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Justicia al fin

Cuando visitan el Reino Unido se suele saludar a los tiranos estrechándoles la mano, no colocándoles esposas. Por esto, la detención de Pinochet en Londres alegrará a muchos que han esperado durante décadas que este país cambie. La detención e inicio de procedimientos judiciales contra un bellaco es importante más allá del acontecimiento en sí mismo, por muy señalado que éste sea. Robin Cook ha demostrado que la "dimensión ética" de su política exterior tiene auténtico aliento. Pocos sé hubieran sorprendido si el Gobierno le hubiera permitido escurrirse a través de un aeropuerto privado, como sin duda hubieran hecho los conservadores. (...) Los laboristas han mostrado que su apoyo a un tribunal penal internacional para los criminales de guerra no es pura hipocresía. Los amigos británicos de Pinochet, mucho más numerosos de lo que deberían ser, probablemente estén consternados. Del mismo modo en que el estalinismo contaminó a la izquierda en los años treinta, la complacencia con el Chile neofascista y la Suráfrica del apartheid salpicó a los thatcheristas de los ochenta. (...) En 1994, cuando Pinochet visitó el Reino Unido bajo un Gobierno conservador, fue saludado con honores. (...) El hecho de que el amplio club de admiradores de Pinochet entre la clase dirigente no pueda salvarle de la justicia ofrece una posibilidad de que en el futuro los tiranos no sigan durmiendo a pierna suelta: una magnífica forma de celebrar el 50° aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos.

18 de octubre

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