Bush contra Salim Hamdan
JONATHAN MAHLER
En 1996, Salim Hamdan, un yemení de 26 años, de bigote espeso y cabello negro y rizado, trabajaba media jornada de taxista y dividía sus modestos ingresos entre el colchón que alquilaba en una pensión abarrotada de la sucia y bulliciosa ciudad de Sana y su provisión diaria de hojas de 'khat', el estimulante que casi todos los hombres yemeníes mascan a puñados.