Escritores y pensadores resaltan la necesidad de conservar la memoria de la lucha antifranquista
"No queremos que nos entierren en la fosa común", afirma José Vidal Beneyto
Ayer se conmemoraron en el Instituto Francés de Madrid los 30 años de la creación de la escuela crítica de ciencias sociales Ceisa, una iniciativa académica que surgió como respuesta a la expulsión de la Universidad de los profesores Aranguren, Tierno Galván y García Calvo. José Vidal Beneyto, impulsor de Ceisa, lanzó un llamamiento para conservar y reivindicar la memoria de la lucha antifranquista. "Somos ya cadáveres, pero no queremos que nos entierren en la fosa común. Queremos que nos entierren con nuestros nombres y apellidos". Participaron Juan Antonio Bardem, José Luis Sampedro, Martín Chirino, Ernesto García Camarero y Javier Muguerza.
Éste es el segundo acto que celebra Memoria Democrática, "un barco que fletamos antes de navidades un grupo de amigos que no nos resignamos a lo que ocurre", según definición de Vidal Beneyto.Javier Muguerza, que transmitió un mensaje de apoyo de José Luis Aranguren, que no pudo asistir, afirmó que este tipo de actos de recuperación. histórica les unen en un estado "melancólico", aunque es mucho peor el olvido. "Me da miedo que podamos parecer un grupo de ex combatientes, sobre todo porque aún nos consideramos combatientes", afirmó.
Contra esta sensación de antiguas hazañas se pronunció Vidal Beneyto. También se recordó que Ceisa fue posible gracias a la colaboración de personas como Pedro Laín Entralgo, rector de la Universidad de Madrid en aquella época, y que no pudo asistir al acto de ayer.Ernesto García Camarero, que comenzó diciendo que seguimos en la transición franquista y que la democracia todavía no se ha consolidado en nuestro país, aportó varias razones para explicar el éxito de Ceisa, un centro al que acudieron intelectuales de todas las ideologías. En primer lugar, la llegada de muchos jóvenes que transmitieron allí ideas nuevas que habían aprendido en otros países; por otra parte, la recuperación de intelectuales de la época de la República.
Juan Antonio Bardem, que se mostró resignado con su papel de "mascarón de proa de la resistencia cultural antifranquista", declaró que para él la memoria democrática comenzaba después de la guerra civil. Criticó la anulación y manipulación de la memoria a la que nos someten los políticos actuales y se lamentó de que las nuevas generaciones no muestran interés por recuperar el proceso histórico de nuestro país. "En particular", añadió, "el cine ha estado bastante de espaldas a las luchas democráticas".
Vidal Beneyto insistió a continuación en que no cabe resignarse: "Cada uno de nosotros puede hacer algo. Hay que dejar huella de la lucha democrática, porque lo importante es la reivindicación de todo aquello. José Luis Sampedro recordó la gran actividad y vitalidad de aquellas aulas. "No había medios, pero sobraba el entusiasmo. Las asignaturas se improvisaban y se impartían dependiendo del interés de los alumnos". Como dijo Vidal Beneyto, Ceisa fue el intento de recuperar el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza en pleno franquismo.
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