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La OMS declara la guerra al tabaco para evitar 140 millones de muertes hasta el 2050

Pide la prohibición mundial de la publicidad de los cigarrillos y fuertes subidas de impuestos

De los 6.000 millones de personas actualmente vivas en el mundo, 500 millones morirán a causa del hábito de fumar si persisten las actuales pautas de consumo. Con ese dato en la mano, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elevado la lucha contra el tabaco a la categoría de prioridad absoluta y, en los 121 folios de su informe mundial de 1999, presentado ayer en Ginebra, se propone reducir a la mitad el consumo global de cigarrillos con el objeto de evitar 140 millones de muertes de aquí al año 2050.

La OMS recomienda medidas drásticas como la prohibición en tod6 el mundo de la publicidad del tabaco, fuertes y continuas subidas de impuestos para encarecer los cigarrillos y apoyo público en todos los países a los parches de nicotina y otros tratamientos sustitutorios que ayudan a dejar de fumar.

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La agencia sanitaria de las Naciones Unidas ha presentado su informe anual en vísperas de la asamblea que reunirá en Ginebra, a partir del 17 de mayo, a los ministros de Sanidad de los 191 países miembros de la ONU. La organización se empleará a fondo para iniciar allí las negociaciones que conduzcan a un "convenio marco para el control del tabaco" que pueda ser adoptado por los países miembros en el año 2003.

Según las proyecciones del estudio, el tabaco causará 146 millones de muertes prematuras de aquí al 2024, y otros 300 millones entre el 2025 y el 2049. Si parte de los adultos abandonaran su hábito, de modo que el consumo global de cigarrillos cayera a la mitad del actual, se podrían evitar 140 millones de esas muertes. Ese es el objetivo de la OMS.

Veinte años de vida

Un aspecto particularmente penoso de la mortalidad debida al tabaco es que la mitad de los fallecimientos que causa sobrevienen cuando el individuo se halla aún en una edad plenamente productiva. En promedio, según la OMS, la víctima del tabaco pierde 20 o 25 años de vida respecto a su esperanza estadística.

La directora general de la OMS, la noruega Gro Harlem Brundtband, está embarcada en una guerra sin cuartel contra el hábito de fumar desde julio del año pasado, cuando formuló una iniciativa bajo el lema Liberarse del tabaco que pretendía coordinar las estrategias de los países para reducir su consumo en todo el mundo.

En el informe de ayer, Brundtland dirige su artillería contra la industria tabacalera, a la que considera principal responsable de la extensión del consumo. "La industria", señala la directora general de la OMS, se ha esforzado siempre por ocultar las informaciones que muestran los efectos nocivos del tabaco sobre la Salud, y utiliza el atractivo de su enorme presupuesto publicitario impedir que las revistas de gran tirada publiquen artículos sobre los daños que provoca el tabaco". Brundtland recuerda que, desde 1950, no menos de 70.000 artículos científicos han despejado toda sombra de duda sobre la relación entre el consumo prolongado de tabaco y la mortalidad prematura.

45 billones de pesetas

La industria, sin embargo, va viento en popa, y sus ventas en todo el mundo alcanzan la astronómica cantidad de 300.000 millones de dólares anuales (45 billones de pesetas, del orden de la mitad del producto interior bruto español). Los beneficios se cifran en 20.000 millones de dólares (3 billones de pesetas). La tendencia es al alza: este año se consumirán en el mundo seis billones de cigarrillos, el doble que en 1970.

La mayor parte de las víctimas del tabaco son ahora hombres que habitan en países desarrollados y en China, pero, en los próximos años, las mujeres acelerarán su incorporación a las fúnebres estadísticas, y el problema se irá transfiriendo cada vez más al Tercer Mundo.

De hecho, hace tiempo que esas tendencias empezaron a revelarse con gran claridad. El hábito de fumar está cayendo en los países ricos, donde el consumo ha pasado de 2.860 cigarrillos por adulto y año (1971) a 2.590 cigarrillos por adulto año (1991). Pero esos mismos indicadores han aumentado de 860 a 1.410 en los países con rentas bajas o medias. China se lleva la palma, con un aumento de 730 a 1.90Q en el mismo periodo.

Según la OMS, las empresas tabacaleras se han dedicado a fondo a captar nuevos mercados en los países en vías de desarrollo, una estrategia favorecida por la progresiva mundialización del comercio. En muchos de estos países, las tabacaleras endulzan su imagen prestando apoyo financiero a una variedad de servicios sociales.

En los países con rentas per cápita de tipo medio, es frecuente que las empresas del tabaco figuren entre los diez primeros puestos por el presupuesto que dedican a publicidad.

A medio plazo, el objetivo de Brundtland es que los cigarrillos se sometan a una regulación similar a la de un medicamento. Según declaró en abril, "un cigarrillo es un producto manufacturado hábilmente para liberar exactamente la dosis de nicotina necesario sana para mantener al usuario adicto el mayor tiempo posible antes de matarlo".

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