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"La única esperanza para acabar con el asesinato de niños es sensibilizar a la clase media brasileña"

¿Tienes miedo de morir?", preguntaron a una niña de nueve años que vive en las calles de Río de Janeiro. "Me da igual, pero ¿podré nacer de nuevo?", contestó. La falta de apego a la vida es una de las constantes de los cerca de 10 millones de menores de edad que viven en las calles de Brasil (siete millones según estadísticas oficiales de 1987), afirma, Volmer do Nascimento.Unos 45 millones de brasileños menores de 18 años que viven en la miseria, 400,000 menores de cinco años muertos en 1990 a causa del hambre, 40.000 mujeres fallecidas el mismo año al practicar el aborto -ilegal en Brasil-, según estadísticas oficiales, son el trasfondo de la violencia creciente en las calles.

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"Los niños de la calle han asumido la banalización de la violencia que vive la sociedad brasileña, por lo que ya no dan importancia a la muerte", señala el dirigente del MNMR.

Escuadrones de la Muerte

"Hemos perdido confianza en la política del Gobierno de Collor de Melo. Nuestra única esperanza reside ahora en la sensibilización de las clases medias, que se ven amenazadas por la pobreza y la violencia". Un reciente informe de una comisión del Parlamento brasileño reconoce la implícación de representantes de la autoridad, policías y asociaciones de comerciantes en las actividades de los Escuadrones de la Muerte. La Policía Civil de Río de Janeiro ha registrado 139 asesinatos de menores sólo en el citado Estado de enero a junio de 1991, cifra que Do Nascimento eleva a más de 300.

El Gobierno brasileño anunció el pasado mes de abril un plan nacional para erradicar los asesinatos de menores, después de que el presidente, Fernando Collor de Melo, afirmara que no permitiría que su Gobierno volviera a ser acusado por Amnistía Internacional.

"La política gubernamental es más que nada un eslogan publicitario, porque les preocupa mucho su imagen en el exterior. Sus planes se basan en crear grandes centros, donde recluir a los niños corno en reformatorios, sin elaborar un programa pedagógico, por lo que no sirven para nada".

Vigilado por la policía

La calidad de su proyecto, que implica la formación de más de 3.000 educadores voluntarios, le ha valido uno de los premios Derechos Humanos de 1991.

"Hay una campaña de desprestigio y desmoralización de nuestro movimiento. El presidente afirmó que nos ha dado dinero, cuando es falso, y a mí me han procesado por denunciar un secuestro que la policía dice que me he inventado. La gente tiene miedo de denunciar, porque sabe que es ponerse en peligro. Do Nascimento es vigilado las 24 horas del día por policías. "Hemos denunciado los nombres de 50 miembros de los Escuadrones de la Muerte, pero sólo uno ha sido encarcelado".

El MNMR no quiere subvenvenciones gubernamentales. Se financia con ayuda internacional. (La APDH ha abierto una cuenta para ellos en el Banco de Comercio, agencia de la calle de Goya, 22, con el número de cuenta 0003157237).

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