_
_
_
_

La cumbre sobre el clima aplaza otros dos años la discusión sobre reducción de gases

Las medidas de recorte de emisiones contaminantes se volverán a negociar en el 2000

Las decisiones clave sobre la puesta en marcha de los mecanismos del Protocolo de Kioto, que establece las reducciones obligatorias de gases de efecto invernadero que refuerzan el cambio climático, no llegarán hasta el año 2000, como mínimo. Los delegados de más de 160 países reunidos en la cumbre del clima de Buenos Aires discutieron ayer, hasta el último momento con escasas perspectivas de alcanzar compromisos políticos para poner en marcha las medidas necesarias para actuar eficazmente -y con obligado cumplimiento- en este problema.

ENVIADA ESPECIAL

Más información
La industria de EE UU y el tráfico de emisiones
De firmas y dineros

La IV Conferencia de las Partes de la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que oficialmente acababa ayer tras once días de trabajo, apuntaba, al cierre de esta edición, hacia una prórroga de al menos medio día más para obtener alguna conclusión.La agenda climática de cara a futuro situaría las fechas límite para tener todo a punto hacia el 2000. Pero ayer ni siquiera se sabía en Buenos Aires qué país alojaría la siguiente cita de la Conferencia de las Partes, dado que dos propuestas, una de Marruecos y otra de Jordania, no habían prosperado. Este punto era el primero a tratar en la sesión plenaria que debió comenzar a las tres de la tarde, hora local, y que fue aplazada, en principio, hasta las 21.00.

Las negociaciones dentro de los grupos y entre ellos (Unión Europea, EE UU y el grupo G-77 más China -que incluye a más de un centenar de países en vías de desarrollo- son los principales actores) continuaban su ritmo frenético en sesiones cerradas.

Optimismo europeo

"Los europeos somos unos optimistas natos así que estamos seguros de que al final habrá algún resultado, no sé cuál, pero creo que aprobaremos algún plan de acción, alguna agenda, porque nadie quiere irse a casa con las manos vacías", declaró Peter Jorgersen, portavoz de la UE.Pero ni siquiera la palabra "mandato", que conferiría a los resultados de Buenos Aires una cierta fuerza en el cumplimiento futuro de las decisiones, gozaba de mucho apoyo en las apuestas en el centro de exposiciones donde se ha celebrado la reunión, pese a que la delegación argentina aireaba el término en los últimos días intentando obtener algún resultado lucido.

"Greenpeace está profundamente disgustada con la marcha de las cosas aquí. El resultado más concreto que pueden alcanzar los ministros es acordar un plan de trabajo para el futuro. Han fracasado. No se ha alcanzado ni siquiera un acuerdo más básico", dijo ayer un portavoz de esta organización ecologista mientras las conversaciones de los delegados se prolongaban horas y horas sin resultado alguno.

La pretensión de EEUU de incluir en un borrador final de comunicado los llamados compromisos voluntarios, por los que los países en desarrollo asumirían obligaciones de control de emisiones de las que ahora están excluidos (China y los países productores de petróleo se oponen decididamente), enturbió más aún el de por sí poco fructífero ambiente de trabajo.

Tímidos avances

Pese a que casi todo lo difícil estaba pendiente, algunos acuerdos se habían adoptado ya en la conferencia antes de la sesión plenaria final. Por ejemplo, se aprobó el acceso abierto de las organizaciones no gubernamentales en las reuniones de las grupos de contacto de las conferencias, donde se cuecen muchos procesos de decisión.También se había aprobado el reforzamiento de la red global de observación y medición de parámetros climáticos, sobre todo las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera que son especialmente deficientes en el hemisferio sur.

La puesta en marcha de una plataforma de trabajo que intente compaginar las implicaciones de los protocolos de Montreal (que se ocupa de los gases que destruyen la capa de ozono) y de Kioto (que establece la reducción de los gases de efecto invernadero), también había superado ya el consenso de los delegados.

Con estos tímidos avances se afanaban los delegados anoche para al menos salvar la cara con una agenda que estipule cuándo han de estar definidos los llamados mecanismos de Kioto, o mecanismos de flexibilidad, como prefieren otros. Se trata del comercio de cupos de emisiones entre países desarrollados y las iniciativas conjuntas, así como el llamado mecanismo de desarrollo limpio que debe canalizar la transferencia de tecnología a los países en desarrollo.

Frente la postura de EEUU que pretende una liberalización total de estos mecanismos, la UE defiende el establecimiento de algún límite a su utilización para garantizar que los países hagan esfuerzos de reducción de emisiones en sus territorios. La forma de reglamenar y contabilizar en el saldo del esfuerzo de reducción de emisiones de cada país y los efectos de estos mecanismos han atascado las negociaciones casi desde el principio de la cumbre.

Acerca del mecanismos de desarrollo limpio, en el que los países en vías de desarrollo están muy interesados puesto que es a través de él cómo pueden recibir más fácilmente ayuda, se había manejado la posibilidad de iniciar una fase piloto o de "premecanismo" que se pusiera en marcha ya. El grupo G-77 más China había defendido la prioridad de este mecanismo con una fecha (1 de enero del 2000) de inicio de aplicación. La UE barajaba también esta posibilidad.

A ultima hora de la tarde de ayer en Argentina, más de 5.000 personas entre delegados, observadores y periodistas se resignaban a pasar una larga noche de trabajo en el Centro de Exposiciones de Buenos Aires.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_