_
_
_
_
_

En la fábrica de las células madre

Dos centros españoles producen ya estos cultivos como medicamentos

Cultivar células madre para que puedan ser utilizadas después en tratamientos para determinadas enfermedades, a modo de medicamentos, es ya una realidad. En España existen dos centros que han conseguido la acreditación de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios para producirlas y hay otros que aspiran a ello (la Fundación Genoma España y el hospital Niño Jesús de Madrid han desarrollado una unidad para impulsar un ensayo clínico en tumores metastásicos infantiles).

De momento, sólo un centro público, el hospital Gregorio Marañón de Madrid (HGM), y otro privado, la Clínica Universitaria de Navarra (CUN), disponen de un laboratorio de buenas prácticas en fabricación (GMP, en sus siglas en inglés) en funcionamiento dedicado a elaborar productos de terapia celular, para su administración o implantación en pacientes, bajo un estricto sistema de garantía de calidad, compatible con las normas GMP. Cardiología, urología, hematología, oncología o dermatología son algunas de las áreas que se van a beneficiar de estas líneas de investigación.

El material biológico es del paciente y se usa en pequeños ensayos clínicos

A diferencia de los laboratorios de la industria farmacéutica, la producción de células-medicamento es muy reducida, reconoce Javier Pérez Calvo, responsable del laboratorio GMP de la CUN. No hay, señala, desarrollo comercial, y las células se emplean en pequeños "ensayos clínicos independientes" con muy pocos pacientes. De momento, en el Gregorio Marañón existen varias líneas de investigación: en cardiología, con el implante de células madre para la regeneración de corazones infartados; en cirugía plástica, con la introducción de células madre derivadas de la grasa en la mama de las pacientes para su reconstrucción y regeneración tras una intervención quirúrgica, y en traumatología, con el implante de células madre en la cabeza del fémur.

En la Clínica Universitaria, las líneas de investigación se dirigen hacia la regeneración cardiaca en corazones infartados, el tratamiento de la enfermedad vascular periférica, la diabetes o las vacunas idiotípicas en el tratamiento de un tipo de linfoma.

Existen dos procesos de producción celular en función de la manipulación que sufren las células: uno de mínima manipulación en el que las células madre se extraen, seleccionan y purifican para su posterior implante en el paciente, que se puede llevar a cabo en el mismo quirófano o en un laboratorio anexo. El otro, por el contrario, requiere una mayor manipulación, y son precisos una infraestructura y un sistema de calidad bajo normas GMP para la expansión celular y su posterior aplicación en los pacientes. Cualquier manipulación de las células que altere sus características básicas, explica Pérez Calvo, hace que éstas se consideren un medicamento. Y, por tanto, "se aplica la misma normativa que se exige a la industria farmacéutica para fabricar fármacos".

Por eso, las unidades de producción celular, aclara María Eugenia Fernández Santos, directora de la unidad del Gregorio Marañón, reúnen una serie de requisitos similares a los requeridos a un laboratorio farmacéutico. Estas unidades poseen las características de una "sala blanca", es decir, son áreas especialmente diseñadas para obtener bajos niveles de contaminación, explica.

Pero las normas de correcta fabricación no sólo se refieren al aislamiento, sino que, como recuerda Pérez Calvo, son una serie de obligaciones que garantizan la seguridad del sistema de producción de estos medicamentos. "Todo el proceso de producción celular se encuentra sometido a precisos controles biológicos y citogenéticos de seguridad de las muestras bajo normas de correcta fabricación, con la garantía para el paciente de que recibe las células cultivadas y multiplicadas en las condiciones óptimas", destaca Fernández Santos.

Las células se obtienen del propio paciente. El tejido del enfermo se procesa, y de él se extraen las células que posteriormente se cultivan para conseguir un mayor número de células madre. El cultivo se realiza "digiriendo" con enzimas o desmenuzando el tejido hasta que, una vez obtenidas las células, se ponen en cultivo en las necesarias condiciones de humedad, de concentración de dióxido de carbono y de temperatura. Posteriormente se expanden o multiplican para conseguir el número de células madre suficiente para que la terapia sea efectiva según requiera el ensayo clínico y la estrategia del implante, y se ponen a disposición del investigador en el soporte que éste necesite -jeringas, viales o bolsas- para su implante en el paciente dentro del quirófano.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_