Los científicos de EEUU se muestran contrarios a las técnicas de 'mejora' genética en humanos
La tecnología para cambiar en las personas la herencia a través de modificaciones genéticas que se transmitan a los descendientes no está todavía disponible, pero llegará muy pronto, creen los especialistas que revisaron ayer este tema en la reunión de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS). Sin embargo, estos especialistas, que han estudiado el caso durante dos años por encargo de la AAAS, piensan que se debe seguir investigando, pero no ven por ahora la justificación médica para estas técnicas. Los especialistas consideran que, si se abre la mano con la modificación génetica, llegarán inmediatamente los intentos de mejorar personas.Si una persona tiene un gen defectuoso conocido que puede causar una grave enfermedad en sus descendientes, puede ahora saberlo y no tener hijos o intentar tener sólo los que sean sanos. En el futuro podría plantearse corregir sus genes para que sus hijos y sus descendientes no sufrieran esta enfermedad. Ésta es una de las posibles justificaciones para una modificación de la herencia, pero el tema es muy discutido y presenta no sólo problemas técnicos, sino también dilemas éticos.
La terapia génica sin modificar la herencia, que podría considerarse el paso previo, no ha dado los resultados previstos hace 10 años y los últimos escándalos en Estados Unidos han subrayado este hecho. Asimismo, el comité encargado de regular los experimentos con ADN en los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) viene rechazando por ahora los experimentos de transferencia génica que afecten a la herencia, pero no se trata de una prohibición para siempre. Lo que sucede es que si se puede utilizar la genética como método diagnóstico para erradicar las taras hereditarias (aunque sacrificando muchas veces los enfermos o portadores su derecho a tener descendientes) no está clara la utilidad de modificar la herencia.
Michael Blaese, pionero de la terapia génica, es uno de los que no ven justificación médica para estas modificaciones. ¿A quién pedimos el consentimiento?". Para Blaese, como para otros especialistas, las fuerzas del mercado en este campo les resultan peligrosas. "¿Quién va a definir lo que es enfermedad y lo que es mejora cosmética o de las facultades básicas como la inteligencia o la capacidad atlética?", se preguntó este experto. Entre los "defectos genéticos" no peligrosos para la vida que se podrían erradicar citó la calvicie masculina, aunque también el enanismo.
Panorama confuso
En cuanto a las técnicas disponibles, los científicos se encuentran con un panorama confuso en el que la modificación genética, directa o indirecta, de óvulos y espermatozoides puede empezar a ser posible, pero ya no es la única opción. Se han abierto otras posiblidades, como la clonación tras modificación genética del núcleo de una célula (el siguiente paso a la ya célebre oveja Dolly, que es clónica pero no transgénica), el aislamiento de células madre que se pueden modificar y luego inyectar en embriones, la posibilidad de modificar el embrión in vitro antes de su implantación en el útero, tecnologías por ahora muy ineficientes y no probadas en humanos, pero que pueden perfeccionarse en el futuro.La conclusión de los especialistas reunidos por la AAAS es que el enfoque actual de insertar genes adicionales para sustituir la función de genes defectuosos no es válido para la modificación de la herencia porque el resultado es incontrolable. La única técnica aceptable sería alguna de reparación genética, que sustituye directamente la secuencia genética errónea por la correcta, algo que no está todavía disponible para su aplicación en humanos pero que puede estarlo pronto.
Además, cualquier técnica a utlilizar tendría que demostrar una altísima seguridad y eficacia, porque no sería aceptable, según los especialistas, la creación de embriones defectuosos que habría que eliminar, como sucede actualmente en la creación de ratones transgénicos. En general, los consultados subrayaron el rechazo a la utilización de estas técnicas para la "mejora" genética y el miedo a que sólo resulten accesibles, como actualmente sucede con las relativas a la reproducción, para los ricos y constituyan una fuente más de desigualdad.
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