1.000 millones de personas no se benefician de los avances del siglo

Más de 1.000 millones de personas, de los 6.000 que integran la población mundial, no se han beneficiado de las mejoras sanitarias logradas en el siglo XX, en el que la esperanza de vida se situó en los 70 años en los países más ricos y en apenas en los 50 en la mayor parte de los subdesarrollados o en vías de desarrollo, como es el caso de África.Según el informe anual de la OMS dado a conocer ayer, en la década de los 90 el mundo ha dedicado el 9% del producto interior bruto a la salud. Sin embargo, las diferencias entre países son enormes, ya que mientras en EE UU ese porcentaje ha sido del 14%, en Camerún, Indonesia, Nigeria o Sri Lanka, por ejemplo, sólo alcanza el 2%.

Además, sólo el 10% de la población mundial se beneficia del 90% de los 60.000 millones de dólares (unos 9 billones de pesetas) que gastan cada año en investigación sanitaria los sectores públicos y privados sirve para resolver los problemas de salud.

En los primeros decenios del siglo XXI, según la OMS, el mundo tendrá que afrontar el aumento de las enfermedades no contagiosas (cardiopatías o depresiones, por ejemplo) y traumatismos, y desarrollar programas de lucha contra las enfermedades infecciosas o la malnutrición, cuyas víctimas son los países más pobres. La carga de las enfermedades no contagiosas en la morbilidad aumentará de un 55% en 1990 a un 73% en el 2020, por lo que habrá que readaptar los sistemas de salud para hacer frente a la reordenación epidemiológica mundial.

Depresiones graves

Durante los próximos decenios, los principales problemas de salud relacionados con las enfermedades no transmisibles serán la depresión grave, las cardiopatías isquémicas, el cáncer de pulmón, los traumatismos y el alcoholismo.El informe destaca como primordial la lucha contra el paludismo y la tuberculosis, la salud de la madre y el niño y ampliar la cobertura de los programas de inmunización. Otras prioridades son la lucha contra el aumento de la resistencia a los antimicrobianos, así como la erradicación de la poliomielitis y el fomento de modos de vida sanos.

La OMS destaca la necesidad de "invertir en la ampliación de los conocimientos que han hecho posible la revolución sanitaria del siglo XX y que facilitará los instrumentos para avanzar en el XXI".