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En busca de soluciones al endeudamiento exterior

Los países en desarrollo se reunirán en Buenos Aires para estudiar la propuesta de EE UU sobre la deuda

El Gobierno argentino ha invitado a los países en desarrollo, englobados dentro del denominado Grupo de los 24 (G-24), a asistir a una reunión extraordinaria de este organismo en Buenos Aires, el próximo febrero con el aparente propósito de presentar una respuesta conjunta a las propuestas informales de Washington de considerar el problema de la deuda exterior del Tercer Mundo desde nuevos planteamientos. Juan V. Sonrrouille, ministro de Economía argentino y presidente del G-24, evitó ayer un pronunciamiento formal de este grupo, que defiende los intereses de los países en desarrollo, en relación a las propuestas de Washington.

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El G-24 no ha podido discutir propuestas de este tipo en espera de que se hagan formalmente públicas por sus patrocinadores, dijo el ministro argentino, al término de la reunión que ayer celebró el G-24 en Seúl. Sin embargo, Juan Sourrouille advirtió que los países en desarrollo aspiran a que el tratamiento del problema de la deuda externa se realice bajo el principio de la corresponsabilidad entre deudores y acreedores. El argentino confirmó asimismo la invitación a todos los países en desarrollo representados en el G-24 para que asistan, en febrero, en Buenos Aires, a un encuentro extraordinario de este organismo sobre el problema de la deuda exterior.El encuentro en Buenos Aires, de aceptarse por una mayoría de países en desarrollo, tendría por objeto preparar una posición común de este grupo de naciones con antelación a las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial, que tendrán lugar en Washington en el mes de abril.

A una pregunta concreta sobre si este encuentro trataba de buscar un apoyo más extenso del mundo en desarrollo a las posiciones latinoamericanas sobre la deuda exterior, reflejadas en el Grupo de Cartagena, Sourrouille no descartó tal posibilidad, aunque, dijo, "este pronunciamiento corresponde a otros países".

Las propuestas concretas de James Baker sobre la nueva iniciativa norteamericana continúan guardadas celosamente por la delegación norteamericana. Pese al silencio oficial, Baker, en sus declaraciones realizadas en Anchorage (Alaska), camino de Seúl, anticipó que su idea es que el FMI y el Banco Mundial continúen desempeñando un papel importante en la gestión del problema de la deuda externa. Añadió que, en su opinión, se debería mantener la actual estrategia de ir resolviendo el problema de la deuda sobre la base de caso por caso, es decir, que las soluciones deben ir en función de los problemas particulares de cada país. Confirmó, en cualquier caso, que el aspecto más novedoso de su propuesta es que "se adopte una política de mayor crecimiento económico", pero sólo en aquellas naciones donde sea posible.

Mayor aportación de fondos

Las intenciones norteamericanas, según todos los indicios, persiguen involucrar más al Banco Mundial en la aportación de fondos para la refinanciación de la deuda exterior. Este mayor papel del Banco Mundial levanta enormes reticencias en los países en desarrollo, que opinan que tal eventualidad supondría una extensión a este organismo de la condicionalidad (vigilancia de las políticas económicas) en la concesión de sus créditos. El propio presidente del G-24 reconoció este peligro al manifestar que "cada organización fue creada para fines distintos, que deben conservar".James Baker explicó ayer al Grupo de los Cinco (EE UU, Francia, RFA, Reino Unido y Japón) el alcance de su propuesta, presentada ya con antelación, en Nueva York, a un grupo reducido de nueve bancos norteamericanos. Las interpretaciones realizadas sobre la iniciativa norteamericana son distintas. Algunas indican que Estados Unidos busca, en realidad, hacer distinciones entre dos grupos de países deudores, unos con baja renta y otros con un nivel de ingresos más elevados. Para los primeros, tales como la India y China, cuya renta anual per cápita apenas supera los 300 dólares, se instrumentarían fondos adicionales a partir de las devoluciones realizadas ya al FMI y al Fondo Fiduciario del Banco Mundial. Para el resto -léase los latinoamericanos de renta superior a 2.000 dólares (Argentina, México, Brasil)- se continuaría con la actual estrategia de caso a caso y de renegociaciones multianuales.

Por su lado, el comunicado final del G~24 insistió ayer en la necesidad de buscar soluciones innovadoras para el pago de la deuda, sobre la base de la corresponsabilidad entre deudores y acreedores. El comunicado reitera la necesidad de crear un fondo especial que permita cubrir, o asegurar, el diferencial entre los tipos de interés del mercado, demasiado elevados, y los que serían apropiados para poder hacer frente a los pagos del endeudamiento.

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