EL CORAJE DE UN ESCRITOR CONDENADO

Salman Rushdie (44 años) viajó a España hace unos días, acompañado por la policía británica que lo puso en manos de la española. Ha recorrido de incógnito varias ciudades, en algunas ocasiones, acompañado por su amigo Mario Vargas Llosa. El escritor no quiso hablar de su viaje ni de dónde ha estado, ni cuántos días. "Menos de una semana", se limitó a decir. En Ávila estuvo a punto de ser descubierto cuando un fotógrafo reconoció a Vargas Llosa, pero logró evitarlo. Ayer intervino en el curso sobre El novelista y sus demonios, dedicado a Mario Vargas Llosa en los cursos de verano de la Universidad Complutense.El acto estuvo a punto de ser suspendido porque el diario Abc publicó ayer una información sobre la visita del escritor anglo-indio a El Escorial. Fue necesaria la intervención del secretario de Estado de Interior, Rafael Vera, para que se autorizase la mesa redonda, y hubo que reforzar las medidas de seguridad. Rushdie estaba estupefacto de que el mencionado diario hubiera desvelado su presencia en España. Sus acompañantes, entre los que se hallaba Vargas Llosa, calificaron la publicación de "grave irresponsabilidad", sobre todo "porque está en juego la vida de una persona". El escritor abandonó España inmediata mente después de su intervención en El Escorial.

Rushdie finalizó su discurso en El Escorial pidiendo ayuda al Parlamento español "para que medie ante las autoridades de Irán". Lo pidió asimismo al rector de la Universidad Complutense, Gustavo Villapalos: "Sé que usted tiene buenas relaciones con Irán, si lo consigue podré volver libremente a España". Villapalos aceptó el compromiso.

Rushdie explicó a este diario que conoce bien España, a la que visitó por primera vez cuando tenía 18 años. Conoce también el diario EL PAÍS y agradeció "la enorme solidaridad" que le ha prestado durante estos tres años y medio. Rushdie siguió de cerca la publicación en este diario de las más de 20 cartas de prestigiosos escritores de todo el mundo para brindarle su apoyo al cumplirse el tercer año de su cautiverío."Me siento muy feliz"

Tuvo también palabras de elogio para el Gobierno español. "Me siento muy feliz de estar aquí. Y sé que el Gobierno hecho un gran esfuerzo para garantizar mi seguridad, sobre todo teniendo en cuenta que se están celebrando acontecimientos tan importantes como la Expo y los Juegos Olímpicos. Yo ya sabía que el Gobierno español no iba a permitir que me pasara nada estando aquí y, además, España demuestra así al mundo que posee una excelente seguridad".

La visita a España forma parte de la nueva estrategia. de Rushdie, de aparecer por sorpresa en países en los que cree poder obtener ayuda. En los últimos meses ha viajado a Estados Unidos, donde se entrevistó con un grupo de senadores. Allí las cosas no le fueron tan bien. "El portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater", contó Salman Rushdie, "creía que se trataba del viaje de promoción de un escritor".

Para Rushdie la gran esperanza está en Europa. "Sólo Europa tiene capacidad de liderazgo para un asunto así, si todas las voces europeas se suman a Gran Bretaña podremos hacer algo". Luego viajó a Copenhague. "En Dinamarca siempre he tenido un gran apoyo". Y, apenas un mes después, España, cita obligada, en este año de las maravillas, para el nuevo y combativo Rushdie. "Estoy aprendiendo mucho", dijo ayer, "y sé que hace 12 meses quizá no hubiera sido posible que usted y yo estuviéramos hablando aquí, quizá no habría habido tanto entusiasmo en España". Hace tres años y medio que sobre Rushdie pesa una condena a muerte. "No me ha pasado nada aún, y ya parece normal, pero no lo es y y no se debe olvidar que no lo es. Por eso estoy aquí".

Salman Rushdie fue condenado a muerte por Jomeini el 14 de febrero de 1989. ¿Cómo se enteró? "Me llamó un periodista de la BBC. Quedé absolutamente conmocionado". "¿Sabía que iba tan en serio y que duraría tanto? "Sí. Desde el primer momento pensé que era un hombre muerto".

Rushdie puso especial interés en dar su opinión sobre el "tema del terrorismo de Estado" "Con el pasó del tiempo, los gobiernos reorganizan su sistema de terrorismo. Adoptan diversas fórmulas que van descartando cuando ya no les son útiles. Por ejemplo, los secuestros aéreos, que abandonaron cuando la gente dejó de ayudar a los secuestradores. Luego vino la toma de rehenes, y la nueva fórmula: señalar a uno, dar dinero, y decir vamos por él. Hay que pararlo enseguida, antes de que vaya a más".