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UNA NUEVA EUROPA

Kohl acepta que la CE controle la Alemania unida

El canciller de la República Federal de Alemania (RFA), Helmut Kohl, confirmó ayer en Bruselas su compromiso europeo en cumplimiento del "gesto político" demandado el lunes por el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors. Su primer objetivo es la unificación alemana, dijo, pero se mostró dispuesto a aceptar que sus colegas "encuentren preferible acelerar la unión política para así controlar mejor a Alemania". El calendario ofrecido es crear el mercado único con los alemanes del Este dentro y acelerar la construcción de la unión monetaria europea como preludio de la unión política.

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"Tenemos responsabilidades con nuestros vecinos del Este y del Oeste y conocemos los temores [de la unificación], algunos justificados y otros no", afirmó Kohl. Pero, agregó, "no he cambiado. Deseo una cooperación estrecha, no queremos aplastar a nadie, no somos como elefantes en una cacharrería; jamás he contemplado una política de hechos consumados. Queremos ser alemanes europeos y europeos alemanes".El valor simbólico de una visita realizada a menos de una semana de las elecciones en la República Democrática Alemana (RDA) se refuerza con el compromiso de cooperación y consultas permanentes en el proceso de unificación alemana, aunque ésta sea la prioridad para llevar adelante la unión política europea. "Todo lo que ha cambiado en Alemania cambia igualmente el rostro de Europa", dijo.

La reunión del canciller de la RFA con el presidente Delors y los comisarios europeos dio por resultado, según fuentes comunitarias, "el compromiso político claro" de que la CE estará presente en las negociaciones para la unificación alemana, si bien sólo en lo que afecte a los doce. El método de esa cooperación está por concretar. Kohl ilustró a sus huéspedes con un análisis de los problemas políticos y técnicos de la unificación, así como de sus implicaciones en la política exterior de la CE.

Helmut Kohl presentó un calendario para la construcción europea que admite la integración política de la CE siempre que antes se produzca la unificación alemana. "Quiero llegar a este objetivo", dijo. Si después de los acontecimientos que se han producido en Alemania y Europa del Este, explicó, "mis colegas de los dos sexos encuentran en la cumbre [extraordinaria de Dublín, el próximo 28 de abril] que es preferible acelerar la unión política de Europa para así controlar mejor a Alemania, pues bien, tanto mejor; no me importan cuáles sean los motivos".

La prioridad máxima en versión alemana es respetar la creación del mercado único para el 31 de diciembre de 1992, pero, en vez de con 320 millones de consumidores, "con 336 milones", es decir, incluyendo a los 16 millones de alemanes orientales. "Para el porvenir de Europa hay que tener en cuenta lo que pasará en 1991, hay que tomar en cuenta lo que pasa en Alemania".

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El año que viene

La unificación económica y política de las dos Alemanias quedará completada, pues, el año que viene, lo cual coincide con las previsiones del presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, y del vicepresidente Martin Bangemann de que en 1992 el territorio de la RDA formará parte de la CE.

Queda además el objetivo de la unión económica y monetaria de la CE. Kohl no admite adelantar la conferencia intergubernamental, que iniciará sus trabajos el próximo 6 de diciembre. Pero sí está de acuerdo en ir "muy, muy aprisa" en las discusiones para lograr una moneda común e implantar un sistema federal de bancos centrales en Europa. La conferencia, además, "debe concretar las ideas que nos llevan a la unión política" y decidir en la cumbre de junio en Dublín la reforma institucional de la CE.

No existe todavía un compromiso sobre el fin de la conferencia o la duración de las etapas de esa unión monetaria que se presenta como antesala de la unión política. Sin embargo, la coordinación del interés alemán con los objetivos europeos hace viable el acuerdo, aunque la fórmula de Kohl de que "todo lo que pasa en Alemania es bueno para Europa" no coincida exactamente con la perspectiva de sus socios, que prefieren una frase al revés.

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