Asuntos pendientes que no terminan de resolverse
Al margen de la situación económica y del problema de la gestión de la deuda exterior, en la agenda de las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial aparece una lista de asuntos perennes. Alguno tardará años en desaparecer de este tipo de encuentros.Quizá el más importante este año sea la histórica demanda de los países en desarrollo, o de países de desarrollo intermedio, como España, para que el FMI autorice una nueva asignación de derechos especiales de giro (DEG), asignación que permitiría incrementar los recursos financieros del organismo mundial y su capacidad de asistencia a los países miembros con dificultades.
El Grupo de los 24, que representa los intereses de las naciones en desarrollo, ha solicitado un incremento de los recursos del FMI, por la vía de una nueva asignación de DEG, del orden de los 15.000 millones de DEG (un DEG, moneda reserva del FMI, equivale en la actualidad a algo menos de un dólar). Pero Estados Unidos y algunas naciones industrializadas se oponen a esta emisión por entender que incrementaría la liquidez del sistema e inyectaría en el mismo nuevas expectativas inflacionistas.
Otro tema es el del acceso de los países a los recursos del FMI y la condicionalidad a su concesión. Tras la decisión adoptada hace dos años de reducir ligeramente el acceso a los fondos del FMI a un máximo del 450% de la cuota, en tres años, pocos países insisten en este tema.
Sin duda, si hay un asunto pendiente, y perenne, en la agenda de las reuniones del FMI y el Banco Mundial es el de la reforma del propio sistema. Este año, el comité interino recibirá dos informes paralelos y contradictorios sobre la pretendida reforma. El primero es el elaborado por el denominado Grupo de los 24, que aboga por profundos cambios en el funcionamiento creado en Brettons Woods y adaptado con el tiempo a las circunstancias más favorables, en su opinión, para las naciones desarrolladas. El otro es el del Grupo de los 10, cuya filosofía es que el actual sistema monetario es el mejor que existe.
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