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La industria del cine fuerza a la Generalitat a renunciar a las cuotas de doblaje al catalán El Ejecutivo de Jordi Pujol deroga el decreto que obliga a exhibir filmes en lengua autóctona

Las grandes distribuidoras de cine norteamericanas han ganado el pulso a la Generalitat. Tras casi dos años de desencuentros sobre la aplicación del decreto que establece cuotas de doblaje al catalán, ambas partes anunciaron ayer un acuerdo. En el comunicado que lo hizo público se afirma que el Gobierno de Jordi Pujol derogará dicha norma. A cambio, las empresas sólo realizan una declaración de intenciones imprecisa de iniciar el doblaje al catalán. La nota conjunta, de carácter genérico, obvia cualquier compromiso concreto de la industria de lanzar versiones en lengua autóctona.

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El Departamento de Cultura de la Generalitat, que dirige el consejero Jordi Vilajoana, y la Federación de Distribuidores Cinematográficos (Fedicine) difundieron ayer una declaración conjunta, en catalán y en castellano, sobre el acuerdo alcanzado entre ambas partes. Su contenido hace tabla rasa de lo previsto en el decreto, aprobado por el Ejecutivo de Jordi Pujol en septiembre de 1998, que obligaba a doblar al catalán la mitad de las copias de las películas más taquilleras -con más de 16 copias-; es decir, principalmente las procedentes de Hollywood. En caso de incumplimiento, la misma normativa preveía sanciones. Este decreto soliviantó rápidamente a la industria cinematográfica estadounidense, nada acostumbrada a aceptar leyes que limiten el libre mercado.Tanto Fedicine como los exhibidores que actúan en Cataluña recurrieron en seguida ante los tribunales contra el decreto, que fue desactivado el año pasado por el Tribunal Superior de Justicia al suspender cautelarmente su capacidad sancionadora. A todo esto, la Generalitat, ante la oposición de la industria cinematográfica a la norma y la tajante decisión judicial, aplazó su aplicación por dos veces. En la última ocasión situó su efectividad en el próximo 1 de junio.

De acuerdo con el comunicado hecho público ayer por la Generalitat y Fedicine, después de más de un año de conversaciones -incluidos viajes del anterior consejero de Cultura, Joan Maria Pujals, a la meca del cine-, las compañías "han decidido libremente iniciar el doblaje al catalán de películas determinadas", sin que aparezcan en el texto más especificaciones. Significativamente, en la nota no figura en ningún momento el término compromiso ni cualquiera de sus sinónimos. Únicamente se alude a la "determinación de actuar de buena fe" por las dos partes.

Las empresas de distribución cinematográfica, continúa la nota, seleccionarán los filmes susceptibles de tener versión catalana "de acuerdo con criterios comerciales", que se aplicarán principalmente a las producciones infantiles y, en segundo lugar, a otras que "puedan ser de interés especial en el mercado catalán". Por último, las empresas afirman en la citada declaración que distribuirán la versión doblada "con un número de copias significativo". Sin concretar.

Por su parte, el consejero de Cultura asegura que, a la vista de esta declaración de intenciones de las distribuidoras, propondrá al Ejecutivo autónomo la derogación del decreto, y su departamento mantendrá las subvenciones que la Generalitat viene otorgando al doblaje y la subtitulación en catalán desde el año 1989, que pueden alcanzar hasta el 100% del coste de las versiones. La única obligación que se exige a las empresas para recibir estas ayudas es distribuir al menos ocho copias del filme en catalán. En los últimos cuatro años el Gobierno autónomo ha invertido 143 millones de pesetas en subvencionar 21 versiones al catalán. El año pasado, nueve producciones -cinco de las cuales distribuidas por la empresa catalana Lauren Films- se acogieron a la ayudas. Algunos de estos títulos son: La vida és bella, Agnes Brown, Música del cor, The faculty y Segrestant la senyoreta Tingle. Aparte del filme de Roberto Benigni, sólo Tarzan, entre las más taquilleras, fue doblada a la lengua autóctona.

Fracaso

El secretario general de Convergència Democràtica (CDC), Pere Esteve, reconoció ayer el fracaso del Gobierno catalán en las negociaciones con la industria del cine. "No nos han salido las cosas como hubiéramos querido ni hemos conseguido lo que habíamos planteado", admitió. Esteve, no obstante, defendió la decisión tomada en su día por el Ejecutivo autónomo de aprobar el decreto de doblaje, a la vista de la escasa presencia del catalán en los cines de Cataluña. En su opinión, había que intentar modificar la actual situación, que calificó de "incorrecta".

"Tengo que admitir que no nos han salido las cosas como queríamos porque si se publica un decreto es para que sea operativo", afirmó Esteve, quien añadió que los dos aplazamientos del decreto y el anuncio de su derogación "significan que no hemos conseguido que las cosas fueran por donde queríamos, y hemos tenido que ir por otra vía". Respecto a la posibilidad de que el relevo al frente del Departamento de Cultura haya contribuido a este desenlace, el dirigente nacionalista manifestó: "No marcaré diferencias entre los dos consejeros, porque lo ocurrido es la continuidad de un trabajo que ha dado este resultado".

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