Aznar fracasa en el intento de lograr que la UE movilice recursos contra la marea negra
España podrá reasignar dinero comunitario, pero no habrá un fondo específico para el 'Prestige'
El fondo europeo para catástrofes petroleras que el presidente del Gobierno quería impulsar en Copenhague, según anunció en la carta que dirigió el pasado día 21 de noviembre a los líderes europeos, no verá la luz. España no consiguió ayer nuevos recursos específicos para las mareas negras, a diferencia de los que logró Alemania para catástrofes naturales tras sufrir las inundaciones del pasado verano. Lo que sí obtuvo José María Aznar es solidaridad y facilidades europeas para reorientar hacia las costas dinero de la UE ya obtenido para otros fines.
El naufragio del buque no es comparable con las riadas en Alemania: no es una catástrofe natural
Galicia dispone hoy de 1.264 millones de euros adjudicados hasta 2006 por el Fondo de Desarrollo Regional (Feder) de la UE que aún no han sido comprometidos en ningún objetivo concreto cofinanciado. Ése es el dinero que, en lugar de ser destinado a proyectos de industrialización o infraestructuras de la comunidad autónoma, podrá ser aplicado en parte a sufragar la limpieza de las costas y otros daños causados por la marea, gracias a los mecanismos de "flexibilización" promovidos por la Comisión, que ayer recibieron el respaldo del Consejo.
Asturias tiene otros 239 millones de euros vacantes en el Feder por el mismo concepto, y el Fondo de Cohesión que corresponde a España para el periodo 2000-2006 dispone todavía de 6.200 millones de euros sin asignar, cuya aplicación parcial a combatir las consecuencias de la marea, en la medida necesaria, podría ser también autorizada por Bruselas, aunque siempre en detrimento de otros proyectos eventuales y de otras regiones. La UE está dispuesta, además, a aumentar su participación en la cofinanciación de los proyectos de limpieza y regeneración desde el 63% habitual en estos fondos hasta el 75%.
El Consejo dejó, por otra parte, abierta ayer la posibilidad de facilidades futuras, al respaldar la "intención de examinar medidas adicionales". Pero la única posibilidad hoy por hoy de que España obtenga nuevos recursos de la UE para combatir el desastre ecológico gallego viene del Fondo de Solidaridad creado al hilo de las inundaciones alemanas, y éste resulta ser claramente inadecuado.
María Elvira Rodríguez Herrera, secretaria de Estado de Hacienda, explicaba ayer en Copenhague que, debido a los requisitos de ese fondo -que permite financiar sólo el 2,5% de las catástrofes que superen los 3.000 millones de euros o el 0,6% del PIB de los países afectados-, España tendría que gastar 200 millones de euros para obtener de Bruselas por vía de solidaridad cinco millones de euros, un millón menos de los que ha prometido donar el empresario gallego Amancio Ortega. El reglamento del fondo, que tiene para lo que queda del año un remanente que apenas supera los 50 millones de euros, impide además obtener otra financiación comunitaria para las labores de limpieza de las costas que ya se hayan beneficiado de la ayuda de este fondo.
Como conclusión, la administración española aprecia poco las posibilidades del fondo de solidaridad, aunque es probable que presente alguna reclamación ante él debido a su valor simbólico. Para ello, tendrá que entregar una primera evaluación de daños antes del 13 de enero, aunque la Comisión se muestra comprensiva con la dificultad que plantea la tasación de una catástrofe aún en curso y el propio Consejo Europeo apreció ayer la tendencia a flexibilizar los plazos en el caso español.
La cifra de 200 millones barajada por Elvira Rodríguez no parece, sin embargo, arbitraria, ya que la secretaria de Estado evaluó en esa misma cantidad los fondos que el Gobierno maneja por ahora. Otras fuentes administrativas ofrecen, sin embargo, una valoración más baja del gasto ya realizado, y la situán en los 130 millones.
¿Por qué la propuesta de Aznar de crear un fondo en la UE para las catástrofes petroleras no ha prosperado? El comisario europeo para la Ayuda Regional, Michel Barnier, explicó ayer que casos como el del Prestige y similares no son comparables con las inundaciones porque no son catástrofes naturales y generan indemnizaciones por seguros y otras responsabilidades de terceros que en las crecidas de aguas no existen.
Lo cierto es que ni Alemania ni el Reino Unido ni países con fuertes intereses marítimos, como Grecia, están dispuestos a financiar ese proyecto de fondo que Aznar puso sobre la mesa.
La UE se ha comprometido, sin embargo, a proveer alguna dotación específica, si no se consigue que la Organización Marítima Internacional eleve su fondo para catástrofes petroleras desde 200 a 1.000 millones de euros antes de que concluya 2003.
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