El 'foie gras' teme a la gripe mediática
Los criadores franceses de Las Landas temen que la difusión de las vacunaciones de patos provoque una caída de sus ventas
En Las Landas (Francia), la tierra del foie gras por excelencia, los granjeros tienen más miedo a la televisión que a la gripe aviar. Por eso acordaron el lunes blindarse frente a la prensa. "¿Que si tememos al virus? No es más que un problema de los medios de comunicación, el daño lo hacen ustedes", despacha airado un criador de la granja Lafitte, cerca de Saint Sever. Aquí, en esta región hasta hoy libre del virus, aún no han caído, o eso dicen, las ventas de patos, ocas y sus derivados, frente a las cifras oficiales que hablan de un descenso del 30% en el consumo de carne de ave en Francia tras la aparición de 29 ejemplares infectados. "Lo que nos preocupa es lo que pueda pasar cuando se empiecen a ver las vacunaciones por televisión", confiesa Marcel Saint Cricq, presidente de la Asociación de Productores de Foie Gras de Pato del Suroeste.
Francia, primer productor mundial de foie -18.500 toneladas en 2004- fue el primer país europeo con un caso confirmado del virus H5N1 en un recinto cerrado. También ha sido el primero en iniciar, con la autorización de la UE, una campaña de vacunaciones en alrededor de 365 municipios cercanos a humedales de los departamentos de Vendèe, Loire Atlantique y Las Landas para reducir -que no evitar- posibles contagios de aves migratorias. "Se trata de prevenir una primera infección y, si ya la había, de impedir que se propague", explica Arthur Tirado, director del servicio veterinario de la región.
El Gobierno francés, que ya en octubre obligó a tapar los comederos y bebederos de aves de todo el país, dio recientemente dos opciones frente a los granjeros de estas zonas, sensibles al virus, frente a la crisis: que confinaran a sus animales bajo techo o que los vacunaran. En la tierra del foie gras, al contrario de lo que ha ocurrido en los otros departamentos, se ha optado mayoritariamente por esta solución. "Confinarlos sería imposible". dice Tirado. Para empezar, la mayoría de explotaciones, pequeñas y familiares, tienen los patos al aire libre y carecen de infraestructuras. "Pero es que además estos animales necesitan espacio. En cautividad son más propensos a las infecciones y a agredirse entre ellos". En esas condiciones, añade Benout Descort, granjero de Horsarrieu, "no se puede garantizar la calidad del producto y nosotros vivimos de eso".
La campaña de vacunación, financiada por el Estado a diferencia del confinamiento, se inició el lunes. Los veterinarios pincharán a 700.000 patos y ocas de 148 criaderos de la región: una primera vez, a las tres semanas de vida; y una segunda, a las siete -viven unas 15-. "Llevamos 20 años vacunando [contra enfermedades como el cólera] y estamos acostumbrados", afirma Descort, uno de los pocos criadores que se ha prestado a recibir a la prensa en su explotación, ante la presencia, eso sí, de miembros de la Cámara de Agricultura.
Ni él ni otros granjeros de la región temen a la gripe aviar. Ninguno trabaja con máscaras. "Sólo quienes tienen alergia a las plumas de pato", dice Janine a cara descubierta en su explotación de Toulouzette. "No hay que olvidar", añade Saint Cricq, "que en Las Landas aún no se ha dado un solo caso". Los 29 contagios registrados en Francia se concentran en el departamento de L'Ain, en el centro-este del país, lo que ha obligado a extremar la vigilancia también en las regiones vecinas de Saône et Loire, Isère y Rhône. Ayer mismo el Gobierno reforzó las medidas de precaución en la zona al ordenar el confinamiento de todos los gatos para evitar su contacto con los pájaros y el encierro o atado permanente de los perros.
El sector avícola francés, que emplea a 65.000 personas, se ha resentido por el miedo a la gripe aviar. Un total de 43 países han decretado el embargo total o parcial de importaciones de aves y sus derivados, el consumo ha descendido entre un 25% y un 30%, acarreando unas pérdidas de 40 millones de euros al mes, y se teme por 10.000 puestos de trabajo. "Hay demasiado catastrofismo en los medios y se está confundiendo a la gente", dice Saint Cricq. "El sector, aquí en Las Landas, aún no ha acusado la crisis, pero hay miedo de que ocurra. Miren lo que pasó hace unos meses", apunta. "Cuando se vieron por televisión imágenes de pollos muertos en Asia, descendió muchísimo su consumo. En noviembre comenzó a recuperarse, cuando el tema quedó en segunda plana por la quema de coches en los suburbios".
Una bula muy sabrosa
Monseñor Philippe Breton, obispo de Aire y Dax, se ha saltado uno de los preceptos de la Iglesia, a cuenta de la gripe aviar, y ha concedido a sus feligreses bula para comer pato y foie-gras
durante la Cuaresma. "Pido a los católicos que sean razonables, conserven sus hábitos alimentarios tradicionales y consuman normalmente aves de corral, incluso durante la Cuaresma de 2006 que acaba de comenzar" como "gesto de solidaridad" con el sector avícola.
Los sacerdotes leerán hoy, como hicieron ayer, este llamamiento del prelado en todas las misas celebradas en esta diócesis francesa. "El Gobierno y los expertos no se cansan de afirmar" que "el consumo de aves de corral no entraña ningún riesgo para la salud". Sin embargo, justifica, "está bajando sensiblemente" en el Departamento de Las Landas.
Pero esa crisis de la que habla el obispo no existe si se consulta a la Cámara de Agricultura de Las Landas, los granjeros, carniceros, o empresarios de la zona. "Las ventas se mantienen", coinciden. ¿Cómo explican entonces que los efectos de la gripe aviar no hayan perjudicado a esta región como al resto de Francia? Por una cuestión de confianza, según varios representantes del sector. En esta zona se trabajan mayoritariamente productos con certificado de calidad. "Y eso da seguridad a los consumidores", dicen. Lo confirma José Arruabarrena, charcutero de Hendaya. "Nosotros, que sólo trabajamos con estas calidades, estamos vendiendo más. Lo mismo nos ocurrió con la crisis de las vacas locas".
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