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La ayuda a la 'contra' es necesaria

La ayuda a la 'contra', la resistencia armada contra el Gobierno sandinista y la continuación de las negociaciones y contactos para asegurar el proceso de paz son las dos vías que propugna, simultáneamente, el autor de este artículo, que asegura que el Gobierno norteamericano desea, precisamente, preservar los objetivos originales de la revolución sandinista.Si el objetivo que nos proponemos es la democracia, ¿por qué queremos ejercer presión sobre Nicaragua? La respuesta es sencilla: queremos una solución política, la que no quieren los comunistas nicaragüenses. Éstos quieren una solución política con la condición de poder violarla por medios militares. La presión es la única manera de hacerlos comparecer en la mesa de negociación con ganas de negociar. El poder y la diplomacia deben actuar. unidos de la mano.

La ayuda militar a la resistencia democrática proporcionara a la mediación del Grupo Contadora más posibilidades de éxito en su gestión, pues creará un aliciente para la negociación seria por parte de los sandinistas, algo que todavía está por hacer.

Presión militar

Con la Administración de Carter no negociaron porque entonces Estados Unidos era el mayor proveedor de ayuda a Nicaragua. Y no negociaron seriamente tampoco, ni con nosotros, ni con sus vecinos, cuando el Congreso sus pendió toda ayuda a la resistencia hace dos años. Por el contrario, en el otoño de 1984, en vez de recuperar a sus oponentes para la participación en la política por medio de unas elecciones competitivas, los sandinistas prefirieron importar helicópteros de la Unión Soviética.

La presión militar es tan imprescindible ahora para convencer a los sandinistas de la necesidad de negociar una solución política como fue decisiva para convencerles de avenirse antes que nada al proceso de Contadora.

Estados Unidos puede en estos momentos ayudar al avance de Contadora con una actuación simultánea en dos frentes:

En primer lugar, Estados Unidos ha de ayudar a Contadora en los planos político y diplomático, a fin de mantener vivo el proceso de negociación hasta el día en que por fin los sandinistas decidan negociar. Entre otras cosas, la ayuda ha de prestarse en los trabajos necesarios para asegurar la verificación de todo acuerdo. Vistos los antecedentes de los sandinistas en lo que se refiere a repudio de compromisos adquiridos con la OEA, ¿quién iba a depositar su confianza en un acuerdo susceptible de no ser cumplido?

En segundo lugar, Estados Unidos ha de prestar su respaldo a la resistencia nicaragüense como medio de sostener la presión sobre los sandinistas hasta que acepten unas negociaciones sustanciales que conduzcan. a un ,acuerdo viable. en el marco de Contadora. ¿Por qué tendrían que negociar los sandinistas si no hubiera resistencia armada?

Ayuda humanitaria

Una ayuda a la resistencia democrática nicaragüense bien estudiada y llevada a efecto puede cambiar el signo de la situación. .El presidente ha transmitido una propuesta de ayuda de 100 millones de dólares a la resistencia democrática, de los que 30 se reservarían para ayuda humanitaria y, de éstos, tres se destinarían expresamente a programas y actividades en materia de derechos humanos.

Pero eso no quiere decir que rompamos con el Gobierno sandinista, lo cual demuestra nuestra voluntad de mantener francas las líneas de comunicación y refuerza la posibilidad de arreglo pacífico y de cooperación entre todas las partes.

La política norteamericana hacia Nicaragua se basará en el tipo de respuesta de Nicaragua a las preocupaciones norteamericanas sobre sus vinculaciones soviético-cubanas, el rearme, el apoyo a la subversión, la represión interna y el rechazo de la negociación.

Estados Unidos tratará esas preocupaciones por la vía de medidas económicas, políticas y diplomáticas, así como por medio del apoyo a la resistencia. Y en particular, Estados Unidos entablará negociaciones simultáneas con Nicaragua si ésta también entabla un diálogo interno en consideración de la propuesta de la ONU (que incluye un alto el fuego y el levantamiento del esta do de emergencia). Asimismo, responderá a otras medidas que adopte el Gobierno de Nicaragua para disipar nuestras preocupaciones. A ese respecto, toda atenuación de la presión. norteamericana sobre Nicaragua se decidirá, en consulta con el Congreso, en función del comportamiento observado por parte de Nicaragua (en materias como libertad de prensa, reducción de adquisición de armamentos o de presencia militar extranjera y respeto del alto el fuego). Las acciones que decida Estados Unidos estarán en consonancia -con su derecho a la autodefensa y a la ayuda a los aliados con miras a la consecución de un acuerdo integral, verificable, en el marco de Contadora, y de la reconciliación democrática en Nicaragua, sin empleo de la fuerza por Estados Unidos.

Conviene señalar que estos objetivos no son exclusivos de Estados Unidos. Cada uno de ellos, incluida la reconciliación nacional por medio del diálogo con la oposición armada, son objetivos acordados del proceso de Contadora. Lo que pedimos a los sandinistas es que tomen no más de lo que ellos mismos ostensiblemente reconocen que son las medidas necesarias para que haya una paz duradera en América Central.

O tenemos la voluntad de actuar en un problema serio cercano a nuestras costas en un momento crítico, en el que el mundo está pendiente de, lo que hacemos, o no la tenemos. O ayudamos a los nicaragüenses a recuperar su libertad, o no les ayudamos. En Europa y en Oriente Próximo, en Afganistán y en Camboya, en América del Sur y en África del Sur, nuestros amigos y nuestros enemigos deducirán conclusiones de lo que decidamos.

El expediente sandinista en su trato con los nicaragüenses y otros centroamericanos pone de manifiesto que la resistencia es el único factor de contención que reconocen. Mientras los sandinistas se vean libres para intentar propagar su revolución, continuarán produciéndose muertes y miseria en América Central.

Sólo un sesgo democrático en Nicaragua puede cambiar ese estrecho horizonte. Y la resistencia es el principal elemento de la presente ecuación que puede contribuir a su ensanchamiento. Los nicaragüenses están desencantados con los sandinistas; la tendencia a incorporarse a la resistencia crecerá cuanto mejor se perciba que Estados Unidos va a defender el restablecimiento de las metas originarias de la revolución.

La ayuda norteamericana a la resistencia nicaragüense puede hacer más intenso el apoyo a los sandinistas en aquellos sectores ya muy definidos a favor de éstos, pero no nos parece que vayan a crecer sus filas a causa de nuestro respaldo a la resistencia. Antes bien, nuestra ayuda dará ánimos a la inmensa mayoría de nicaragüenses que ansían la libertad.

Minorías violentas

La oposición a la ayuda norteamericana a la resistencia es mayor fuera de Nicaragua, donde no se percibe que los sandinistas dependen de la violencia como instrumento político, o donde se carece de información sobre la magnitud de los ataques sandinistas contra los derechos humanos, o, en fin, entre los que no se dan cuenta de que las verdaderas víctimas son el pueblo de Nicaragua y sus vecinos, que tienen que resistir a unas minorías violentas sostenidas por la ayuda militar de Cuba y del bloque soviético. Las reacciones registradas entre antiguos simpatizantes de los sandinistas indican que la realidad de la nueva tiranía que gobierna Nicaragua se capta cada vez mejor en Europa y también en América Latina y Estados Unidos.

Nicaragua va a tener que pasar aún por muchas incertidumbres. Nosotros sabemos perfectamente cuáles son. Pero también sabemos que había muchas incertidumbres en El Salvador, en América Latina en general, y más recientemente en Haití y Filipinas. La evolución de El Salvador nos dio la razón.

Fidel Castro, y la URSS, y Libia, y los comunistas de Nicaragua han adoptado su inequívoca opción. Ahora. nos toca a nosotros hacer la nuestra.

George P. Shultz es secretario de Estado de Estados Unidos.

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