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La Fed baja tipos por tercera vez desde septiembre, pero frena el ritmo de los recortes para 2025

El banco central de EE UU eleva la previsión de crecimiento al 2,5% para este año y reconoce que estudia ya el impacto de los aranceles en la inflación

María Antonia Sánchez-Vallejo
La sede de la Reserva Federal en Washington.
La sede de la Reserva Federal en Washington.Joshua Roberts (REUTERS)

La Reserva Federal de Estados Unidos ha despedido el año con el tercer recorte de tipos de interés desde septiembre, de 25 puntos básicos, hasta alcanzar un rango objetivo de entre el 4,25% y el 4,5% (un punto porcentual menos que en septiembre). El banco central ha enfriado con fuerza las expectativas de abaratar el precio del dinero en los próximos meses y estima ahora ejecutar solo dos rebajas de tipos en 2025 y otras dos en 2026, según las proyecciones dadas a conocer este miércoles por el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, en sus siglas inglesas). Los funcionarios de la Reserva Federal también han reducido sus previsiones de desempleo para 2025 y revisado las de la inflación hasta el 2,5%, desde el 2,1% apuntado en septiembre. Las estimaciones confirman el aterrizaje suave de la economía estadounidense tras una inflación en máximos en 2021 y 2022.

A diferencia de reuniones anteriores, en esta ocasión no ha habido unanimidad en la decisión. Beth Hammack, presidenta del Banco de la Reserva Federal de Cleveland, votó en contra de la bajada de tipos, prefiriendo mantener sin cambios los costes de endeudamiento.

En la rueda de prensa posterior al anuncio, el presidente de la Fed, Jerome Powell, ha dicho que la inflación ha bajado significativamente pero que “sigue siendo algo elevada”, y que los dos recortes previstos el año próximo son coherentes con el progreso más lento en el control de la inflación. “Hemos reducido nuestro tipo de interés en 100 puntos básicos [desde septiembre]. Estamos significativamente más cerca de la neutralidad. En cuanto a recortes adicionales, esperamos nuevos avances en materia de inflación, así como una fortaleza continuada del mercado laboral. Y mientras la economía y el mercado laboral sean sólidos, podemos ser prudentes a la hora de considerar nuevos recortes”.

“¿Qué es lo que realmente está impulsando la senda más lenta de recorte de tipos? Lo primero es que el crecimiento es más fuerte. La economía creció más rápido en la segunda mitad de 2024 de lo esperado [...]. El desempleo es menor [...] La inflación es más alta [...] Y también me gustaría señalar que estamos más cerca de la tasa neutral, que es otra razón para ser cautelosos acerca de nuevos movimientos”, ha declarado Powell. Sobre el mercado laboral —además del control de la inflación, el otro objetivo de la Fed es la consecución del pleno empleo—, ha repetido que “las condiciones son ahora menos tensas de lo que eran en 2019″ y que los salarios no son una fuente de presiones inflacionistas por el momento.

La última reunión del año del comité responsable de fijar la política monetaria de EE UU se esperaba con interés por la actualización del cuadro de previsiones macroeconómicas, más positivas de lo previsto aunque sujetas a una incógnita: el segundo mandato de Donald Trump. La economía de EE UU ha demostrado ser más resistente que lo que se esperaba hace tan solo unos meses. Datos recientes confirman el aterrizaje suave, con la inflación bajando más lentamente —aunque con un leve repunte en octubre y noviembre—, y el mercado laboral no tan debilitado como se temía. Tras la reelección del republicano en noviembre, que ha amenazado con limitar la independencia de la Fed, los responsables del banco central, incluido Powell, habían reiterado que es demasiado pronto para tener en cuenta en el cuadro de previsiones las políticas, aún por concretar, del presidente electo.

Sin embargo, Powell ha reconocido que algunos de los funcionarios empiezan a estudiar ya el impacto de las anunciadas políticas de Trump. “Algunos miembros dieron un paso muy preliminar y empezaron a incorporar estimaciones altamente condicionales de los efectos económicos de esas políticas, identificando la incertidumbre política como una de las razones por las que aumenta la incertidumbre en torno a la inflación”, ha dicho. En concreto, se basan en el previsible efecto de los aranceles en función de cálculos realizados en 2018, al comienzo del primer mandato del republicano. Esto “nos pone en posición cuando finalmente veamos cuáles son las políticas reales, para hacer una evaluación más cuidadosa y reflexiva de lo que podría ser la respuesta política adecuada”. No obstante, ha subrayado el presidente de la Fed, “es muy prematuro tratar de sacar cualquier tipo de conclusión. No sabemos qué aranceles se aplicarán a qué países, durante cuánto tiempo y en qué volumen. No sabemos si habrá represalias arancelarias. No sabemos cómo repercutirá todo esto en los precios al consumo”.

La Fed ha optado por elevar el crecimiento previsto para este año al 2,5%, desde el 2% estimado hace solo tres meses. La encuesta de la Reserva Federal de Filadelfia había elevado su estimación del 1,9% anterior al 2,2%. Aun así, la hoja de ruta para 2025 proyecta también la debida cautela de lo que pueda suceder con Trump, y en especial sus promesas de abundar en su reforma fiscal de 2017, que bajó impuestos a las rentas más altas; una barra libre de desregulaciones y la imposición masiva de aranceles, que provocarían, junto con la anunciada deportación de millones de inmigrantes, una subida de la inflación. Aunque Powell y la Fed se resistan a considerar a priori el probable efecto de esas medidas, el hecho de reducir a dos el número de recortes el año que viene se ajustaría a la perspectiva de que los aranceles y los frenos a la inmigración pueden frenar el descenso de la inflación, o incluso estimularla.

Después que la inflación subyacente aumentara en noviembre un 0,3% por cuarto mes consecutivo hasta situarse en el 2,8% interanual, todos esperaban que los funcionarios de la Fed revisaran al alza sus proyecciones. Para el año próximo la Fed prevé el 2,5%, desde el 2,1% previsto en septiembre.

La horquilla de entre el 4,25% y el 4,5% deja el precio del dinero muy por encima de la estimación media de la Fed para las tasas a largo plazo, del 2,9%, estimada en septiembre y considerada una aproximación al tipo neutral, que ni impulsa ni frena la economía. Los últimos datos económicos también han suscitado dudas sobre si esta tasa debería ser más alta. Esa incertidumbre podría dar a los funcionarios más razones para moverse lentamente con los recortes de tasas, dijo en vísperas de la reunión Tim Duy, economista jefe de EE UU para SGH Macro Advisors. “A medida que nos acercamos al límite superior de esas estimaciones, tiene sentido para la Fed moverse más despacio mientras evalúa en qué punto del ciclo político se encuentra”, explicó en declaraciones recogidas por Bloomberg.

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