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La Reserva Federal advierte del aumento de la incertidumbre sobre la economía de Estados Unidos

El banco central mantiene tipos y prevé dos recortes este año, pero rebaja sus previsiones de crecimiento y eleva las de inflación tras la caótica política económica de Trump

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en su rueda de prensa de este miércoles.
Miguel Jiménez

Esperar y ver. La Reserva Federal prefiere no moverse. Tal y como se esperaba, el banco central de Estados Unidos ha decidido este miércoles mantener los tipos de interés en el rango del 4,25%-4,50%, en medio de la neblina que cubre la dirección de la primera economía del mundo desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. “La incertidumbre en torno a las perspectivas económicas ha aumentado”, ha reconocido en su comunicado el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC).

Los miembros de la Fed han rebajado sus previsiones de crecimiento económico y elevado las de inflación para este año, en parte por los aranceles, lo que ha llevado al presidente del banco central, Jerome Powell a pronunciar una palabra maldita: “transitoria”. Interpretar la inflación como transitoria en la recuperación de la pandemia fue el gran error del banco central, así que su sonido despierta a los fantasmas. La Reserva Federal aún proyecta dos recortes de 0,25 puntos en los tipos de interés oficiales, hasta dejarlos en el 3,75%-4,00% a final de 2025, pero Powell ha reiterado en su rueda de prensa que “no hay prisa” por acometer los recortes. Que nadie los espere para la reunión de política monetaria de mayo.

En diciembre, los miembros de la Fed también esperaban que hubiera dos recortes de 0,25 puntos en los tipos de interés durante este año, aunque en el arranque de 2025 muchos inversores empezaron a pensar que solo habría uno, dada la fortaleza de la economía. Ahora, con el debilitamiento provocado por Trump, se mantiene la senda de dos bajadas de 25 puntos básicos este año y otras dos para el próximo, hasta el 3,25%-3,50%. Aun así, de los 19 miembros de la Fed que han formulado sus previsiones, hay cuatro que no prevén ninguna rebaja de tipos este año y otros cuatro que solo esperan una.

Si hace tres meses pronosticaban que 2025 cerrase con un crecimiento del producto interior bruto (PIB) del 2,1%, ahora esperan solo un 1,7%. Las previsiones de crecimiento para 2026 y 2027 también empeoran y lo hacen además con un amplio rango que denota esa incertidumbre que se cierne sobre la economía. La previsión de tasa de paro para final de este año sube del 4,3% al 4,4%, y la de inflación (medida por el índice PCE, un deflactor de los gastos de consumo personal, el indicador que toma como referencia el banco central) pasa del 2,5% al 2,7%, otra mala noticia.

Powell ha subrayado que los aranceles son los causantes del fuerte repunte de las expectativas de inflación que se ha producido entre la población, y también los ha señalado como causantes del aumento de sus propias previsiones de subidas de precios. “Creemos que la inflación ha empezado a subir ahora, en parte como respuesta a los aranceles, y puede que se produzca un retraso en el progreso adicional en el transcurso de este año”, ha explicado.

“Está claro que una parte, una buena parte, proviene de los aranceles”, ha admitido, abriendo el debate sobre la respuesta adecuada en términos de subidas de tipos: “Como he mencionado, puede darse el caso de que sea apropiado a veces pasar por alto la inflación si va a desaparecer rápidamente sin que nosotros hagamos nada, si es de carácter transitorio”. La palabra maldita.

Powell se ha cubierto un poco, al señalar que el escenario base es que la inflación provocada por los aranceles no se enquiste, pero que permanecerá atento por si ocurre lo contrario: “Realmente no podemos saberlo. Vamos a tener que ver cómo funcionan realmente las cosas”.

Jerome Powell, durante la rueda de prensa de este miércoles.

Mientras que el presidente de la Fed ha señalado con claridad el efecto inflacionario de los aranceles, ha evitado culpar a las erráticas medidas económicas de Trump del deterioro de las expectativas de crecimiento. “Es demasiado pronto para ver efectos significativos en los datos económicos”, ha dicho en respuesta a una pregunta sobre si esas políticas ya están afectando a los datos. “En la situación actual, la incertidumbre es notablemente alta”, ha admitido en otro momeento.

Powell ha señalado que los riesgos de recesión han “aumentado, pero no son altos” y le ha quitado hierro al indicar que por norma general, en cualquier momento, hay una posibilidad entre cuatro de que la economía entre en recesión en un plazo de 12 meses. El presidente del banco central, que ha repetido su frase de que hay que distinguir entre “las señales y el ruido”, no ve riesgo de estanflación, un crecimiento bajo con una elevada inflación, el escenario de pesadilla para un banco central.

En general, las palabras de Powell han sentado bien a los inversores. Sigue presentando la situación de la economía estadounidense como saludable y, aunque no expresamente, parece descartar una subida de tipos: “Estamos en un punto en el que podemos recortar o podemos mantener”, ha dicho.

Salvo por la mención al aumento de la incertidumbre, el FOMC mantiene lo esencial de su comunicado de enero, cuando inició la pausa en los recortes de tipos, al alegar que los riesgos para alcanzar sus objetivos de empleo e inflación están más o menos equilibrados. Las perspectivas económicas son inciertas y el comité está atento a los riesgos para ambos aspectos de su doble mandato, reitera.

Como también se esperaba, el banco central frena el ritmo de reducción de su balance, al pasar los vencimientos de títulos de deuda de su cartera que no reinvierte de 25.000 a 5.000 millones de dólares mensuales, en un contexto en que la deuda federal está cerca de su techo legal y hay tensiones en el mercado monetario. Uno de los consejeros, Christopher Waller, ha votado en contra de esta decisión.

El banco central sigue señalando que sus decisiones dependerán de los datos que se vayan conociendo. “Al evaluar la postura adecuada de la política monetaria, el Comité seguirá supervisando las implicaciones de la información entrante para las perspectivas económicas”, insiste. El Comité vigilará las condiciones del mercado laboral, las presiones inflacionarias y las expectativas de inflación, y la evolución financiera e internacional.

El mantra de Powell de los últimos meses es que no necesita tener prisa para seguir bajando los tipos de interés. La Reserva Federal acometió tres recortes consecutivos en septiembre, noviembre y diciembre, con los que rebajó un punto porcentual el precio del dinero. El banco central considera que su política monetaria continúa siendo restrictiva, pero la inflación permanece enquistada algo por encima del nivel de estabilidad de precios, mientras que la tasa de paro sigue en niveles históricamente bajos, de modo que Powell prefiere no bajar la guardia.

Las erráticas medidas de Donald Trump, sobre todo en lo tocante a aranceles, han dañado la confianza de los consumidores y provocado que se disparen las expectativas de inflación. La incertidumbre generada por su caótica política comercial, el efecto de sus medidas proteccionistas y los recortes y despidos han hecho ya perder fuelle a la economía estadounidense. Además, como algunas de sus medidas tienen carácter inflacionista, la palabra estanflación se ha asomado de nuevo al análisis económico.

Powell trata de pilotar un aterrizaje suave de la economía, esto es, una vuelta de la inflación a su objetivo del 2% sin provocar grandes pérdidas de empleo ni mucho menos una recesión en toda regla. Las turbulencias provocadas por Trump, sin embargo, dificultan la singladura.


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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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