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Discrepancias éticas sobre el caso de Adam Nash

Médicos, científicos y expertos en bioética discrepaban ayer sobre el caso de Adam Nash, el pequeño norteamericano que fue seleccionado, como embrión, para ser un donante óptimo de las células que pudieran salvar a su hermana Molly, condenada a muerte por la anemia de Fanconi.Además de estar libre de la enfermedad y de ser compatible histológicamente con Molly, Adam tiene el tipo de médula ósea óptimo para trasplantar a su hermana en caso de que la trasferencia de células de su cordón umbilical no prospere. "El campo minado del aborto es lo que tiene paralizados a los legisladores hasta el extremo de dejarles mudos ante avances de las técnicas reproductivas", dice Arthur Caplan, director del Centro de Bioética de la Universidad de Pensilvania.

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Charles Strom, del Instituto de Genética Reproductiva, donde se seleccionaron los embriones de Lisa y Jack, asegura que no ve ningún problema en "ayudar a tener un hijo para salvar la vida de otro". El Instituto trabaja en la detección de 23 enfermedades de origen genético, número que se disparará con los avances en el genoma humano.

Caplan hace notar que la selección genética de los embriones "abre la puerta a numerosas cuestiones. ¿Dónde se establece la línea de lo que son objetivos tolerables? ¿Ojos azules? ¿Un riñón? ¿Un testículo?".

Mary Mahowald, experta en ética médica de la Universidad de Chicago, subraya la ausencia de debate ético sobre un asunto inquietante y alerta sobre el futuro inmediato: "Un método más seguro de tener el producto exacto lo va a proporcionar una técnica que parece que va a llegar pronto: la clonación humana".

En el Reino Unido, los médicos y expertos en ética criticaron ayer la decisión de la familia Nash por considerar que un ser humano no puede convertirse "en una especie de medicamento, aunque sea para salvar a su hermana". El test de preimplantación ha sido aplicado unas 200 veces en el Reino Unido para casos de hemofilia, espina bífida o cualquier otra enfermedad genética presente en las parejas que deseen tener hijos. "Hecho así no hay problemas. Lo que no podríamos tolerar es que un bebé fuera creado para someterle luego a tratamientos dolorosos en beneficio de otra persona", señaló ayer Vivienne Nathanson, jefa de ética de la Asociación Médica Británica.

La única frase de apoyo incondicional para Adam Nash la tuvo David Westmoreland, cuyo hijo Craig murió hace dos años aquejado de la misma anemia de Fanconi. Después de recordar la agonía sufrida por el pequeño, de siete años cuando murió, su padre aseguró que la selección de un hermano sano y apto como donante "ofrecía por fin a las familias esperanza".

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