El sector exige mayor control de los datos de Grecia e Italia

Los olivareros españoles se han dirigido a las administraciones española y comunitaria en demanda de un mayor control sobre las cifras de producción de aceite en Grecia y Italia. El objetivo es que las ayudas se ajusten a las producciones reales de cada país. Los agricultores temen que, al igual que sucedió a la hora de negociar la Organización Común de Mercado (OCM), dentro de un año, cuando se discuta la reforma de la normativa actual, Bruselas siga alegando falta de datos fiables sobre el sector olivarero y se consolide el actual reparto de cuotas a cada Estado miembro, claramente perjudicial para España. En los últimos meses, la Comisión procedió a un ajuste de los balances sobre el sector del aceite de oliva en la UE. Ese ajuste supuso rebajar las existencias de Italia, el pasado 1 de noviembre, de una cifra inicial de 309.000 toneladas a sólo 156.000. En el caso de Grecia ese ajuste supuso pasar de 249.000 a 85.000 toneladas, mientras en España se rebajó sólo de 307.000 a 286.000 toneladas. No se entiende que Bruselas pueda rebajar a la mitad las cifras sobre existencias y mantener las de producción, dando por hecho un aumento espectacular de la demanda.

Para las organizaciones agrarias españolas es injustificable que se corrigieran a la mitad los almacenamientos de aceite de oliva en esos países y que, sin embargo, en las últimas fechas, a la hora de hacer balance y pagar las ayudas a la producción correspondientes a la campaña anterior, tanto Italia como Grecia hayan mantenido las cifras iniciales.

En la última campaña, la Comisión Europea estableció la ayuda al aceite en solamente 131,7 pesetas por kilo, al superarse la cuota comunitaria inicialmente establecida en 1.350.000 toneladas, un 43,6%,frente a una ayuda global teórica de 240 pesetas por kilo.

En la presente campaña, con cuotas nacionales como mecanismo, España sufrirá una penalización del 9%, y recibirá unas 200 pesetas por kilo, mientras que en Italia sobrará cuota y recibirá una compensación de 220 pesetas por kilo.