La genética se utiliza para identificar el caviar, amenazado por la sobrepesca de los esturiones
La población mundial de esturión ha caído en picado, según los últimos datos. Las causas son la construcción de embalses en el río Volga, la contaminación y la sobrepesca para responder a la creciente demanda de sus huevas en forma de caviar. Ante este panorama, el control de la pesca y del fraude generado por la escasez de determinadas especies se está convirtiendo en una necesidad y los biólogos moleculares han puesto a punto un método para identificar el caviar de cada especie de esturión basándose en un solo huevo. Las importaciones de caviar a Estados Unidos se han duplicado en los últimos cinco años, según el Departamento de Comercio.En Nueva York 30 gramos de caviar cuestan 9.000 pesetas. La demanda mundial -unas 450 toneladas en 1995- casi dobla la producción legal en Rusia, las repúblicas ex-soviéticas e Irán, los mayores productores, que es de 228 toneladas. "El tamaño de las poblaciones de las especies comerciales de esturión han caído de forma dramática en los últimos cuatro años", señalan los autores del método en un artículo aparecido hoy en la revista Nature. Según estos científicos, Rob de Salle y Vadim J.Birstein, del Museo Americano de Historia Natural, los suministradores presentan como Beluga -procedente de las regiones, del Caspio y del Volga- caviar del otro tipo. Pero mientras entre: 1990 y 1991 se capturaron 2.000 ejemplares de belugas hembra el año pasado sólo se capturaron 85.
Las técnicas tradicionales de, identificación del caviar no resultan fiables, demuestran estos investigadores, que encontraron que cinco de 23 lotes de caviar analizados no eran lo que se decía en la etiqueta. Entre ellos había caviar del esturión del río Amur, protegido internacionalmente y del ya extinto en el Mar Aral. Los investigadores han utilizado la técnica PCR de identificación genética y sugieren su uso para proteger las especies comerciales y las otras que puedan ser amenazadas de extinción.
En la actualidad las especies comerciales no están incluidos en el tratado CITES sobre especies amenazadas.
Nature News Service
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