Catástrofe en una piscifactoría de la provincia de Cáceres
Más de 100.000 truchas de la piscifactoría Marinejo de Hervás (Cáceres) aparecieron muertas el pasado jueves como consecuencia, al parecer, de la turbiedad de las aguas de los ríos Ambroz y Horcajo. En el cauce de este último, la empresa Construcciones y Contratas levanta un pantano para abastecimiento de agua de la localidad.
Los ciprínidos, que aparecieron asfixiados, con las agallas atacadas, por partículas sólidas, podrían haber ingerido restos del cemento depositado en las obras del embalse, "tarea que se realizó sin tomar ningún tipo de precaución y por más que desde hace meses vengo advirtiendo a la empresa que se produce una mortandad pequeña pero progresiva", según ha manifestado a este periódico el propietario de la piscifactoría, Andrés López."El cemento depositado fue poco, pero actúa criminalmente y no perdona a trucha que encuentra aguas abajo. Podrían haber aislado la zona donde echaron el hormigón y no le, hicieron", explica Andrés López, quien asegura que ha presentado denuncias ante la Confederación Hidrográfica del Tajo y la Dirección General de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura.
Andrés López reconoce que la construcción del embalse es una obra fundamental para un pueblo turístico, con problemas de abastecimiento: "Y de hecho todos los veranos concedo agua gratis de la piscifactoria. Pero si saben que la obra va a afectar a alguien, deben tomar medidas. Ahora estoy en la ruina. Ha muerto el 90% (le las truchas".
La piscifactoría se encuentra ubicada unos 4,90 metros aguas abajo del punto de encuentro de los cauces de los ríos Ambroz y Horcajo, "y el propietario sólo tiene posesión de las aguas del Ambroz. Las pérdidas que dice me parecen exageradas y ha demostrado una pasividad enorme, porque tenía que haber actuado antes", ha señalado el alcalde de Hervás, Ramón Ferreira, quien asegura que no ha recibido "ninguna denuncia", sino "una información, y le di la solución. Sólo bajan turbias las aguas del Horcajo, donde se construye la presa, y no las del Ambroz, como dice. Desde éste, unos tubos podrían llevar las aguas limpias hasta la piscifactoria. El coste sería de unos dos millones. Le dije que el Ayuntamiento estaría dispuesto a colaborar e incluso pondría la mano de obra, pero no aceptó. No entiendo ahora tanto lamento". Sin embargo, Andrés López asegura que Javier García, el ingeniero de la Junta de Extremadura, organismo que promueve el proyecto, se negó sistemáticamente a cualquier solución: "No quería saber nada".
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