Nace un niño en EE UU seleccionado para evitar una predisposición genética al cáncer
Los científicos eligieron dos embriones sin la mutación y los implantaron en la madre
Todo el proceso fue controlado en el Reproductive Genetics Institute de Chicago, uno de los pioneros en la llamada preimplantación de diagnosis genética (PGD), que hasta ahora se venía empleando para detectar defectos o anormalidades que ya están presentes al nacer o se manifiestan en las primeras fases de la vida. Este mismo instituto intervino el año pasado en el nacimiento de un niño seleccionado por la idoneidad de su médula para proporcionar a su hermana células con las que atajar una enfermedad mortal.
La implantación de células del cordón del niño salvó a la niña. En el caso del que ayer informaba el Chicago Tribune, Yury Verlinsky, director del instituto, ha aplicado la técnica tras detectar un gen defectuoso que puede no proteger en el futuro contra el desencadenamiento de la enfermedad.
Gen P53 El hombre de la pareja progenitora, cuya identidad se mantiene en secreto, padece el síndrome Li-Fraumeni, que predispone a distintos tipo de cáncer debido a una mutación en el gen P53, una especie de escudo contra los tumores. Empleando técnicas de fertilización in vitro, Verlinsky y su equipo obtuvieron 18 embriones a los que se sometió a análisis genéticos. Siete de los embriones portaban genes P53 normales. Dos fueron implantados en la madre y uno se desarrolló para producir una criatura sin la predisposición a sufrir cáncer que genera el síndrome Li-Fraumeni.
'Las familias que saben que están sometidas a la amenaza de una enfermedad que puede desencadenarse en un futuro indeterminado pueden ahora tener niños sin tenerse que preocupar por los resultados que puedan dar análisis prenatales', comentó Verlinsky en conferencia de prensa.
En su comparecencia, Verlinsky planteó un aspecto ético. Dijo que mediante técnicas como la amniocentesis se puede saber si un feto tiene potencial de desarrollar en el futuro determinadas enfermedades, pero que él no practicaría un aborto basándose sólo en la predisposición genética. 'En cambio no tendría dudas para seleccionar en sus primeros estadios e implantar un embrión que está limpio de genes que predisponen a la enfermedad', señaló.
Verlinsky estaba acompañado por Robert Edwards, uno de los creadores en 1978 de la niña probeta Louise Joy Brown, quien vaticinó que los casos de implantación de embriones genéticamente preseleccionados van a dispararse en los años venideros. Edwards subrayó que hay muchos obstáculos que vencer, desde tecnológicos a económicos y que aunque tales técnicas se aplican en una treintena de centros de todo el mundo, 'los problemas éticos en diversos países parecen abrumadores'. Arthur Caplan, director del departamento de bioética de la universidad de Pensilvania, cree que sólo las familias con elevado poder adquisitivo y con antecedentes se interesarán por este tipo de intervenciones. En declaraciones al rotativo de Chicago, Caplan valoró las posibilidades que ofrece la PGD al tiempo que hizo notar que 'no hay baremos para este tipo de pruebas, así que no sabemos la tasa de error que sería tolerable'.
Futuro incierto Caplan plantea también la cuestión de la potencialidad de las dolencias a largo plazo: '¿Tiene sentido hacer selección de embriones por enfermedades que se pueden producir dentro de 40 o 50 años? Puede que para entonces ya tengan cura'.
En Estados Unidos no hay barreras legales contra la manipulación genética, excepción hecha de la prohibición de emplear fondos federales en investigaciones que acaban con la destrucción de embriones. La reglamentación sobre el funcionamiento la realizan las clínicas y los especialistas que aplican estas técnicas conforme van profundizando en ellas. 'Se plantea la cuestión de dónde establecer los límites entre erradicar una enfermedad y cuestiones de gusto personal como la altura, el color de los ojos o el sexo del niño', señaló Laurie Rosenow, abogada del Chicago-Kent College of Law. 'No hay nada que impida a alguien emplear esta técnica para seleccionar conforme a su deseo2, concluyó.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.