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La izquierda cree que la ley de parejas de hecho catalana castiga a los heterosexuales

La equiparación laboral con los matrimonios sólo se aplicará a los funcionarios

La Ley de Uniones Estables de Pareja, nueva legislación catalana que será la primera de España y una de las pocas de Europa en regular los derechos y deberes de las parejas de hecho, tanto heterosexuales como homosexuales, ha sido bien recibida entre las parejas de hecho. Sin embargo, opinan que la norma se ha quedado tímida al no aprobar las posibilidades de adopción y de contraer matrimonio. Las parejas heterosexuales tendrán más dificultades en materia de herencias que las homosexuales, lo que la izquierda catalana ha considerado como un castigo.

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Proteger al más débil

En el hogar barcelonés de Gemma y Mari Angels, el teléfono no ha parado de sonar estos días. "Conocemos a muchas parejas homosexuales de fuera de Cataluña y nos llaman para felicitarnos, con un cierto sentimiento de envidia. Y con toda la razón, porque a partir de ahora estarán discriminados respecto a las parejas de hecho catalanas". Gemma Sánchez, de 32 años, y Mari Angels Ruiz, de 41, tendrán reconocidos muchos de los derechos de los que goza un matrimonio gracias a la ley aprobada esta semana en el Parlament y que entrará en vigor el próximo otoño.En Valencia, a unos 300 kilómetros de distancia del hogar de Gemma y Mari Angels, la pareja de hecho formada por Héctor y Beatriu se preguntan cuándo van a poder convertir su unión en una pareja "de derecho". "Cataluña es de nuevo punto de referencia para el resto de gobiernos autonómicos y el del Estado, que deberían apuntarse al mismo carro inmediatamente", aseguran. Los proyectos de ley que han entrado en el Congreso de los Diputados entreabren, para la pareja valenciana, una puerta a la esperanza. Pero por ahora, agregan, "hay poca voluntad política y demasiados tabúes que impiden abrir esta puerta de par en par".

En Cataluña, los colectivos de homosexuales, que como los del resto de España acababan de dejar atrás una semana de celebraciones con motivo del Día del Orgullo Gay-Lésbico, tuvieron el pasado martes un motivo para prolongar sus festejos.

Victoria

El éxito de la aprobación de la nueva ley lo atribuyen en gran medida a la incansable lucha que han mantenido en favor del reconocimiento legal de las uniones entre personas del mismo sexo. Han logrado una victoria, es cierto, pero todavía no han ganado la guerra. "Nuestro caballo de batalla seguirá siendo el derecho a la adopción y a contraer matrimonio", asevera la barcelonesa Mari Angels. Dos de sus hijas, de 14 y 16 años, viven en el hogar que comparte con su compañera. "A pesar de que Gemma se ocupa de las niñas y las quiere como si fuera su propia madre, legalmente no tiene ningún derecho sobre ellas", dice Mari Angels."Si un día yo muriese, podría nombrar a Gemma tutora de las niñas en el testamento, pero si quedase incapacitada sin fallecer, entonces mi compañera no tendría ninguna relación legalmente reconocida con ellas", añade. "¿Que si nos casaríamos si legalmente pudiéramos? Sin pensarlo ni un instante", contestan al unísono Gemma y Mari Angels. No podrán hacerlo con la nueva ley, pero sí adquirirá validez para acreditar su condición de pareja de hecho el acta simbólica que en su día las dos mujeres firmaron ante un notario. Las uniones heterosexuales deberán demostrar dos años de convivencia para ser reconocidas como parejas de hecho.

La imposibilidad de contraer matrimonio y de adoptar hijos sitúa a las parejas homosexuales en inferioridad de derechos respecto a las heterosexuales. Sin embargo, la nueva Ley de Uniones Estables de Pareja concede a las parejas del mismo sexo otros privilegios que no tendrán las parejas de hecho heterosexuales. Si Gemma o Mari Angels murieran sin haber hecho testamento, el patrimonio de la fallecida pasaría a manos de su compañera, mientras que en el caso de las parejas heterosexuales, el que sobrevive se sitúa, en la linea de herencia intestada, por detrás de los familiares de sangre del difunto.

Además, los homosexuales, al igual que los matrimonios y a diferencia de las parejas de hecho heterosexuales, tienen derecho a percibir siempre -tanto si existe testamento como si no- la denominada "Quarta Vidual" (característica del derecho civil catalán), es decir la cuarta parte del patrimonio del compañero o compañera que ha muerto.

Los grupos de izquierda en el Parlamento catalán han visto en estas ventajas concedidas a las uniones homosexuales un intento de castigar a las parejas de hecho formadas por personas de distinto sexo y que, pudiendo acogerse al derecho constitucional del matrimonio, optan por no hacelo".

"¿Por qué tenemos que firmar ante un cura o ante un juez un documento que acredite nuestra unión? Vivimos en pareja desde hace tres años y nos funciona. Esto es lo que vale", afirma Héctor. Beatriu asiente. Quieren seguir siendo una pareja de hecho, pese a que se saben desprotegidos ante la eventualidad de una ruptura de la unión. Una desprotección que han visto notablemente aminorada las parejas de hecho catalanas gracias a la nueva ley. Como cualquier matrimonio, tendrán derecho a pensiones compensatorias e indemnizaciones en caso de ruptura.

Buscarse la vida

En caso de fallecimiento de uno de los miembros de la pareja, el otro tendrá derecho a heredar el menaje y muebles del hogar y a permanecer un año más en la vivienda si es de propiedad o a subrogar el alquiler. Héctor y Beatriu, en cambio, deberán "buscarse la vida" si la unión se va al traste o fallece uno de los dos.En el ámbito laboral, la ley de Uniones Estables de Pareja otorga a las parejas de hecho los mismos derechos que cualquier matrimonio -excepto los 15 días de permiso por boda-, pero sólo para los funcionarios de la Generalitat. El gobierno catalán ha tenido que dejar de lado, en la elaboración de la nueva ley, aquellos aspectos sobre los cuales no tiene competencias: pensiones de viudedad, beneficios fiscales, posibilidad de realizar la declaración de la renta conjunta o de nacionalizar a la pareja si ésta no es española.

Aún con sus carencias, la nueva ley significa para sus beneficiarios un gran paso adelante en las uniones de hecho.

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