La OCU alerta del peligro de salchichas y hamburguesas sin etiqueta
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) habló ayer de 'la tranquilidad posible' ante el problema de las vacas locas, pero dio una nueva vuelta de tuerca sobre la congoja ciudadana al advertir del riesgo que supone comer salchichas frescas, hamburguesas industriales, platos precocinados u otros derivados cárnicos en cuyo etiquitado no se especifiquen los ingredientes. Las pastillas de caldo de carne concentrado también son sospechosas (los organismos científicos lo niegan), así como los embutidos sin curar (si son sólo de cerdo, no hay problema), los productos elaborados en carnicerías y las salchichas frankfurt (en Europa estuvo permitido el uso de sesos hasta octubre de 2000).
Otra agrupación de consumidores, la FACUA (Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de Andalucía), planteó, además, esta pregunta inquietante a los ministros de Agricultura y Sanidad y Consumo, pero de interés general extraordinario: si es seguro consumir alimentos elaborados a partir de vacuno sacrificado antes del pasado mes de octubre, fecha de la prohición de los materiales específicos de riesgo.
La OCU reclamó un auténtico estado de excepción alimentario porque, dice, 'el problema ha superado ya la capacidad de actuación de los ministerios y de las consejerías competentes en las comunidades autónomas'. Como el problema es ya de 'ámbito nacional' y 'muy grave', el presidente de esa organización, José María Múgica, sugirió que la Administración central asuma las competencias de las 17 autonomías, 'para evitar comportamientos discrepantes en según qué lugar', y exigió al presidente del Gobierno, José María Aznar, que se haga cargo de la responsabilidad de la crisis porque se trata de 'una cuestión de Estado'.
'La codicia de un sector'
Según la OCU, la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) es una enfermedad 'que nace como consecuencia de la codicia de un sector, en un país concreto, por producir más y más rápido, la ausencia de control y la prevalencia de los intereses de fabricantes y algunos ganaderos sobre la seguridad alimentaria de los consumidores'.
La OCU ha elaborado un documento en el que contesta a medio centenar de preguntas. 'Se ha procurado que las respuestas sean concretas, siempre a la luz de los últimos datos científicos seguros', dice. El documento está en la página web de esta organización: www.ocu.org. Según esas respuestas, existen 'riesgos limitados -que se hacen mínimos en animales jóvenes- en el consumo de hígado, caldos de huesos y cortes de carne con hueso, como el chuletón y el ossobucco. Y aunque ya no se encuentren en el mercado, porque se eliminan en los mataderos, debe evitarse comer sesos, médula espinal y ojos. Por el contrario, no supone el menor riesgo la carne de músculo, sea en forma de filete o picada, siempre que el consumidor vea qué trozos se emplean o confíe en el carnicero.
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