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Atapuerca, premio Príncipe de Asturias

El jurado destaca el estudio científico de los fósiles humanos del yacimiento burgalés

El equipo de científicos que está sacando a la luz y estudiando el yacimiento paleontológico y arqueológico de Atapuerca (Burgos) obtuvo ayer el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 1997, dotado con cinco millones de pesetas. Emiliano Aguirre (pionero de esta investigación), Juan Luis Arsuaga, Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro (codirectores del proyecto desde 1990) fueron destacados por el jurado reunido en Oviedo.

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Junto a ellos, forman el equipo casi 50 personas de varias instituciones y universidades españolas, y muchos de ellos -biólogos, arqueólogos, paleontólogos, antropólogos, geólogos- se juntaron ayer en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) al conocer la noticia del premio. Al reconocimiento científico internacional por la destacada labor de este equipo español en un yacimiento clave para descifrar la prehistoria de la humanidad se añade ahora el Premio Príncipe de Asturias.Los miembros del jurado expresaron ayer su reconocimiento no sólo a la calidad y nivel científicos de los trabajos realizados y a la excelencia y trascendencia de sus resultados, sino también al método de trabajo aplicado -fundamentado en la estrecha colaboración entre especialistas de muy diversas materias y la conjunción de esfuerzos con un manifiesto concepto de equipo-, todo lo cual convierte a este proyecto y al colectivo que lo sustenta en pauta y paradigma a imitar por la comunidad científica, informa Javier Cuartas.

La excavación de Atapuerca empezó hace más de 20 años, de la mano de Aguirre. El año 1992 (con el descubrimiento de los cráneos de la Sima de los Huesos, de hace 300.000 años) y el 1994(con el hallazgo de los fósiles de los europeos más antiguos -más de 780.000 años-) son los hitos que catapultan el yacimiento y su investigación. Desde 1990, Arsuaga (de 42 años), de la Universidad Complutense de Madrid; Bermúdez de Castro (de 44 años), del MNCN, y Carbonell (de 44 años), de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, dirigen el proyecto.

Julio Rodríguez Villanueva, que presidió las deliberaciones del jurado del premio -formado por 15 científicos-,manifestó en Oviedo su reconocimiento a ete grupo investigador por lo que tiene de "magnífica integración de equipos unidos en una labor de conjunto extraordinaria" y cuyos re sultados son "admirables". Rafael Puyol, rector de la Universidad Complutense y miembro del jurado, dijo: "Además del valor objetivo de los descubrimientos realizados, y que permiten conocer las condiciones de vida de nuestros antepasados, se ha creado un modelo de trabajo exportable y que es en sí mismo un valor objetivo". En medio de la alegría general y satisfacción en el MNCN, los miembros del equipo destacaron que es necesario que aumente el apoyo a esta investigación. "Este proyecto no se puede dejar con la precariedad estructural que tiene; necesitamos plazas de investigadores, contratos", decía Carbonell. En el mismo sentido se manifestaba Ignacio Martínez, paleontólogo de la Complutense: "Puestos a pedir, que los jóvenes que han hecho las tesis y que están con becas puedan continuar trabajando". Y Arsuaga recordaba que hacen falta laboratorios en condiciones para hacer la investigación. "Hemos decidido por unanimidad dedicar los cinco millones del premio a la investigación, a ayudar al equipo", dijo ayer Carbonell."Financia la excavación la Junta de Castilla y León -con seis millones cada año- y la investigación el Plan Nacional de Investigación -con unos 10 millones al año-, y luego tenemos ayudas económicas de la Caja de Burgos y del Diario de Burgos".

Emiliano Aguirre recordaba ayer que en 1970 supo que los espeleólogos del grupo Edelweiss pedían la atención de los científicos para unos fósiles que aparecían en las cuevas de Atapuerca. "Pude ir allí en 1976 y me di cuenta de que tenía un potencial enorme", continúa. "Trino Torres había identificado fósiles humanos entre los de oso que había en la Sima de los Huesos. Iniciamos un proyecto de investigación para estudiar la evolución humana y no faltaron jóvenes que se sumaron al equipo", apuntaba Aguirre. Ayer estaba feliz y mostraba todo su orgullo por sus tres discípulos -Arsuaga, Carbonell y Bermúdez de Castro- que en aquellos primeros pasos a su lado, hace 15 años, hacían la tesis doctoral. "No sólo se han sacado las piezas, se está haciendo investigación punta y ellos ahora publican los resultados en las revistas científicas de primera línea internacional".

Bermúdez de Castro resaltaba ayer la labor clave de Aguirre al formar un buen equipo científico español, el ayer premiado, y comentaba que las claves del éxito son ilusión, compenetración y rigor científico, en un yacimiento excepcional. "No sólo encontramos fósiles, sabemos investigarlos, y en eso no cedemos ante ningún equipo científico del mundo", decía Arsuaga.

Los yacimientos de Atapuerca salieron a la luz hace un siglo, cuando una obra de ferrocarril cortó las lomas de esa sierra y expuso las cuevas y galerías llenas de tesoros del pasado.

Antonio Rosas, paleontólogo del MNCN, y Martínez se preguntaban ayer: "¿Cómo íbamos a imaginarnos esto cuando estudiábamos artrópodos, en cuarto, en 1982?". Martínez sacó en 1992 el fabuloso cráneo número 5 de la Sima de los Huesos; Rosas prepara este año la campana de excavación, en julio, para seguir la prospección de un nuevo corte en el yacimiento, el Elefante, con un registro continuado desde hace un millón de años hasta hace 120.000, donde pueden aparecer nuevos tesoros.

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