El sida es ya la primera causa de muerte en África y la cuarta en el resto del mundo

El sida es ya la primera causa de muerte en África y la cuarta del mundo, según el informe anual presentado ayer en Ginebra por la Organización Mundial de la Salud. En el continente africano, el 19% de los fallecimientos es consecuencia del virus, mientras que en el resto del mundo provoca el 4,2% de las muertes. El informe señala que el pasado año 2,2 millones de personas murieron por el sida en el mundo. De ellas, 1,8 millones vivían en África, 298.000 en la región del Sureste asiático, 99.000 en América, 26.000 en el Pacífico occidental y 16.000 tanto en Europa como en Oriente Medio.

El virus del VIH "está con nosotros desde hace tan sólo 20 años y ya mata a más gente que cualquier otra enfermedad infecciosa", afirmó en un comunicado Peter Piot, director ejecutivo del Programa de la ONU para el Sida (ONUSIDA). El sida tiene un efecto devastador no sólo en las tasas de mortalidad, sino también en las de muerte prematura y en las de minusvalías en los países en vías de desarrollo. Piot considera que el VIH es "inusualmente catastrófico", porque afecta principalmente a adultos jóvenes, es decir, al segmento de población más productivo y necesario de los países pobres."Incluso si venciéramos al virus hoy mismo, el peso del sida continuará sintiéndose gravemente, ya que millones de personas viven ahora con la infección", añadió. "Es el microorganismo patógeno más terrible contra el que jamás se haya enfrentado la medicina moderna. Y esto es sólo la punta del iceberg".

Según el informe de la OMS, las únicas causas de fallecimiento que superan al SIDA en el mundo son las cardiopatías isquémicas (responsables del 13,7% de las muertes), las enfermedades cerebrovasculares (9,5%) y las infecciones agudas de las vías respiratorias inferiores (6,4%).

Sin embargo, el VIH es sólo la octava causa de muerte en el sureste asiático, la decimotercera en América, la vigesimoséptima en el Mediterráneo y la 42ª en Europa y el Pacífico occidental. En todas las regiones, la principal causa de muerte son las cardiopatías isquémicas, excepto en África y en el Pacífico occidental, donde son las enfermedades cerebrovasculares.

Bernhard Schwartlaender, epidemiólogo de ONUSIDA, considera, en un informe publicado por la revista alemana Focus, que el sida está en estos momentos "fuera de control" en el África austral. Una cuarta parte de la población de Botsuana, Namibia o Suazilandia está infectada. En estos países, el sida es, según Schwartlaender, un "gran matador" que destroza el tejido social. Un ejemplo: un mes de tratamiento o el entierro de un familiar víctima del sida supone para una familia del distrito rural de Rakai, en Uganda, una tercera parte de sus ingresos anuales. Además, la enfermedad se ceba en los individuos en el periodo más productivo de su vida.

En el mundo desarrollado el sida se ha convertido en un mal crónico, gracias a los nueves tratamientos, pero en el África subsahariana la epidemia se extiende de forma imparable. Según datos de ONUSIDA de 1998, de cada 10 infectados en el mundo, 7 vivían en África. La proporción es de 9 sobre 10 en el caso de los menores de 15 años. En total, el 83% de los muertos en todo el mundo se ha producido en dicho continente.

ONUSIDA estima que el sida ha infectado ya a 34 millones de personas en el África subsahariana. De ellos, 11,5 millones han muerto. Una cuarta parte eran niños. La enfermedad, asimismo, muestra una progresiva feminización. Más de la mitad de los nuevos infectados son mujeres. En los países en los que los jóvenes constituyen más del 60% de los infectados, el número de chicas enfermas duplica al de los chicos.

Pero el sida es un problema entre muchos. A las guerras que padecen varias naciones se ha unido en las últimas semanas un enemigo terrible: las epidemias. Así, la fiebre hemorrágica o mal de Marburg, similar al que provoca el virus Ébola, se extiende por la República Democrática del Congo (75 muertos); la polio, por Angola (50 niños fallecidos); la meningitis, por Sudán (750 víctimas); el cólera, por Somalia (240 muertos), y la peste bubónica, por Namibia (tres muertos).