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EE UU probó en África un fármaco antisida sin desvelar sus riesgos

Los responsables sanitarios cambiaron un informe para ocultar el peligro del medicamento

Apenas un mes antes de que el presidente de EE UU, George W. Bush, anunciara en 2002 una partida presupuestaria contra el sida en África, los responsables sanitarios modificaron un informe para esconder los riesgos que implicaba el fármaco utilizado. Experimentos anteriores en Uganda habían demostrado que el medicamento podía tener efectos letales. La Casa Blanca no conocía los problemas de esa investigación cuando Bush anunció su plan contra el sida en África. El activista Jesse Jackson asegura que el experimento "es un crimen contra la humanidad".

Según una investigación de Associated Press, el plan de la Casa Blanca, que pretendía luchar contra la transmisión del sida de madres a hijos, ignoraba los efectos secundarios del medicamento empleado, Nevirapine, que causa problemas dermatológicos graves y daños en el hígado que llegan a ser mortales.

Sin embargo, el peor problema de la administración de este medicamento está en su propia naturaleza. Si se aplica sin continuidad su efecto puede llegar a ser contraproducente: una única dosis genera una resistencia del organismo a los medicamentos antivirales que puede impedir el tratamiento posterior de la enfermedad.

Dos de cada tres enfermos de sida en el mundo viven en África, un continente en el que hay 27 millones de personas infectadas.

En 1997, los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) iniciaron en Uganda un estudio que pretendía valorar hasta qué punto una sola dosis podía frenar la transmisión del sida de madres a hijos. Aunque los resultados iniciales eran alentadores, cuatro años después empezó a constatarse que los riesgos de esa dosis única podían ser mortales. El estudio inicial realizado en Uganda estaba plagado de errores en el seguimiento de los pacientes que habían recibido el tratamiento con Nevirapine. El descontrol era tan abrumador que los encargados de la investigación no sabían con certeza qué madres habían recibido una primera dosis; en algunos casos, hubo que hacer análisis de sangre a las pacientes para saber qué cantidad de medicamento habían tomado.

Todo esto figuraba en un informe fechado hace más de dos años. Los fallos eran de tal envergadura que las autoridades sanitarias habían alertado al Gobierno de Uganda sobre los problemas de este medicamento y conminado a los fabricantes norteamericanos a retirar su solicitud para comercializar el tratamiento en EE UU.

Sin embargo, el texto de ese documento fue retocado semanas antes de que Bush anunciara su plan de lucha contra el sida en África. Los responsables de los NIH no informaron al Gobierno de EE UU sobre los problemas del producto.

Según Clifford Lane, uno de los altos cargos de los NIH que investigan el incidente, los resultados del experimento en Uganda demostraban que el medicamento "no debería ser una primera opción en el tratamiento contra el sida si existen otras opciones disponibles". Sin embargo, el Nevirapine tiene un precio muy reducido si se compara al de otros medicamentos contra el sida.

La empresa fabricante del medicamento, Boehringer Ingelheim, era consciente de los resultados del estudio de Uganda. Sin embargo, en enero de 2002 la compañía pidió a los NIH que destruyeran el informe para evitar que los responsables de la FDA (la Food and Drug Administration, la autoridad que regula los medicamentos) frenaran el proceso de concesión de una licencia para uso del producto en EE UU.

Ajeno a todo ello, el presidente Bush anunció en junio de ese año su plan de 500 millones de dólares en el que remarcó: "La prioridad de mi Gobierno es prevenir la transmisión del sida de madres a hijos". Según Trent Duffy, portavoz de la Casa Blanca, "la misión del presidente es intentar parar la expansión del sida en África y hacerlo desde nuevas perspectivas".

Aunque se han distribuido cientos de miles de dosis de Nevirapine en África, la FDA recomienda ahora no usar el producto en determinados pacientes y alertar a los individuos que lo reciben sobre los posibles efectos secundarios.

El político, activista y reverendo Jesse Jackson ha pedido una investigación del Congreso: "Si los resultados de una investigación sobre la calidad de un medicamento no son aceptables para usarlo en Estados Unidos, nunca se debe usar en África. No fue una decisión razonable sino un crimen contra la humanidad".

Un infectado con el VIH descansa acostado en la casa de sus abuelos en Suráfrica.
Un infectado con el VIH descansa acostado en la casa de sus abuelos en Suráfrica.ASSOCIATED PRESS

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