Doble revés para los proyectos de la diplomacia española

El derribo de las avionetas por la Fuerza Aérea cubana y la anterior prohibición por las autoridades de La Habana de ese foro de la disidencia que pretendía ser el Concilio Cubano han supuesto un doble revés para los planes del Gobierno español con relación a Cuba y, de aquellos que, en el seno de la Unión Europea (UE), comparten sus puntos de vista, empezando por el vicepresidente Manuel Marín.El ministro de Exteriores, Carlos Westendorp, lo reconoció el lunes antes de viajar a Hanoi. Previamente se había sumado a la declaración de condena a Cuba de los Quince, a la que logró añadir un último párrafo instando a las partes, incluido EE UU a dar "pruebas de moderación".

Ayer, el director de Iberoamérica del Ministerio de Exteriores español, Yago Pico de Coaña, recibió a la embajadora cubana en Madrid, Rosario Navas, a la que ratificó el pleno apoyo de su Gobierno a la condena de la UE. El director rehusó, según fuentes diplomáticas, entrar a discutir si los aparatos estaban dentro o fuera del espacio aéreo cubano e hizo hincapié en que aviones desarmados no deben ser abatidos.

Acuerdo de cooperación

Los últimos incidentes debilitan aún más a aquellos que, como la diplomacia española, impulsaban un acercamiento de la UE a Cuba. Marín concluyó el 12 de febrero en La Habana una ronda de contactos que presentó como un éxito, pero que, según fuentes comunitarias, distan mucho de serlo. Antes de finales. de la primavera someterá al Consejo de Ministros de la Unión una propuesta de mandato para negociar en firme un acuerdo de cooperación, pero tras lo sucedido parece más difícil que los Quince lo endosen.

Los últimos incidentes van a dar también alas a los partidarios de aprobar en el Senado de Estados Unidos, el mes próximo, una versión dura de la ley Burton-Helms, que refuerza el embargo contra Cuba con sanciones que afectarían a las empresas de países terceros que comercien o inviertan en la isla. En vísperas electorales es dudoso que el presidente Clinton se atreva a vetarla para no perder votos en Florida y Nueva Jersey.

La UE, a través del comisario para el Comercio, el británico Leon Brittan, ya se quejó en marzo de los aspectos de la iniciativa Burton-Helms que le pueden perjudicar. Lo volverá a hacer si prospera, pero, probablemente, evitará provocar fricciones adicionales con Washington negociando un buen acuerdo con Cuba con tanta más razón que parte de la "vieja guardia" castrista tampoco lo desea, porque le obligaría a hacer alguna concesión.