Almodóvar: " El PP nos ha puesto un verdugo"

R. GARCÍA / A. F. RUBIO Pedro Almodóvar se siente insultado por las afirmaciones de Miguel Angel Cortés, secretario de Estado de Cultura y hombre de confianza de José María Aznar, sobre que los 13 últimos años "han sido los peores de la historia del cine español". Esta frase provoca en el cineasta que más ha contribuido a abrir las fronteras de esta industria una reacción en defensa propia y de la profesión. "Nací cinematográficamente en estos últimos 13 años", afirma, "y su postura me parece un insulto para todas los que hemos trabajado en el cine estos años. Cortés es muy sincero, por eso creo que habría que ir más allá, a la mano que mece la cuna, a quien le ha puesto ahí. No hay el menor interés político en el cine por parte del PP".

Almodóvar es categórico al afirmar que Cortés se equivoca cuando le da "ese valor mínimo a todo lo que se ha hecho en los últimos 13 años. "Hay muchas cosas muy interesantes, muchas películas buenas, y hay muchos fenómenos, y no me queda más remedio que hablar de mí".

Ante la "injusticia y barbarie" de unas declaraciones en las que el secretario de Estado desdeña el modelo francés y afirma que "la excepción cultural no interesa a España" y que, en sus salas, las multinacionales "programarán lo que quieran ver los espectadores", Almodóvar afirma que lo único que se le ocurre es "pedir su cabeza de inmediato". "El cine español tiene que reaccionar en tromba para desautorizarle, porque no te pueden poner a un hombre que es tu verdugo".

Almodóvar considera que las medidas ultraliberales que, iniciadas por el Gobierno anterior, pretenden ser llevadas hasta el extremo por el actual, supondrán la desaparición del cine español. "Si desaparece la obligatoriedad de que los exhibidores pongan cada determinado tiempo una película española, el cine español morirá", afirma, "y eso está a la vuelta de la esquina. Y no es lamentarse, ni exagerar, ni dramatizar. Es así, tal cual, porque la mayoría de los exhibidores lo que quieren es poner películas americanas, y quitarlas para poner otras y ya está, que es lo que les va a dar dinero".

Identidad cultural

"Hay otra cosa también obvia", añade. "Este hombre [Cortés] desprecia, anula, y desde luego no está de acuerdo en lo que se llama la excepcionalidad cultural. Y eso es un grave error porque se suponía que ya era una cosa adquirida, que el PP heredaba del Gobierno anterior, el del PSOE, que tuvo también muy poco interés por el cine. Lo que pasa es que ellos tienen aún menos, y además están diciendo barbaridades de una torpeza sin límite".

Almodóvar se queja a continuación del mutis que está haciendo en todo este asunto el director general de Cinematografía, José María Otero. "¿Qué ha dicho hasta ahora el señor Otero, que sabe perfectamente lo que ocurre en el cine español, porque es uno de sus técnicos más cualificados? Que no diga una palabra indica que no tiene voz, que no existe", comenta.

Almodóvar no recibió ayuda gubernamental hasta su quinta película, lo que no le impide hablar del sistema "benefactor" de ayudas iniciado con el llamado decreto Miró. "El cine español es un negocio deficitario", señala, "salvo excepciones, ya que se trata de un mercado muy pequeño. Por eso necesita que se le ayude. Y alguien puede decir: 'Sí, pero todo el mundo necesita que se le ayude: los de los zapatos, los de los tomates...' Y la respuesta es que el cine forma parte de la cultura. El cine, e incluso el mal cine, habla de la época y la cultura de un país. ¿Y qué vamos a esperar? ¿Que nos lo vengan a contar los americanos? Por ejemplo, a mí me gustaría ver una comedia gallega para saber cómo se lo montan en Galicia, y si no existe esa posibilidad y la única medida del interés que tenga esa película gallega es el dinero que da en el resto del país, que es lo que se quiere hacer ahora, a mí ese liberalismo salvaje me parece atroz".

Almodóvar califica de "mentira" el que los responsables culturales hablen de establecer libertad en el mercado. "El mercado no es libre, porque está controlado por los americanos, que ocupan más del 80% de las pantallas españolas", afirma. "Y mientras ellos ocupan el nuestro, el mercado americano permite sólo un 2% para películas de otras lenguas. En el caso inglés, las películas americanas ocupan el 90% de las pantallas. ¿De qué proteccionismo nos están acusando? Lo que se deduce de lo que dice el señor Cortés es que a él le parecen muy pocas las películas americanas que se están estrenando, y que hay que facilitar que vengan más. La flor de mi secreto está distribuida por una distribuidora americana en España. ¿De qué libertad de mercado están hablando? Esto se llama un oligopolio, y si se suprimen las pequeñísimas medidas de protección que hay ahora para el cine español, están condenándolo a desaparecer absolutamente". Y concluye proponiendo a Cortés una medida de igualdad más salvaje, que los americanos estrenen en España como los extranjeros estrenan en Estados Unidos: en versión original subtitulada.