Más que un filólogo
Oficialmente era, en España, catedrático de Filología Latina. Pero le interesó también el griego, campo en el que realizó importantes aportaciones; de aquí saltó hacia el estudio de las lenguas indoeuropeas: suya fue la idea de crear unos Cuadernos de Lingüística Indoeuropea, en los que colaboró con el estudio del gótico y el eslavo.Le interesaron asimismo las lenguas americanas precolombinas, las célticas, el antiguo indio. Y conio resultado de esos estudios fue llamado a la universidad de Tubinga como titular de lingüística comparada. Un español dirigiéndose al mundo germánico para explicar una ciencia que ellos mismos habían llevado a un alto grado de profundidad: una gesta impensable unos lustros atrás.
Fue en Salamanca donde la actividad universitaria de Tovar llegó a su punto más elevado. Allí, dividiendo su tiempo entre el rectorado y las clases, formó un ambiente universitario en un momento en que en las demás universidades, por lo menos en los,aspectos humanísticos, eran casi un desierto intelectual. Sahan de su pluma libros, artículos, conferencias que se ocupaban de todos los campos del saber humanístico y filológico-lingüístico: un libro magistral sobre Sócratas; ediciones comentadas de Vírgilio, de Sófocles; un librito muy bello sobre Luciano, una magnífica sintaxis latina...
Lenguas vivas
Pero su multivario interés no podía dejar de ocuparse de lenguas que vivía directamente. Castellano, vascuence, catalán, las lenguas prerromanas han ocupado horas de investigación y trabajo del maestro. En su discurso de ingreso en la Academia se ocupaba de la lengua madre de todas las habladas en la Península, si descontamos el ibérico y el vascuence, su pariente: en este discurso abordaba los aspectos léxicos de la romanización e intentaba establecer el tipo de lengua hablada por los primeros conquistadores romanos.
Pero la gran aportación al campo de la lingüística hispánica son sus estudios orientados hacia la profundización de las lenguas prerromanas, tanto indoeuropeas como no indoeuropeas. Su visión de este problema ha servido como piedra de toque para establecer lo que cabría llamar el estado concreto de la cuestión: de un lado le interesaron aquellas lenguas de estructura indoeuropea que rompieron la unidad lingüística de la Península, estableciendo una cuña europea: sobre todo, el celta. Pero le interesó asimismo el campo de lo ibérico y lo vasco, tema al que hizo valiosísimas aportaciones.
El trabajo consagrado a la visión de la lingüística hispana prerromana le ha ocupado asimismo no pocas horas de investigación. En una fecha tan temprana como 1949 publica, en Buenos Aires, sus Estudios sobre las primitivas lenguas hispánicas, y ese coto del saber lo cultivará en varias ocasiones.
Babelia
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