Iyán López, que consiguió la excelencia con un 14 en la EVAU, en la playa de San Lorenzo, en Gijón, este viernes. PACO PAREDES

Carla Vendrell: Pausa y organización antes de empezar

El ritual de Carla Vendrell en cada examen de la EVAU era esperar 10 o 15 segundos antes de leer las preguntas. Así se concentraba y se relajaba la joven de 19 años natural de Olot, en Girona, que alcanzó el 13,898. La técnica, cuenta, la copió de su padre y la aplicó durante todo el Bachillerato. “Él se esperaba un minuto, me contó, pero yo no aguanto tanto”, relata entre risas. Luego ya leía todos los enunciados para elegir cuáles eran los que iba a contestar y comenzaba por los más difíciles. Durante los días de las pruebas estudiaba lo menos posible, porque “los exámenes eran intensos y llega un momento en el que la cabeza no puede más”. Así que o se juntaba con los amigos a tomar un café o salía a correr por su municipio. Cuando por fin terminó los exámenes, y a modo de celebración, se fue con una amiga a comer sushi. “Nos miramos, sonreímos y dijimos ‘ya está’”.

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