Grupos católicos y conservadores maniobran para recortar la Ley de Reproducción Asistida
Los expertos prefieren que no se toque la norma por miedo a que Sanidad esté de acuerdo
En los últimos meses, varios grupos provida y vinculados al Opus Dei han endurecido su campaña a favor de que se modifique la Ley de Reproducción Asistida. Piden que se haga más restrictiva para que no sobren embriones y así frenar su uso en investigación. Mientras, los especialistas en fertilización, tras años de pedir que la norma se hiciera más progresista, dicen que es mejor que no se toque. Todo, por la rotunda negativa de la ministra de Sanidad, Ana Pastor, a investigar con células madre embrionarias. Fuentes de Sanidad aseguran que no se plantea una reforma.
El fundador de la Asociación Provida, miembro de la Asociación Española de Bioética y director de Biopatología del hospital La Fe, de Valencia, Justo Aznar, es claro: 'Esto es un juego político y, si las cosas van mal, te conformas con quedarte como estás. Si mejoran, te aprovechas'. Explica así el cambio de tornas producido en los últimos meses y agudizado por las declaraciones de Pastor hace dos semanas. La ministra aseguró que quienes defienden la investigación con células madre embrionarias 'ocultando sus riesgos' son 'unos irresponsables'.
Pastor no insinuó un cambio en la Ley de Reproducción Asistida, de 1988, pero sí dejó clara una postura que no tenía su antecesora, Celia Villalobos. Ésta, cuando le preguntaban, remitía al debate social y científico, pero nunca se opuso. El portavoz del PSOE en la comisión de Ciencia del Congreso, Jaime Lissavetzky, ve difícil que el PP decida cambiar la ley en los 18 meses de legislatura que le quedan.
Por si acaso, grupos como Hay Alternativas, aparecido hace medio año, han multiplicado su actividad. Agrupa 'a 11.700 ciudadanos y 1.060 científicos'. Se atribuye la representación de más de 500.000 personas y hace unos meses comenzó a reunir firmas contra la investigación con células madre embrionarias. Uno de los integrantes, el profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma de Madrid Rafael Rubio, reconoce: 'Hay que reformar la ley. Todo el mundo coincide en que está obsoleta. Y por eso, viendo la valentía de Pastor, hemos aumentado la presión: ahora o nunca'.
'Sin confesión común'
Según la portavoz del grupo, María Luengo, son personas aconfesionales y sin ideología común. La catedrática de Bioquímica de la Universidad de Navarra, Natalia López-Moratalla, colabora con el grupo y reconoce que 'muchos vienen de Provida'. Una prueba del movimiento es que una doctoranda de la Universidad de Navarra, del Opus Dei, María Cruz Díaz de Terán, elaboró una tesis sobre cómo se debería modificar la ley. Hay más colectivos, como la Asociación Española de Bioética y Ética Médica o los Profesionales por la Ética que mantienen la misma postura. Varios de los firmantes de sus manifiestos se repiten.
Hasta ahora, quienes pedían cambiar la ley eran los expertos en reproducción asistida y la oposición de izquierda. Aparte de pedir la congelación de óvulos o que se ampliara el plazo para la congelación del semen (fijado en cinco años), pedían poder investigar con los embriones sobrantes de los tratamientos de fertilización. Así lo recomendó la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida (CNRHA), órgano asesor de Sanidad, en 2001. La ley prohíbe investigar con los embriones y destruirlos. De los embriones se obtienen las células madre embrionarias que pueden dar lugar a cualquier tejido. Los católicos piden que se prohíba la investigación con células embrionarias y que se haga con células madre adultas. Éstas se extraen de algunos tejidos de personas. López-Moratalla asegura que tienen más posibilidades terapéuticas.
Muchos científicos, como Mariano Barbacid, Valentín Fuster, Juan Carlos Izpisúa, Bernat Soria, Ginés Morata, el último Premio Nacional de Investigación en Biología o Margarita Salas, se mostraron de acuerdo con la CNRHA. Ahora los expertos no están tan seguros de que se deba tocar la ley. El andrólogo y miembro de la CNRHA, Lluís Bassas, asegura que en cierto sentido 'es mejor que no se toque la ley'. El presidente de la Sociedad Española de Fertilidad, Alberto Roméu, partidario de que se investigue con células madre embrionarias 'bajo supervisión de Sanidad', no es partidario de la reforma. Lissavetzky 'entiende el temor' a que se abra la ley. En 1989, el PP presentó y perdió un recurso de inconstitucionalidad contra la ley.
'Sólo los que se implanten'
Los grupos católicos piden que se prohíba fecundar más óvulos de los que luego se implantan, como explica el profesor de Genética de Navarra y miembro de la CNRHA, Gonzalo Herranz. Actualmente, con un tratamiento hormonal se le extraen los óvulos a la mujer (el número varía mucho de una mujer a otra), se fecundan, se seleccionan los que no tienen defectos y se implantan (generalmente tres). Los que sobran se congelan.
Si sólo se fecundan los óvulos que se implantan, nunca sobran embriones. También se evita la selección de los mismos. El problema es que, si el primer embarazo no tiene éxito (algo frecuente), hay que someter a la mujer a otro tratamiento para extraerle más óvulos. Así lo apunta la secretaria de la Asociación Nacional para los Problemas Infertilidad, María Miramón.
Díaz y López-Moratalla aseguran que se pueden conseguir los mismos resultados si se fecunda un solo óvulo que si se fecundan tres. El presidente de la SEF, Alberto Roméu, recalca: 'Que no les quepa duda a los especialistas en reproducción asistida de la Universidad de Navarra; si eso fuera así, lo harían todas las clínicas'. En la Universidad de Navarra no se hace reproducción asistida.
Un texto pionero en Europa
'La Ley de Reproducción Esistida española sigue siendo de las más avanzadas de Europa', aseguraba a este diario Marcelo Palacios (su redactor) hace unos meses. En efecto, la ley fue puesta como ejemplo en muchos países europeos.
Y sigue siendo más permisiva que las legislaciones de otros países. En Alemania no se permite la donación de óvulos ni la de embriones; tampoco congelar embriones, donarlos o examinarlos antes de implantarlos; ni fecundar a una mujer sin pareja, ni extraerle más óvulos de los que se van a implantar. La legislación alemana es puesta como ejemplo por María Cruz Díaz de Terán, de la Universidad de Navarra: 'La ley alemana es una de las más rigurosas y coherentes en la tutela del embrión, tal vez escarmentada por errores del pasado'.
En junio, Italia aprobó una ley que restringe el número de óvulos a fecundar y dotó al embrión de estatus jurídico.
Centenares de parejas de toda Europa, la mayoría alemanas, acuden cada año a España a recibir tratamientos de fertilidad.
La bióloga del Instituto Dexeus y miembro de la Comisión Nacional de Reproducción Asistida, Anna Veiga, señala que, si la ley española se hiciera más regresiva, sería 'un paso atrás'.
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