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Chávez aplica el ajuste del FMI para frenar la fuga de capitales

Los analistas temen que la nueva política económica venezolana dispare la inflación

Juan Jesús Aznárez

Revolucionario cubano en algunas políticas, el presidente venezolano Hugo Chávez aplicó la ortodoxia del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el ajuste fiscal anunciado el martes para contener la crisis financiera y la fuga de capitales, acobardados por la desorientación y las protestas que sacuden el país. El banco central intervino ayer para frenar la devaluación del bolívar, causada por su libre flotación y la masiva compra de dólares.

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Chávez afrontará la pérdida de popularidad derivada de la previsible inflación y la pugna entre un populismo despilfarrador y la racionalidad exigida por los agentes económicos. La moneda nacional se desplomó en los dos primeros días de fluctuación, tras la eliminación del sistema de bandas vigente desde 1996, porque los ciudadanos acudieron masivamente a los bancos y casas de cambio, evocando la carestía causada por la devaluación de mediados de los años noventa.

'Lo veo todo negro', admitía ayer un atemorizado comprador de dólares. Teme un sustancial aumento de los precios de los bienes de consumo, alimentos, ropa o manufacturas, la mayor parte importados y pagados en dólares. En 2001, las compras en el exterior alcanzaron los 17.000 millones de dólares, equivalentes al total de reservas en divisas. Numerosas empresas subieron los precios y las concesionarias de automóviles suspendieron las ventas para ajustar los suyos.

El Gobierno reza por un repunte del precio del crudo, cuya caída en los mercados internacionales desencadenó la crisis, para combatir tiempos difíciles, que seguramente aprovechará la oposición para proclamar la imposibilidad de una recuperación nacional con el actual Gobierno. 'La inestabilidad política y el clima de conflictividad política son variables que se deben insertar en forma importante en cuanto a la sostenibilidad de las cuentas fiscales', destacó el economista Ángel Alayón.

El Banco Central de Venezuela (BCV), harto de quemar dólares para compensar la fuga de capitales, calificó de 'previsible' la caída del bolívar, y las calificadoras de riesgo, los inversionistas y el propio FMI aplaudieron el recorte del 22% del presupuesto y los otros instrumentos arbitrados para aminorar los efectos del abaratamiento del barril de crudo, y reducir un déficit fiscal de 9.000 millones de dólares.

La fortaleza del bolívar y el control de la inflación, que castiga más a quienes menos capacidad adquisitiva tienen y que algunos analistas temen que suba hasta el 30%, fueron determinantes en la estrategia presidencial contra la pobreza y las injusticias padecidas por cerca del 80% de los 24 millones de habitantes del cuarto país exportador de petróleo. 'La devaluación acaba con la meta inflacionaria del 10% para este año (...). Vamos a tener estancamiento económico e inflación', opinó el analista Teodoro Petkoff, director del diario vespertino opositor Tal Cual, ministro de Planificación del anterior Gobierno, presidido por el democristiano Rafael Caldera.

Prioridades económicas

De momento primaron las prioridades económicas y el grueso de los expertos internacionales secundaron al Ejecutivo, que había contado con ellos en la redacción de un programa cuyo principal objetivo es reducir el déficit fiscal. Standard & Poor's aplaudió la flotación y el recorte de gastos, aunque dudando sobre su aprobación en la Asamblea Nacional, controlada por el oficialismo por sólo seis escaños. El Commerzbank mejoró la posición de Venezuela en su cartera modelo de deuda, y el JP Morgan Chase, la medición de riesgo país. Los bonos de deuda se recuperaron en un 7,8%. Las exportaciones colombianas, uno de los principales socios comerciales de Venezuela, sufrirán las consecuencias de la flotación del bolívar, cuya sobrevaluación había sido calculada por algunas consultoras en torno al 30%.

Varios vecinos de Caracas aguardan a la apertura de una oficina de cambio.
Varios vecinos de Caracas aguardan a la apertura de una oficina de cambio.ASSOCIATED PRESS

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