Una novela "española"
Salman Rushdie escribe más despacio que antes, tiene menos concentración, pero sigue escribiendo. Ahora está con una novela larga, que es al tiempo, como él dice, "una novela española".La traducción al castellano es El último suspiro del moro, y está ambientada en Andalucía. "Siento una gran fascinación por esta parte de España a la que he viajado muchas veces. La novela cuenta la historia de un pintor inglés algo loco que viaja a Andalucía. La novela empieza cuando el pintor aparece muerto", y ya no quiere contar más sobre el argumento.
Salman Rushdie anuncia que ha cambiado de editorial en Inglaterra. Siempre le publicaba Granta, dirigida por Bill Buford, pero El último suspiro del moro, que aparecerá el próximo año, la editará otra firma de gran prestigio, Jonathan Cape.
"Soy muy amigo de Buford", explica el escritor, "y me gusta mucho Granta, pero tiene estrecha relación con Penguin Books y esta editorial no quiso publicar la edición de bolsillo de Los versos satánicos. Lo publicó en Inglaterra otra editorial, por eso ya no quiero tener nada que ver con ellos".Obra
Mucho ha llovido desde que Salman Rushdie, hace una década, ganase el Booker Prize, el máximo galardón de las letras británicas, con su novela Hijos de la medianoche, una historia satírica, de raíces inspiradas tanto en Cervantes como en Sterne o Swfit o en los relatos populares indios: el título expresaba bien la preocupación que siempre ha acompañado a Rushdie por su cultura, porque hacía referencia a quienes nacieron alrededor del 15 de agosto de 1947, en cuya medianoche se proclamó la independencia de la India y comenzó el enfrentamiento con el Pakistán musulmán.
Ya sumido en la pesadilla desencadenada por la condena de Jomeini, escribió, para su hijo, Harún y el mar de historias: era una promesa de padre, hecha tiempo atrás, y la mantuvo. La crítica estableció comparaciones entre los avatares de los personajes y la reclusión a que Rushdie se veía sometido.
Publicó asimismo Imaginary Homelands, un conjunto de ensayos sobre el subcontinente indio y, por supuesto, sobre su peripecia personal de los últimos años.
El tiempo dirá si el escritor Rushdie consigue preservar el fondo de ironía y la capacidad de crear laberintos y acertijos, o si la situación a la que está sometido le obliga a adoptar un nuevo tono literario.
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